Trasversales
Lois Valsa

Otoño cultural madrileño 2022 (de Kiev a Qatar)


(o el dilema ético de ver el mundial)



Revista Trasversales número 61, diciembre 2022 web

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¿Por qué se le llama "guerra" a lo que es una invasión descarada? La de Ucrania.

¿Por qué se le llama deporte a lo que es un "blanqueamiento" deportivo? Lo de Qatar.

En este otoño estamos metidos en el mundial de fútbol de qatar, incluso en el dilema ético de ver el mundial que se le plantea a los aficionados, porque el anularlo ya resulta imposible, a pesar de que se salta muchos derechos humanos. ¿Por qué no se tomaron medidas antes? Ya sabíamos qué tipo de país es ese en que se están celebrando los partidos. Un país en el que se discrimina a las mujeres, a las personas LGTB+ -se las castiga con penas de cárcel- y a los trabajadores inmigrantes. Según una investigación publicada por el diario The Guardian, desde el anuncio de la elección de Qatar como sede del Mundial han muerto al menos 6500 trabajadores inmigrantes (probablemente esta cifra sea una subestimación) y son 40.000 los heridos. Se ha acusado a sus gobernantes y a la FIFA de "blanqueamiento" deportivo al promover una imagen positiva del régimen, a menudo con ayuda de caras reconocidas, como "influencers" a sueldo o David Beckham, embajador de la Copa del Mundo. Un blanqueamiento que se convierte, según Natalia Junquera en un reportaje en El País, en "la campaña de imagen más cara de la historia". Además, la elección de Qatar ha sido moralmente grotesca.

En ese sentido, sería bueno recordar también que hace cuatro años se jugó en Rusia un mundial de fútbol cuando la península de Crimea había sido invadida por Rusia; y allí también se saltaban muchos Derechos Humanos como los derechos de los homosexuales y se discriminaba a las personas LGTB+, que es que lo que en estos momentos se critica a Qatar. No hace falta remontarse siquiera al Mundial de Argentina de 1978, sumida en la dictadura militar de Videla, o a los Mundiales de 1934, en la Italia de Mussolini. Una vez más, el "Deporte Rey" parece estar por encima del bien y del mal. Sin duda, la esclavitud suele asociarse, por la gran cantidad de esclavos que murieron en su construcción, a las pirámides en Egipto. Pero la gran pirámide del siglo XXI es, probablemente, la corrupta y fraudulenta industria del fútbol. Cada cuatro años hay datos de muertes de obreros en la construcción de los estadios, hoteles, edificios varios u otras instalaciones que llevan a cabo los países anfitriones. El color rojo tiñe, pues, tales eventos como ahora el de Qatar. Pero no se debe olvidar que grandes equipos de fútbol están en manos de jeques árabes y habrá otros que pronto caerían en las redes del petróleo, del petrosoborno.

Los anteriores son solo algunos ejemplos de la vergüenza del deporte utilizado como cínica cobertura de sátrapas, belicistas o simplemente aprovechados. No debemos olvidar que ya los Juegos Olímpicos modernos fueron fundados por aristócratas europeos o que el relevo de la antorcha fue un símbolo ensayado por vez primera en las Olimpiadas de Berlín de 1936, bajo la mirada del gran dictador Hitler, en un acto que había diseñado Goebbels para manifestar el poder del nazismo, y que fue fotografiado por Leni Riefenstahl. Pero hace poco, cuando los Juegos de Invierno de Pekín, China pidió a Rusia que retrasara su invasión de Ucrania. Y, a pesar de que países importantes del mundo denunciaron en aquel momento el genocidio que el gobierno chino estaba llevando a cabo contra los iugures, todos ellos enviaron delegaciones deportivas al evento. El sometimiento a los jeques del combustible es tal que, ahora, un evento normalmente veraniego se lleva a cabo en otoño por pura codicia. Medio broma medio metáfora de que el cambio climático ha ampliado nuestro verano occidental. Sobre todo cuando sabemos que, además, el petróleo contribuye en gran medida al cambio climático Al final, parece que siempre gana el Poder del Dinero.

En el caso que nos ocupa, Qatar ha logrado ir comprando los votos necesarios para ser elegida sede del Mundial en este otoño de 2022. A pesar de que en Qatar no había estadios, no había hoteles suficientes, no había tradición futbolística y era imposible celebrar la Copa en verano. Pero había dinero de sobra y el apoyo de la FIFA. Porque a esta gran corrupción ha contribuido, por activa o por pasiva, la FIFA, uno de los órganos más poderosos del planeta: 34 personas que dirigen el deporte más popular del mundo, incluida, claro está, la elección del país en el que se celebra el Mundial de fútbol. Pero la corrupción del COI, la FIFA y la UEFA, todas ellas entidades privadas, viene de antiguo y está bien documentada. Ya se conocen documentales como Los entresijos de la FIFA, estrenado en Netflix a propósito del Mundial o uno anterior en la misma línea como La familia FIFA: una historia de amor (Amazon Prime video, 2017). La organización deportiva de megaeventos beneficia a unos pocos contratistas y ayuda a dilapidar dinero público y conlleva crisis de los Estados. Basta solo recordar el caso FIFA, que acabó con las cabezas de Blatter y Platini, o el presunto pelotazo de la Supercopa de España, que se celebra en la wahabita Arabia Saudí para gloria de Rubiales y Piqué.

