Trasversales
Jesús Jaén Urueña

Rishi Sunak en Normandía

Revista Trasversales número 66 junio 2024 web

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El pasado 6 de junio el primer ministro británico abandonó los actos de homenaje en el 80 aniversario del desembarco en Normandía. Una operación militar a gran escala que se conoció como el Día D.

La anécdota parece intrascendente pero no lo es. Sunak fue duramente criticado en su país. Después pidió disculpas. Tuvo que justificar que se había marchado porque tenía una entrevista en un medio de comunicación. Como es bien sabido el próximo 4 de julio están convocadas las elecciones en el Reino Unido y todo apunta a una victoria laborista. La intención de Rishi Sunak era aprovechar unos minutos de televisión aunque fuera a costa de la memoria de miles de soldados muertos en Normandía.

En los tiempos que corren de revisión y regresión histórica el gesto del primer ministro pudo pasar desapercibido, pero la presencia de Biden y Macron (además de numerosos jefes de estado) convirtió el hecho en un escándalo. ¿En qué estaría pensando Sunak? ¿Acaso ignora la historia del siglo XX y el sufrimiento de millones de británicos en la guerra contra Hitler? Porque si algo tienen claro los británicos -como los franceses, polacos, belgas, canadienses, norteamericanos, etc- es que hay un antes y un después de Normandía. Es un acontecimiento arraigado en todas las clases sociales ya sean obreras o burguesas.

La victoria de las tropas aliadas sobre el III Reich tuvo dos hitos fundamentales. El primero y más importante, la batalla de Stalingrado (1942-1943), donde los ejércitos rusos comenzaron a cambiar el curso de la guerra y de la historia moderna. El precio a pagar fue de dos millones de muertos rusos y alemanes en la mítica batalla.

El segundo fue el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944. La operación naval, aérea y terrestre más grande de la historia. En ella participaron soldados británicos, norteamericanos, canadienses y franceses a las órdenes de Eisenhower y Montgomery, En un solo día desembarcaron ciento cincuenta mil soldados y murieron -en las primeras horas- diez mil (especialmente en la llamada playa de Omaha).

La Resistencia francesa actuó coordinadamente con los mandos militares aliados y tuvieron unas pérdidas, hasta llegar a París, de más de cincuenta mil muertos. En la liberación de Francia participaron más de dos millones de soldados de todos los ejércitos aliados y de todos los países, incluídos miles de jóvenes reclutados en India, Argelia, Marruecos, Túnez, Sudán, Senegal, etcétera.

Desde el punto de vista militar las batallas de Stalingrado y Normandía son el principio del fin del III Reich. Desde el punto de vista histórico y político fueron determinantes para derrotar a la mayor amenaza que ha tenido la civilización moderna: el nazismo.

Que Sunak no diera importancia al evento dice mucho sobre los tiempos que corren. Rishi Sunak es un producto de esta época, como decíamos antes, de revisionismo histórico y ninguneo a unos acontecimientos que marcaron el siglo XX. Sunak es un tecnócrata conservador de la City londinense que debe pensar, como una parte de su generación, que todo se lo debemos al capitalismo, la tecnología y a Margaret Thatcher.

La época abierta tras la derrota del nazismo (1945) abrió las puertas a la fortaleza del movimiento obrero que alcanzó conquistas históricas que se están perdiendo: derecho a la salud, servicios públicos, desempleo, vivienda, guarderías, etcétera. También a un potente movimiento de la mujer que luchó por la igualdad sexual, la equiparación salarial, el derecho de abortar, etc.

Lejos de las metrópolis capitalistas las colonias se rebelaron estallando nuevas guerras como en Vietnam, Argelia o la independencia de la India del viejo imperio británico. La crisis económica de los años 70 dió lugar al surgimiento de la llamada "revolución neoliberal conservadora" auspiciada por Thatcher y Reagan. Comenzó un período de retroceso que tuvo como principal objetivo desnudar a las clases obreras industriales de todos sus derechos y aumentar la explotación al trabajo. De este último proceso es hijo Rishi Sunak y no de la batalla de Normandía. Se entiende pues su amnesia.

Hemos hablado de un período de revisionismo histórico y es así. No solo en España con respecto a la guerra civil, sino en cualquier país. El exdirigente de AfD, Maximilian Krah, dijo recientemente que no todos en las SS eran criminales. Tuvo que irse ante la presión de los propios socios ultraderechistas, como Salvini o Le Pen. Pero ese hecho es menor comparado con todo lo que está pasando en las profundidades de nuestras sociedades europeas.

No busques culpables solamente entre los líderes políticos -me decía un amigo-, bucea en las turbias aguas y verás que ningún grupo social o generacional está exento de culpa. Relativamente, le dije. Una parte de la sociedad se identifica con los contravalores que se están haciendo fuertes, pero ese pensamiento me parece demasiado genérico. La humanidad en su conjunto no tiene porqué asumir la responsabilidad del Holocausto nazi o el Gulag soviético.

Sin embargo, es cierto que en el siglo XXI (por causas que no podemos entrar a analizar aquí), además del revisionismo histórico, crecen los sentimientos y las ideas que estuvieron en el origen de los fascismos: nacionalismos exacerbados; caudillos que ganan elecciones para cambiar la democracia por liderazgos; racismo y odio a millones de personas que huyen del hambre o las guerras; y, como era de esperar, intentos de acabar con la revolución de las mujeres, con sus derechos y conquistas.

Por eso sigue siendo importante mantener en la memoria y en el día a día aquellas fechas que nos devolvieron la dignidad. Para que no vuelva Auschwitz o Srebrenica, para que no sigamos llorando por las niñas y niños en Gaza, para que termine venciendo la idea universal de que la naturaleza humana es una y solo una.