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Necesitamos saber que existen
diferencias entre mujeres y hombres, no podemos
pensar que somos iguales, porque no es cierto,
ya que las mujeres, cuando regresan a casa
todavía tienen que hacer las tareas del hogar. Y
esta es la lectura feminista, y es necesaria,
porque estas son las condiciones en las que nos
encontramos.
Una compañera murió en Bérgamo,
cogió el Covid en una fábrica de la
multinacional Brembo. Continuó trabajando a
pesar de las miles de muertes ocurridas.
Continuó trabajando porque tenía un bebé
sobre sus hombros, estaba embarazada de un
segundo y no podía pagar a una niñera ni
podía quedarse en casa. Entonces, la lucha es
diferente, no es igual para todos y también es
diferente entre un trabajador migrante y un
trabajador blanco. No todos tenemos el mismo
privilegio. ¿Por qué la mujer tarda más en
hacer las huelgas y sólo las hace en
situaciones límite? Porque ella es la que sabe
que tiene que afrontar mucha cosas, y más
ahora, ante un nuevo reinicio.
Cuando se habla de la reproducción,
no se tiene en cuenta que sólo las mujeres
piden los permisos parentales y que las que
vienen de otros países no tendrán acceso a
permisos y otras prestaciones. Sólo uno de cada
diez hombres toma el permiso parental y ni
siquiera en ese caso la mujer es eximida del
trabajo en el hogar. Desde este punto de vista,
por tanto, el permiso parental tiene algo de
tomadura de pelo, porque todo sigue cargando
sobre las mujeres. ¿Pero a quién se contrata a
tiempo completo? A los hombres. Hay muchas
empresas que tienen composición mixta y en las
que sólo los hombres están contratados a
jornada completa.
Es necesario hablar de la asunción
del privilegio del hombre, también como
trabajador. En la fábrica puedes luchar como
quieras, pero si luego, cuando llegas a casa,
sólo se hace cargo de ella la mujer, entonces
esa lucha está un tanto mutilada. De hecho,
esta consideración también surgió de las
reflexiones que hicimos entre nosotras cuando a
partir del 10 de marzo comenzamos nuestras
protestas, que surgieron a partir de las mujeres
que decían "tengo hijos en casa con enseñanza
online y no sé cómo hacerlo: tengo que
levantar- me a las 5 de la mañana, intentar
descargar el programa, ver si hay conexión, ver
si funciona la lección del día, ponerme de
acuerdo con una amiga...". Estamos hablando de
mujeres que salen de la fábri- ca a las 5 de la
tarde y que aún tienen por delante al menos
tres o cuatro horas de curre en casa. Por eso es
importante partir del discurso feminista, y eso
se ha visto incluso cuando hacemos huelga: el
feminismo ha golpeado exactamente sobre estas
conexiones en los últimos cuatro años de
huelgas.
Las mujeres decidieron ir a la
huelga el 8 de marzo porque era la fecha en la
que se reconocían a sí mismas, no sólo como
mujeres y como subjetividad, sino también
porque todas estas luchas se entrelazaban con el
rechazo a los abusos y la explotación que tan
bien conocemos.
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