Sin embargo, los ejemplos de mala gestión, lavado de dinero, tráfico de influencia y otras corrupciones han ocupado en muchas ocasiones cabeceras y portadas de periódicos internacionales. Hay mucho dinero en juego blanqueando a las dictaduras como bien sabía el rey emérito. La construcción de megaestadios en el desierto solo vuelve todo más explícito y obsceno, pero no hace que cambie nada. Indudablemente todos tenemos la culpa, pero unos más que otros. Un interesante artículo (La Roja, el Mundial y la sangre) de David Lizoain y Rubén Sáez en El País (23/11/22), ha tocado bien las teclas de estas vergüenzas. Y anticipa muy bien un problema que tiene la democracia: "nuestra pasividad como espectadores anticipa nuestra pasividad como ciudadanos". Porque todo esto se lleva a cabo con la complicidad de los espectadores: el espectador(a) renuncia a cualquier impulso ético a cambio de ser entretenido. El disfrute es suyo pero los beneficios desde luego que no. Nuestro consumo tiene un coste humano. Pero "el deporte solo es un síntoma: el problema está en cómo organizamos nuestras sociedades y economías, en cómo se relacionan las naciones".

El Mundial de Qatar se convierte así en una potente metáfora de un mundo que arde por los cuatro costados para provecho de unos pocos, mientras la mayoría nos mostramos incapaces de dejar nuestros hábitos de consumo. Y como lo de los Derechos Humanos es tan elástico, el presidente de la FIFA, Infantino, de familia muy humilde por cierto, se escuda en 3000 años de historia de brutalidades de Occidente para justificar su elección y poder quitar los lazos que portaban algunos equipos. Una muestra más de la sumisión al Poder del Dinero. Pero los equipos de fútbol ya estaban sometidos antes al poder del dinero del petróleo árabe y lo mostraban en los nombres de sus camisetas. Tampoco hay que olvidar el papel que juegan los acuerdos comerciales ya que, por ejemplo, Qatar es el quinto proveedor de gas natural de España. Los espectadores querrán ver a sus equipos favoritos y fumar el opio del pueblo.

Por otra parte, el Mundial de Qatar, como escribe en La Vanguardia el gran periodista John Carlin, es "el escenario no solo de un choque de culturas sino también de la batalla, hoy en plena efervescencia, entre las democracias de Occidente y las dictaduras que ganan terreno en el resto del mundo". Para Carlin, dos figuras encarnan el conflicto: del lado de las dictaduras, David Beckham; del lado de la democracia, Ehsan Hajsafi. El primero superconocido y el segundo un completo desconocido. Del primero mejor no hacer publicidad porque se la hace muy bien él solito y, además, se forra de dinero. Ha recibido nada menos que 175 millones de euros, según la prensa inglesa, para ejercer de embajador del Mundial y, durante diez años más, de Qatar. Del segundo hay que cantar todas las loas porque ser un personaje público, capitán de la selección iraní, y defender la rebelión es un acto de heroicidad enorme. "Antes de todo quisiera expresar mis condolencias a todas las familias que han perdido a seres queridos en Irán. Deben saber que estamos con ellos, que les apoyamos, que tienen toda nuestra simpatía", dijo en una rueda de prensa.

Si bien la tendencia indica que, en los próximos años, caerán nuevos equipos tanto de Europa como de América en estas mismas manos manchadas de sangre y petróleo, no hay que dejar de ver posibles resistencias frente a esta corrupción y sumisión al dinero. Y frente a los que dicen que el fútbol no se debería politizar se les puede contestar que lo han politizado Qatar y la FIFA, y no los aficionados. En el sentido de resistencia al Poder del Dinero, son importantes gestos como el de Ibai Llanos que asegura haber rechazado una oferta para ir a Qatar durante la competición, o el de Rod Stewart, que renunció a actuar en el Mundial (y al millón de euros dando una aprobación tácita a todo el espectáculo que le habría reportado). Y también los gestos de ciertas selecciones llevando sus lazos LGTB+, o el mensaje "One Love". Por ejemplo, la selección alemana de fútbol y las declaraciones críticas de una ministra alemana. Según el filósofo Francisco Javier López Frías, profesor de Filosofía del Deporte en la Universidad de Penn State (Estados Unidos), algunos profesionales del sector se van concienciando, "a veces solo por una cuestión económica o de patrocinios, pero también dando más importancia a asuntos que antes pasaban inadvertidos".

En una reunión de filósofos especializados en ética deportiva a la que él asistió en la Universidad de Lovaina, en todas las conversaciones salía el tema del Mundial y todos se preguntaban si sería mejor seguir o si merecía la pena boicotearlo. Según él, cada vez hay más debate en torno al blanqueamiento deportivo y cita como ejemplo las críticas de los aficionados de la Premier League a los millonarios que compran equipos de fútbol con la oposición de las bases. Por eso, tendremos que ver lo que pasa cuando acabe el Mundial, si empieza la Liga y todo el mundo se olvida, o si el debate evoluciona y los jugadores también participan. En lo que se refiere a los aficionados, pueden entrar en la "complicidad de la tolerancia", según Sahsa Mudd, filósofo de la Universidad Católica de Lovaina. Según este filósofo, "Los aficionados no son responsables de los abusos de Qatar, pero los toleran, normalizan o ignoran cuando sigue la competición, dando una aprobación tácita a todo el espectáculo". En relación a la postura de los aficionados, López Frías señala: "si un 30% de los aficionados no siguen los partidos, la FIFA se vería obligada a seguir criterios éticos".

