Trasversales
Grupo de solidaridad Ucrania-Palestina

Carta ucraniana de solidaridad con el pueblo palestino

Revista Trasversales, nº 64 noviembre 2023 web

Traducida a partir de la versión en inglés



Como ucranianas y ucranianos, investigadores, artistas, activistas políticos y sindicales y otros miembros de la sociedad civil, nos solidarizamos con el pueblo de Palestina que, desde hace 75 años, sufre, no sin resistencia, la ocupación militar israelí, la segregación, la violencia colonial, la limpieza étnica, la desposesión de sus tierras y el apartheid.

Esta carta la escribimos como parte del pueblo ucraniano y se la dirigimos del pueblo palestino. El discurso dominante en los gobiernos e incluso entre los grupos de solidaridad que apoyan las luchas de ucranianos o palestinos tienden a trazar separaciones. Con esta carta, rechazamos estas divisiones y afirmamos nuestra solidaridad con todas las personas que sufren opresión y luchan por la libertad.

Como activistas comprometidos con la libertad, y sin ignorar la gran diferencia entre el poder con que cuentan, condenamos enérgicamente los ataques contra la población civil, ya sean israelíes atacados por Hamás o palestinos atacados por las fuerzas de ocupación israelíes y por las bandas armadas de colonos. Atacar deliberadamente a civiles es un crimen de guerra. Sin embargo, esto no justifica el castigo colectivo contra el pueblo palestino, ni la identificación de todos los residentes de Gaza con Hamás ni el uso indiscriminado del término "terrorismo" aplicado a toda la resistencia palestina. Tampoco justifica la continuación de la ocupación. Haciéndonos eco de numerosas resoluciones de las Naciones Unidas, sabemos que no habrá paz duradera sin justicia para el pueblo palestino.

El 7 de octubre fuimos testigos de la violencia de Hamás contra civiles en Israel, lo que ahora muchos resaltan para demonizar y deshumanizar a toda la resistencia palestina. Hamás, una organización islamista reaccionaria, debe ser considerada en un contexto histórico más amplio y en el contexto de la invasión de tierras palestinas por parte de Israel desde décadas antes del nacimiento de Hamás a finales de los años ochenta del siglo XX [1987]. Durante la Nakba ("catástrofe") de 1948, más de 700.000 palestinos fueron brutalmente expulsados de sus hogares y pueblos enteros fueron masacrados y destruidos. Desde su creación, Israel nunca ha cesado su expansión colonial. Los palestinos se han visto obligados a exiliarse, han sido fragmentados y sometidos a la administración de distintos regímenes. Algunos de ellos son ciudadanos israelíes, pero también están afectados por la discriminación estructural y el racismo. Los que viven en la Cisjordania ocupada sufren el apartheid desde hace décadas, sometidos al control militar israelí. Los habitantes de la Franja de Gaza sufren el bloqueo impuesto por Israel desde 2006, que restringe la circulación de personas y mercancías y provoca el aumento de la pobreza y graves carencias.

Desde el 7 de octubre hasta ahora, más de 8500 personas han muerto en la Franja de Gaza, más del 62% de ellas mujeres y niños. Más de 21.048 personas han resultado heridas. En los últimos días, Israel ha bombardeado escuelas, áreas residenciales, la iglesia ortodoxa griega y varios hospitales. Israel también ha cortado el suministro de agua, electricidad y combustible en la Franja de Gaza. Hay una grave escasez de alimentos y medicinas, causando el colapso total del sistema sanitario.

La mayoría de los medios de comunicación occidentales e israelíes justifican estas muertes como meros daños colaterales en la lucha contra Hamás, pero guardan silencio sobre la población civil palestina atacada y asesinada en la Cisjordania ocupada, donde en los días de 2023 que transcurrieron antes del 7 de octubre ya habían sido asesinados 227 palestinos. Desde el 7 de octubre, 121 civiles palestinos han sido asesinados en la Cisjordania ocupada. Actualmente hay más de 10.000 presos políticos palestinos en cárceles israelíes. Una paz y una justicia duraderas sólo serán posibles con el fin de la ocupación en curso. El pueblo palestino tiene derecho a la autodeterminación y a la resistencia contra la ocupación israelí, al igual que el pueblo ucraniano tiene derecho a resistir la invasión rusa.

Nuestra solidaridad surge de las experiencias vividas en nuestro propio país, desde la rabia ante la injusticia y desde el profundo dolor por los efectos devastadores de la ocupación, del bombardeo de infraestructuras civiles y del bloqueo al apoyo humanitario. Varias zonas de Ucrania llevan ocupadas desde 2014 y la comunidad internacional no actuó entonces para detener aquella agresión rusa, ignorando la naturaleza imperial y colonial de la violencia armada, que, en consecuencia, se elevó a un nivel superior a partir del 24 de febrero de 2022.

