Trasversales
Angel Rebollar López

Blanquean al fascismo

Revista Trasversales número 54 abril 2021 web

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El error cometido en los años 30 en Europa, permitiendo que fascistas y nazis fuesen tratados como demócratas, trajo las dramáticas consecuencias que todos sabemos, millones de muertos y una dictadura de 40 años en España.
Quienes enarbolan la bandera del odio, de la xenofobia, la misoginia y la homofobia deben estar perseguidos y excluidos de los roles democráticos. Blanquear y permitir, como se está haciendo, permanentes amenazas, insuflando odio, aprovechando la generosidad de la democracia para romper la convivencia, es un grave error.
Cuando jueces dejaron pasar sin pena ni gloria las amenazas de policías municipales a la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Cuando jueces permiten que oxidados y arcaicos militares retirados vomiten sus miserias, manifestando su deseo de asesinar a 26 millones de españoles demócratas, incluidos niños. Cuando se pasa por alto que un exlegionario fusile las fotos de ministros. Cuando se permite que policías y guardias civiles se cuadren ante un fascista como Abascal, cuando todo esto sucede y nada se hace, se está dando carta blanca a que se de lo que está aconteciendo.
Aquellos que nos llevaron a una guerra tras un golpe de estado, los hijos y nietos de aquellos, hoy vuelven a romper la convivencia con la misma intención. La democracia ha de defenderse y para ello, en primer lugar, ha de impedir que quien la ataca y pone en peligro la utilice con fines espurios. En segundo lugar, sigue siendo preciso dotarse de leyes y jueces dispuestos a aplicarlas, para evitar la utilización del estado democrático por agentes perversos. Y en tercer lugar, cumplir lo que se debió hacer en el año 1978, limpiar las fuerzas armadas y jueces de antidemócratas, que están poniendo los mimbres para justificar lo que ya se hizo en 1936. Por qué aquellos que escondidos tras un uniforme o una toga, prevarican en beneficio de sus ideologías políticas o/y religiosas, no deben ni estar a sueldo ni ostentar cargos que no defienden la esencia de una democracia. Es un hecho que raya el milagro que quienes torturaron y asesinaron en defensa de una dictadura reconvirtieran su comportamiento de la noche a la mañana, así como que quienes utilizaban las leyes franquistas del TOP (Tribunal de Orden Público) se hubieran reconvertido a la democracia por transustanciación. Sabido es que aún en las escuelas militares se educa bajo los mismos criterios que se hacía bajo la dictadura.
Hacer la vista gorda ante tales infamias nos ha llevado a que haya cloacas policiales, a que se siga torturando en dependencias policiales, dando trato discriminado y vejatorio, como está constatado en las manifestaciones, tratadas de forma muy diferente si son de trabajadores que reivindican mejores condiciones de vida laborales o sociales o si son organizadas por cayetanos, falangistas y fascistas en las que miembros de las fuerzas de seguridad confraternizan con los manifestantes. También en muchas sentencias y pronunciamientos judiciales, donde en ocasiones parece que se juzga más con la biblia que con el código civil.
Hoy, ante la pasividad de los poderes legislativo y el judicial, han mandado balas, mañana, si no se actúa con responsabilidad para defender el estado de convivencia, las utilizaran como lo estuvieron haciendo en los años 70 y 80, cuando asesinaron a casi un millar de demócratas de manera gratuita.