Por otra parte, una postura radical nos llevaría desde luego a no ver nunca más un partido profesional. Esa postura de boicoteo parece impensable: lo estamos viendo porque los medios de comunicación han entrado de lleno en el juego. Y la mayoría de los aficionados también porque no quieren perderse los partidos ni dejar de ver jugar a sus mitos futbolísticos. La otra postura sería el debate para mostrar nuestra oposición a lo que han hecho Qatar y la FIFA. Pero la discusión sobre cuestiones éticas es una forma de resistencia indirecta y a largo plazo en la que tenemos que estar muy activos y activistas en la crítica pública. Al menos, que las herramientas tecnológicas sirvan también para denunciar la inmoralidad de la FIFA y para aprovechar la gran oportunidad que ofrece el Mundial para llamar la atención de los/as más sensibilizados. Sobre todo para hablar del incumplimiento de derechos humanos fundamentales, incluyendo el trato dado a los trabajadores migrantes y, claro está, del cambio climático. Pero, al final, creo que nos quedaremos solos los que, desde hace ya mucho tiempo, consideramos, a pesar de lo gozoso que nos resultaba en nuestra infancia jugar y ver el fútbol, que el "deporte rey" estaba podrido hasta los tuétanos.

Por último, Bélgica está investigando una trama de sobornos de Qatar en la Eurocámara. Concretamente, la Fiscalía de Bélgica investiga una trama de sobornos del Estado del Golfo a personas con una "posición política o estratégica significativa" en el Parlamento Europeo. Y, según ha informado el ministerio público belga, ya hay cuatro detenidos, entre ellos, el exeurodiputado del grupo de los Socialistas y Demócratas (S&D), Pier Antonio Panzari. Además, la Fiscalía apunta a una de las vicepresidentas de la Eurocámara, la griega Eva Kaili, también del mismo partido y que ya ha sido interrogada, aunque no se ha precisado si Kaili ha pasado a disposición judicial. Eva Kaili ya ha sido expulsada de su partido y del grupo socialdemócrata griego (PASOK). Esta dirigente había llegado a decir en una sesión parlamentaria que Qatar está "a la vanguardia de los derechos laborales". Su pareja, antiguo asistente de Panzeri, si está detenido, según fuentes comunitarias. La policía belga también ha detenido al recién elegido secretario general de la Confederación Sindical Internacional, Luca Visentini. A mediados de noviembre ya hubo cierta polémica cuando una mayoría de eurodiputados de S&D, y también del Partido Popular Europeo (PPE) votaron contra una propuesta del grupo de la izquierda muy crítica con Qatar y las vulneraciones de los derechos humanos. En suma: la Fiscalía cree que el emirato trata de influir "en las decisiones políticas y económicas" del Parlamento Europeo, a través de grandes sumas de dinero y de "grandes obsequios".



Libros

- Almudena Grandes, Todo va a mejorar, Barcelona, Tusquets, 2022. Almudena Grandes (Madrid, 1960-2021) se dio a conocer en 1989 con el exitoso libro Las edades de Lulú, XI Premio La Sonrisa Vertical. Estas obra y sus siguientes novelas: Te llamaré viernes, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana, Los aires difíciles, Castillos de cartón, El corazón helado y Los besos en el pan, junto con libros de cuentos Modelos de mujer y Estaciones de paso, la han convertido en una autora, además de muy popular, imprescindible. La culminación de su carrera fueron las cinco novelas que forman sus Episodios de una guerra interminable: Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García y La madre de Frankenstein. Adaptada ampliamente al cine y al teatro, mereció. Entre otros, el premio de la Fundación Lara, el premio de los Libreros de Madrid y el de los de Sevilla, el premio Arcebispo Juan de San Clemente, el Rapallo Carige, el Prix Mediterranée, el Premio Jean Monet, el premio de la Crítica de Madrid, el Liber y el del Festival Eñe, el Premio Elena Poniatowska, el Sor Juana Inés de la Cruz y el Premio Nacional de Narrativa. Póstumamente ha recibido la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el título de Hija Predilecta de Madrid. Varias bibliotecas españolas llevan su nombre, así como en breve lo tendrá también la Estación de Atocha de Madrid. Esta nueva novela coral de anticipación política, un episodio del futuro y no del pasado, dice la autora, que tiene lo mejor de Los besos en el pan y la intriga de los resistentes de los Episodios de una guerra interminable, es sobre todo una galería de personajes, que van contando su experiencia de adaptación a un país que ha sufrido fuertes sacudidas y en el que no quieren resignarse. Estamos, pues, ante la novela póstuma de Almudena Grandes, con un capítulo redactado por su marido Luis García Montero ya que la escritora falleció cuando estaba a punto de escribir las páginas de desenlace de la novela. Según se nos cuenta en el Epílogo, recibió instrucciones para llevarlo a cabo. Para algunos críticos se trata de una distopía pero otros creen que es más bien una utopía pandémica, una utopía clásica. La novela tiene un territorio, España, y un tiempo muy preciso como es el de la pandemia de 2020 producida por el virus del COVID, y que la trama de la novela prolonga veinte años después. En ella la autora imagina un futuro en el que se ha instalado un régimen político en el que han quedado abolidas las libertades. España, pues, en un futuro próximo, en el que un nuevo partido político aparentemente benefactor, llamado MCSY ("Movimiento Ciudadano ¡Soluciones Ya!") ha arrasado en las elecciones. Lo dirige en la sombra un empresario de éxito, El Gran Capitán, que propugna que el Consejo de Ministros funcione como un consejo de administración, él tiene proyectos ambiciosos para arreglar el país. Tras la alarma de una ola de vandalismo, formará un nuevo cuerpo de Vigilantes, tras un Gran Apagón creará un acceso limitado a Internet, y, ante las dificultades, estimulará las libertades de compras y consumo. Todas ellas serán medidas extraordinarias porque el país se enfrenta a nuevas formas de pandemia que exigen velar ante todo por la seguridad. Solo un grupo de mujeres y hombres corrientes se atreverán a desmontar las mentiras del nuevo régimen en el que todo aparenta mejorar, cuando en realidad se vive bajo los abusos de poderosos sin escrúpulos. La escritora, sin dudarlo, pone la novela al servicio de unas ideas pero eso no impide que literariamente fluya.