La población civil de Ucrania es bombardeada todos los días, en sus casas, en los hospitales, en las paradas de autobús, en las colas del pan. Como consecuencia de la ocupación rusa, miles de personas en Ucrania viven sin acceso a agua, electricidad o calefacción, siendo los grupos más vulnerables los más afectados por la destrucción de infraestructuras esenciales. Durante los meses de asedio y bombardeo intensivo de Mariúpol, no hubo ningún corredor humanitario. Desde ese experiencia de sufrimiento y también de solidaridad, llamamos a nuestros compañeros ucranianos en cualquier lugar del mundo así como a todos los pueblso a alzar sus voces en apoyo del pueblo palestino y a condenar la operación israelí de limpieza étnica masiva en curso.

Rechazamos las declaraciones del gobierno ucraniano dando su apoyo incondicional a las acciones militares de Israel, y consideramos que los llamamientos del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano para evitar víctimas civiles son tardíos e insuficientes. Esta postura representa un retroceso en el apoyo a los derechos palestinos y en la condena de la ocupación israelí que Ucrania ha mantenido durante décadas, incluso con sus votos en la ONU.

Conscientes del razonamiento geopolítico pragmático que subyace a la decisión de Ucrania de hacerse eco de los aliados occidentales de los que dependemos para nuestra supervivencia, consideramos que el actual apoyo a Israel y el desestimamiento del derecho palestino a la autodeterminación están reñidos con el propio compromiso de Ucrania con los derechos humanos y con la lucha por nuestra tierra y nuestra libertad. Como ucranianos, no debemos solidarizarnos con los opresores, sino con quienes sufren opresión y se resisten contra ella.

Nos oponemos firmemente a la equiparación hecha por algunos políticos entre la ayuda militar occidental a Ucrania y la ayuda a Israel. Ucrania no ocupa territorios de otros pueblos, sino que lucha contra la ocupación rusa, por lo que la ayuda internacional sirve a una causa justa y a la protección del derecho internacional. Israel ha ocupado y se ha anexionado territorios palestinos y sirios: la ayuda occidental al Estado de Israel confirma un orden injusto y demuestra un doble rasero respecto al derecho internacional.

Nos oponemos a la nueva ola de islamofobia, como el brutal asesinato de un niño palestino-estadounidense de 6 años y el ataque a su familia en Illinois (Estados Unidos), así como a la equiparación de cualquier crítica a Israel con el antisemitismo. Del mismo modo, nos oponemos a que se responsabilice a todos los judíos del mundo de las políticas del Estado de Israel y condenamos la violencia antisemita, como el multitudinario intento de agresión contra pasajeros de un avión en el aeropuerto [de Majachkalá] (Daguestán, Rusia). También rechazamos el resurgimiento de la retórica de la "guerra contra el terror" utilizada por EEUU y la UE para justificar crímenes de guerra y violaciones del derecho internacional que han socavado el sistema de seguridad internacional y causado innumerables muertes, retórica retomada por otros Estados, como Rusia para la guerra de Chechenia y China para el genocidio contra la población uigur. Hoy, Israel la utiliza para llevar a cabo una limpieza étnica.

Llamamiento a la acción

Instamos a que se aplique el llamamiento al alto el fuego formulado en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Pedimos al gobierno israelí que cese inmediatamente los ataques contra civiles y que proporcione ayuda humanitaria; insistimos en el levantamiento inmediato e indefinido del asedio a Gaza y en la puesta en marcha una operación urgente de ayuda para restaurar la infraestructura civil. También pedimos al gobierno israelí que ponga fin a la ocupación y reconozca el derecho de los palestinos desplazados a regresar a sus tierras.

Pedimos al gobierno ucraniano que condene el uso del terror de Estado contra la población civil de Gaza y que condene el bloqueo de la ayuda humanitaria. Le pedimos que reafirme el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación y que condene las agresiones deliberadas contra población palestina en la Cisjordania ocupada.

Pedimos a los medios de comunicación internacionales que dejen de enfrentar a palestinos y ucranianos, pues todas las jerarquizaciones entre diversos sufrimientos perpetúan la retórica racista y deshumanizan a los agredidos.

Hemos visto al mundo unirse en solidaridad con el pueblo ucraniano y pedimos a todas y todos que hagan lo mismo por el pueblo palestino.



Firmas a 02/11/2023

1. Volodymyr Artiukh, investigador

2. Levon Azizian, abogado derechos humanos

3. Diana Azzuz, artista, música

4. Taras Bilous, editor

5. Oksana Briukhovetska, artista, investigadora, University of Michigan

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Ver texto en inglés y todas las firmas aquí

Para firmar la carta (sólo personas ucranianas) aquí


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