- Luz Gabás, Lejos de Luisiana, PREMIO PLANETA, Barcelona, 2022. Luz Gabás (Monzón, 1968), licenciada en Filología inglesa y profesora titular de escuela universitaria, tras años dedicada a la docencia, decidió dedicarse a la escritura. Su primera novela, Palmeras en las nieve (2012), fue un éxito de crítica y ventas, y, además, fue traducida a varios idiomas. Su adaptación al cine supuso un rotundo éxito en taquilla, y la película consiguió dos premios Goya. Luego, con otras obras como Regreso a tu piel (2014), Como fuego en el hielo (2017) y el Latido de la tierra (2019), se ha consolidado como una autora importante de la actualidad literaria. La autora reside en el valle de Benasque, donde, además de novelas, escribe relatos y artículos y prepara charlas para encuentros literarios. Con esta novela, ganadora de un Planeta muy concurrido, y, según un miembro del jurado, trabajadísima, nos lleva a la Luisiana de finales del siglo XVIII, a un territorio y una época bastante desconocidos. Estamos ante una novela muy bien documentada que combina aventura, un gran fresco histórico de cuatro décadas y, sobre todo, una cautivadora historia de amor romántico entre una joven criolla de Nueva Orleáns (Suzette Girard) y el hijo del jefe de la tribu Kaskaskia (Ischcate). En medio de las luchas constantes entre franceses, ingleses y españoles con el apoyo o la oposición de una gran cantidad de tribus indias. En ella, con un gran equilibrio entre el contexto histórico y una sólida ficción, los personajes que hicieron historia se entremezclan muy bien con los personajes de ficción. En el centro de una trama bien urdida, un gran amor con el imponente río Misisipi como testigo de su pasión. El texto sigue un orden cronológico, estructurado en cuatro partes como el río: curso alto, medio, bajo y mar. Con gran potencial simbólico es una buena metáfora de la relación y se convierte en el gran eje vertebrador de todo lo que acontece.

- Cristina Campos, Historias de mujeres casadas, finalista PLANETA 2022. Cristina Campos (Barcelona, 1975) es licenciada en Humanidades por la Universidad Autónoma de Barcelona. Acaba sus estudios en la Universidad de Heidelberg, Alemania, donde también trabaja como coordinadora del Festival Internacional de Cine de dicha ciudad. Tras regresar a España empieza su carrera laboral en el sector cinematográfico, profesión que compagina con la escritura. Su primera novela, Pan de limón con semillas de amapola(2016), se ha convertido en un longseller. Además, su versión cinematográfica, dirigida por Benito Zambrano y con guión de la propia autora, logró un gran éxito de público, y fue nominada al Goya por el mejor guión adaptado. En esta novela, la autora, como directora de casting y guionista que es, construye escenas muy dialogadas, y su gusto por el cine se nota en los gustos de algunos de sus personajes. En ella hay referencias a películas como Vidas cruzadas y, sobre todo, se ve su pasión por el cine en los títulos que utiliza para algunos de los capítulos, como son Maridos y mujeres de W. Allen, Herida de Louis Malle o Relatos salvajes, de Damián Szifron. Por otra parte, es una apasionada lectora de escritoras francesas (Annie Ernaux, Anäis Nin, Delphine de Vigan, Marguerite Duras), y se apega mucho a la realidad para contar las historias de sus tres protagonistas femeninas, la historia de sus matrimonios. Así nos habla con naturalidad de los matrimonios contemporáneos, de la rutina conyugal y la complejidad del deseo, del placer y de la intimidad femenina. Para ello, se mete en el mundo de unas mujeres enamoradas de más de 40 años, madres, independientes económicamente de sus maridos, con vidas estables y serenas pero también insatisfechas. Trata más del deseo como motor que de la infidelidad.



Arte. Exposiciones

- En el Palacio de las Alhajas el GRUPO EULEN ha presentado, desde el 10 de junio hasta el 31 de diciembre de 2022, la importante exposición Hijas del Nilo. Mujer y sociedad en el antiguo Egipto, comisariada por Esther Pons y Nacho Ares. La ha presentado precisamente en un año en el que se suceden las efemérides para la egiptología: 100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankhamón por Howard Carter, 200 años del desciframiento de la Piedra de Rosetta por J.F. Champollion y 50 años de la inauguración del Templo de Debod en Madrid. Al tiempo, con esta muestra, el Grupo Eulen celebra su 60º aniversario. En Madrid estamos ante la primera exposición que se realiza exclusivamente en torno a la mujer en el antiguo Egipto en España y la de mayor envergadura con casi 300 piezas de 12 países. Entre los prestadores hay 27 museos, fundaciones e instituciones públicas y privadas, tanto nacionales como internacionales, y cinco coleccionistas privados. La mayoría de las piezas "estrella" no han sido nunca mostradas en España y muchas de ellas es la primera vez que los museos las prestan, por lo que el público tendrá una oportunidad única de apreciarlas. Además, la exposición se complementará con muchas actividades paralelas como son un ciclo de conferencias de grandes expertos de altísimo nivel, que se extenderán desde septiembre a diciembre (a destacar el célebre Zahi Hawass, ex ministro de Antigüedades de Egipto), visitas guiadas para colectivos específicos, visitas nocturnas y visitas matutinas. Para todo ello, contará con audiovisuales inmersivos, audioguías, visitas nocturnas y visitas matutinas.

Esta magnífica exposición recorre todos los ámbitos del mundo femenino, desde la vida cotidiana, el atuendo y la cosmética, hasta su influencia como diosas y reinas o los rituales funerarios. Por lo tanto, el objetivo de la muestra es acercar al público la cultura egipcia desde una óptica diferente: la de la condición y la posición de la mujer. No hay que olvidar que en el antiguo Egipto la mujer tuvo un papel relevante y gozó de una independencia desconocida en otras culturas coetáneas o incluso posteriores. No obstante, y según las fuentes, es en las clases sociales más favorecidas donde más vemos dicha independencia y libertad. Hablamos, además, de un amplísimo periodo de tiempo, de más de 3500 años, durante el cual la estructura social, económica y religiosa fue evolucionando; y de un vasto territorio, por lo que habría diferencias según la zona geográfica. Ahora bien, lo que es innegable es que hombre y mujer eran iguales ante la ley. La mujer es la compañera del hombre, su complementaria. Un concepto muy alejado, por ejemplo, del existente en la sociedad griega, donde la mujer era considerada como menor de edad. No hay que olvidar que el Antiguo Egipto era una teocracia y por ello el derecho al trono era, a su vez, divino. La mujer transmitía ese derecho y otorgaba la legitimidad. A lo largo de la historia de Egipto ha habido mujeres que reinaron por si solas como Hatsheput (1479-1425 a. c.) o la última reina, Cleopatra VII (51-30 a. c.). Además, la Gran Esposa Real podía tener una gran influencia en el faraón y en la política de Egipto como sucedió en el caso de Tiyi (1390-1340 a. c), su nuera, Nefertiti (1353-1332 a. c.) y Nefertari (1279-1255 a. c.), entre otras.

- En el Museo ICO se ha presentado desde el 5 de octubre hasta el 15 de enero una interesante exposición, Amaneceres domésticos. Temas de vivienda colectiva en la Europa del siglo XXI, en la que se presentan 28 ejemplos paradigmáticos de vivienda colectiva construida en diez países europeos del año 2000 al 2021.Es decir, los nuevos tipos de vivienda para una sociedad en constante cambio. Cinco proyectos son españoles y están en Barcelona, Palma y Santiago de Compostela. Life Reusing Posidonia (Formentera) de Alfonso Reina Ferragut, Antonio Martín Procopio, Carles Oliver Barceló y Xim Moyá Costa; Fabra i Cotas (Barcelona) de Roldán+Berengué; Torre Juliá (Barcelona) de Pau Vidal, Sergi Pons y Ricard Galiana; Complejo de Viviendas en Caramoniña (Santiago de Compostela) de Víctor López Cotelo y Juan Manuel Vargas; y Cooperativa de Viviendas La Borda (Barcelona) de Lacol SCCL. En la exposición, a partir de obras construidas, se reproducen a escala 1/1 siete interiores de los edificios seleccionados por los comisarios y se muestran aspectos de la vivienda colectiva como la conciencia climática, la conexión con el entorno urbano o los nuevos modelos de gestión, entre otros. Los edificios se organizan, pues, en torno a siete categorías: Conciencia climática, Recargas activas, Cuidados domésticos, Nueva Gestión, Contextos urbanos, Vivir y compartir e Identidades icónicas, más un epílogo COVID. La muestra está comisariada por Carmen Espegel, Andrés Cánovas, y José María de. Lapuerta.

Amaneceres domésticos propone, pues, al visitante, a través de una serie de conceptos, ejemplificados con proyectos construidos, un lugar de reflexión y debate sobre el presente y el futuro de los espacios que habitamos. En una línea muy coherente con las anteriores exposiciones que hemos visto en estas salas. Sin ir más allá en el tiempo, podemos recordar la importante muestra Anna Heringer. La belleza esencial (que se pudo ver desde el 9 de febrero al 8 de mayo de 2022), la primera exposición monográfica sobre la arquitecta alemana que tuvo lugar en España; y la para mí fundamental exposición, ya que es una nueva manera de ver la arquitectura y una original propuesta de construir en una Europa saturada de viviendas, de Lacaton&Vassal, sobre el estudio de arquitectos franceses que fue Premio Pritzker de Arquitectura en 2021 (que se pudo ver desde el 6 de octubre de 2021 al 16 de enero de 2022). Ahora, en sus estancias amuebladas vemos, mediante planos, fotografías, vídeos realizados específicamente para esta muestra- en la que los usuarios y arquitectos de los inmuebles cuentan sus experiencias- y otros materiales, como se desarrollan los siete temas arriba mencionados. La exposición cuenta, además, como siempre, con un magnífico Catálogo que, editado por la Fundación ICO en colaboración con Ediciones Asimétricas, profundiza en los temas mediante textos críticos. No hay que dejar de señalar que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) ha colaborado con esta exigente exposición.

- En el Museo Nacional del Prado se ha presentado, desde el 17 de octubre hasta el 29 de enero de 2023, una magnífica exposición, El "Otro Renacimiento", que nos descubre la experiencia napolitana de los artistas españoles en el Renacimiento. Organizada con el Museo e Real Bosco di Capidimonte de Nápoles, el Museo Nacional del prado, con el patrocinio en exclusiva de la Fundación BBVA, plantea, en las salas A y B del edificio Jerónimos, un recorrido por uno de los capítulos más fecundos y desconocidos de la cultura del renacimiento europeo: la de España y de la Italia meridional hacia la "maniera moderna", el gran arte basado en la revolución artística llevada a cabo por Leonardo, Rafael y Miguel Ángel. Bajo el título "Otro Renacimiento", artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento", esta exposición compuesta por 75 obras (44 pinturas, 25 esculturas, 5 libros y 1 retablo) procedente de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales, pretende llamar la atención sobre una cronología (los años iniciales del siglo XVI), una geografía (Nápoles) y unos actores (pintores y escultores italianos y españoles), que conforman un panorama artístico a menudo considerado secundario respecto a los tradicionales focos del Renacimiento: Florencia y Roma, y que tuvo además una decisiva trascendencia dentro de una realidad política más amplia, la de la Monarquía Hispánica, como demuestra la posterior actividad en España de artistas como Pedro Machuca, Bartolomé Ordóñez, Diego de Siloé, Pedro Fernández o Alonso Berruguete, entre otros. Esta exposición está comisariada por Manuel Arias y abarca de principios de siglo hasta 1530.

Si nos ceñimos al espacio expositivo, en primer lugar, hay que destacar que esta muestra está inscrita en un espacio arquitectónico que evoca las construcciones napolitanas de la época y así nos da una idea muy aproximada de lo que supusieron las novedades de ese periodo sin circunscribirse a una sola disciplina artística. Se trasmite de este modo una percepción global, ajustada a una realidad de convivencia de técnicas y materiales. La pintura sobre madera, o lienzo, la miniatura, la madera policromada o la escultura en mármol presentan un panorama variado de tipologías y formatos que nos trasladan de una manera más verosímil al periodo que se ilustra. Además, este proyecto expositivo, que tendrá su continuidad en el napolitano Museo e Real Bosco di Capidimonte, permitirá hasta su clausura completar narraciones y añadir matices a la Colección Permanente del Prado a través del conocimiento de lo que fueron las artes plásticas en Nápoles a comienzos del siglo XVI, y hablar del protagonismo de lo hispánico en un proceso enriquecedor de interacción e intercambio con el mundo italiano. Según el Director del Museo del Prado, "podemos afirmar sin temor a exagerar que, sin esa experiencia napolitana, el Renacimiento español sería distinto". Su relato esclarecedor y dialogante resulta trascendental para definir la transformación del Renacimiento español. El recorrido se cierra con uno de esos estupendos diálogos entre Diego de Siloé y Alonso Berruguete con sus "San Sebastianes". Una vez más, el Museo del Prado, además de sus múltiples actividades en torno a la exposición, ha elaborado un magnífico Catálogo en el que se aborda de manera novedosa ese particular momento a través de textos de especialistas de los dos países.



Teatro. Obras

- En las Naves del Español en Matadero se ha presentado hasta el 23 de octubre una obra de "teatro documento", Celebración, que inaugura un hermoso proyecto del Teatro Español, "La senior", dirigido por su director adjunto, Luis Luque. "Estamos obligados a recatar del olvido la memoria de nuestros actores más mayores -dice- Varias generaciones de actrices y actores que, con su talento y esfuerzo, han ayudado a que nuestra sociedad sea más ilustrada, más instruida, más justa y menos bárbara". Sigue: "Huimos de cualquier paternalismo, de los tópicos de hacerse mayor. La pandemia ha acentuado esa debilidad de un sector de la sociedad que mira el mundo con cierta perplejidad y cierta incertidumbre; que se siente sobrepasada por la tecnología y siente que ha perdido un tren". El proyecto incluye, pues, actores de más de setenta años ya que Luque creyó que sería muy lindo "recuperar la memoria y el presente de los actores mayores". Para ello, eligió para su propuesta teatral a Ana Marzoa, Guillermo Montesinos, Amparo Pamplona, Paco Racionero, Juan Ribó y María Luisa San José. Todos ellos, prosigue Luque, "han sido muy grandes, han tenido momentos de éxito y popularidad, y después han seguido sus carreras, aunque ya sin la misma fuerza. Conocen el éxito y también el olvido". La obra la han escrito Luis Luque y Álvaro Lizarrondo. A partir de los testimonios de los propios actores, todos con una amplia trayectoria teatral, televisiva y cinematográfica, en tres talleres. Así nació esta pieza de "teatro documento" que nos permite "conocer algo más de sus vidas y de su manera de entender el oficio", remata Luque. ¡Estamos, sin duda, ante un maravilloso proyecto!

Pienso que, ante todo, en primer lugar, Luis Luque rinde un merecido homenaje a las actrices y actores mayores que, tras muchos años de esfuerzo, acaban siendo apartados en muchos casos injustamente de la escena y de su profesión. En este sentido, esta emocionante obra es, sin duda, un maravilloso acto de amor hacia el teatro y sus intérpretes, en este caso tres actrices y tres actores mayores, entre 70 y 80 años, que se examinan a sí mismos a través de sus vivencias en el escenario. Desde que corrieron delante de los grises e incluso padecieron detenciones y cárcel en una lucha por cambiar las duras condiciones laborales de la profesión, como en la histórica huelga de 1975, con la que consiguieron una reducción de la jornada laboral y el pago de los ensayos. Hubo una época en la que hacían dos funciones los siete días de la semana. Aquí desde luego no hay nada de ficción. Además, el director sabe apartarse con humildad y también con enorme sentido artístico y deja que ellos sean los auténticos protagonistas de la obra. Para ello elige un espacio escénico, con una arquitectura muy luminosa, en el que puedan moverse a su gusto, ayudados de objetos muy flexibles como las sillas, hablando, recitando o bailando. El espectáculo, en el mejor sentido del término y no de los espectáculos de hoy, rezuma una gran ternura en todo momento alcanzando incluso una gran belleza en situaciones clave, incluso en algunos momentos más críticos pero que no llegan a una polémica en profundidad. A ello ayuda en gran manera el limpio espacio escénico de Mónica Boromello, la agradable iluminación de Pilar Valdelvira y la hermosa partitura de música original de Mariano Marín.

- En las naves del Español en Matadero también hemos podido ver, hasta el 27 de noviembre, una importante obra, True West, del ya reconocido autor Sam Shepard. En esta obra, que comienza como el "típico drama familiar norteamericano", con ecos del teatro realista estadounidense del siglo XX, y sus magníficos autores como Arthur Miller, Tennessee Williams o Eugene O'Neill, pronto resuena la voz distinta de Shepard. Una voz mucho más salvaje como vamos a ver en la función porque ya no estamos ante el drama familiar de posguerra sino ante la tragedia del individuo de finales de milenio: la obra pronto nos traslada del puro realismo al teatro del absurdo. De los dos hermanos, con un padre alcohólico que no se sabe donde está y una madre disfuncional, Austin es un guionista y Lee un buscavidas, y entre ellos hay una rivalidad brutal que viene de su infancia. Por ello, se admiran y se desprecian el uno al otro y entre ellos reina, a veces, el odio y, otras veces, el amor. Con su dualidad, sin duda, representan la complejidad de la naturaleza conflictiva del ser humano. Shepard hila muy fino, a través de sus potentes diálogos, en sus caracteres contradictorios y en el cambio de papeles que llegan a alcanzar en su pelea. Pero hasta en las situaciones más dolorosas puede surgir el humor. Esta obra, que en sus múltiples capas toca varios temas, es un auténtico juego de espejos sobre las identidades que no son nunca estables ni inmutables y que casi todas esconden un trauma, el de querer ser otro. El autor se sale, en su audaz indagación teatral, del realismo puro, para llevar a la obra y al espectador al simbolismo mítico de Caín y Abel que se nutre también de la violencia y del caos surrealista.

El desarrollo dramático de esta obra no se presenta, de entrada, nada fácil, pero su directora, Montse Tixé, consigue, a pesar del tiempo escueto y directo de los diálogos del autor, darle el pulso adecuado a esta dificilísima graduación de intensidades. No hay que olvidar tampoco que la estupenda adaptación de esta comedia negra de Shepard la ha hecho muy bien el escritor Eduardo Mendoza. Pero es, sobre todo, gracias al buen trabajo actoral, tanto a través de sus palabras como de sus gestos, de los protagonistas, en especial Tristán Ulloa como hermano mayor, aunque Kike Guaza, más irregular y al comienzo más envarado, logra darle una buena réplica (en las funciones iniciales fue Pablo Derqui), como se consigue llevarla a buen puerto y alcanzar ese final tan catártico. José Luis Esteban, en su escaso papel, también cumple con el carisma del productor de cine. Como ya se sabe, en general los dramas de Sam Shepard son muy codiciados por los actores porque les ofrecen muchas posibilidades de brillar en escena.

El esfuerzo final de Jeannine Mestre como madre (¡muy naíf por cierto!) se hace muy exagerado porque ya estamos metidos a tope en el absurdo, y se ve como bastante prescindible, aunque algo explique de cómo son los hermanos. Estamos, pues, ante un drama transformador porque en el comienzo, en esa casa burguesa de las afueras de Los Ángeles, lo que predomina es el orden. En ese orden, aunque fuera aúllen los coyotes, está el hermano pequeño, guionista de Hollywood que trabaja en su nuevo proyecto, al que ha dejado la casa su madre que se ha ido a Alaska. Pero de pronto aparece el lado salvaje de la vida en forma de hermano mayor y entra el desorden en la casa.

- En el Teatro de la Abadía se ha presentado desde el 3 al 13 de noviembre una obra muy interesante, La Toffana, sobre la alquimista que creó un veneno para que las mujeres se "liberaran" de sus maridos. Giulia Toffana fue una mujer que ayudó a seiscientas dos mujeres a asesinar a sus maridos mediante un veneno indetectable creada por ella, el "acqua toffana". Para ello, tejió una red mafiosa de distribución de la pócima en la Roma del siglo XVII. Tras ser descubierta, fue sometida a juicio y condenada a muerte. La sentencia se cumplió en julio de 1659, siendo ahorcada, junto con su hija Girolama y otros tres colaboradores, en el Campo de Fiori romano. Esta historia la han llevado a escena Vanessa Monfort y María Herrero, autora y directora, respectivamente, de la obra. La función, concebida como un thiller se estrenó en el pasado Festival de Almagro. Junto a la directora, sus intérpretes son Victoria Teijeiro, Amaranta Munana y Aitor de Quintana, que interpretan los diez personajes de la obra. María Herrero vio, en 2019, Firmado Lejárraga en el Valle Inclán, y se quedó tan maravillada que abordó a su autora y directora Vanesa Monfort y le propuso trabajar juntas. Herrero se había documentado para otro montaje suyo, Musical barroco, y buscaba tipos de veneno de la época y encontró el "acqua toffana": Luego descubrió a su artífice y se quedó fascinada por la historia y por el personaje. La indagación sobre esos hechos les llevó dos años de rastreo en los archivos vaticanos en Roma en los que hay que tener un permiso eclesiástico y otro civil. El principio del juicio que sigue el Tribunal del Santo Oficio de Roma contra Giulia, el 13 de julio de 1639, es el marco de la obra.

Antes de nada hay que reconocer, gran mérito de la autora, directora e intérpretes, que esta obra es muy difícil de dirigir y de ejecutar, tanto por el reto estructural que supone como por lo polémico que es el tema. En ella hay muchos cambios y muy rápidos y flashbacks, idas y venidas al juicio, por lo que expresar esa evolución en cuanto a luz e interpretación es muy complicado. A la autora lo que le interesaba como herramienta más poderosa era que el juicio estuviese en escena. Para acercar la obra al público actual, ya que no quería que fuese historicista, se ha ido un poco al código del Calígula de Camus. María Herrero también ha optado por un código que no es 100% histórico. La música, por cierto muy trabajada, como la escenografía y la iluminación, también tiene un pie en la época y otro aquí. Se ha tratado, en suma, de acercar la obra, incluso el inquisidor habla como un fiscal de hoy, a un público contemporáneo. En cuanto al carácter polémico de la obra, la autora y la directora quieren dejar claro que su labor no es la de juzgar a ningún personaje y más a una asesina confesa como Giulia, y sí hablar de una época en la que la única manera que tenían las mujeres de liberarse era enviudar. La protagonista había sido testigo de la ejecución de su madre, una boticaria que envenenó a su marido maltratador, a la que se desmembró en una plaza. Tras la violenta muerte de su madre fue trasladada a un convento de Roma. Monfort deja muy claro que habla de las causas y el móvil pero no de la justificación. "Sería la primera asesina en serie de la historia", aclara. Pero, además de asesina, crea una mafia de mujeres y encima es siciliana. "El primer Padrino es una Madrina del siglo XVII".



Cine

- UYna de las películas más importantes de esta temporada otoñal ha sido, sin duda, As bestas, la última película del ya reconocido director Rodrigo Sorogoyen, un potente thriller psicológico, con aire de wéstern, que está muy bien protagonizado por Luis Zahera, Denis Ménochét y Marina Foïs. Una película española de producción también francesa (en Francia, 350.000 espectadores han convertido la película en todo un acontecimiento). Sorogoyen es desde luego, eso está claro, un superdotado para contar historias y crear atmósferas como pocos directores saben hacer. Lo sabemos los que hemos seguido su cine, deslumbrados por su maestría, desde aquella primera película, Stockholm, rodada en su casa hace diez años y que fue nominada al Goya a la mejor dirección novel. Luego, con Que Dios nos perdone (optó al Goya a mejor director en 2017) y, sobre todo, con El reino que le supuso el Goya a mejor director, nos provocó de nuevo mucha admiración. También ha estado en los Oscar con el corto Madre, con cuya versión larga se abrió camino en Francia. Además, en Cannes, su nombre es recurrente y en Venecia ha sido jurado. También ha sido director de Antidisturbios, quizá el mayor éxito reciente de Movistar, donde también ha firmado el primer episodio de Apagón. Sin contar los cortos rodados ni encargos como Historias para no dormir de Amazon o En casa de HBO; y todo lo que ha quedado en los cajones sin rodar. En suma, han sido diez años de una trayectoria impresionante. Ahora, está en su madurez. Y, además, tiene la suerte de contar en los guiones de sus películas con Isabel Peña, responsable de todas sus películas, y pareja indispensable en las entrevistas. La verdad es que se complementan muy bien tanto detrás de la cámara como delante.

En esta película se basan para el guión en los hechos reales acaecidos en Santoalla do Monte, en una historia sucedida en la zona de Petín de Valdeorras con unos holandeses en 1997. La semilla del guión nació, pues, de una página de sucesos de la prensa que en aquel momento muchos leímos. La historia, una tragedia rural, que se desarrolla en un lugar de la Galicia profunda, en la provincia de Lugo lindante con el Bierzo, ya estaba en su cabeza desde 2015 pero se le fueron cruzando otras historias por el camino. Ese gran reposo, sin embargo, le ha hecho mucho bien a la película ya que han podido desarrollar el guión con calma. Sobre el cruento suceso Isabel Peña y Sorogoyen construyen su sólido, e inspirado, guión en el que enfrentan los valores ecológicos que defiende una pareja francesa que se ha establecido en la aldea con el modo de vida tradicional de los vecinos, que están hartos de vivir duramente con la ganadería y la tierra. También entran en juego las empresas eólicas y se crea una división entre conservar o vender las tierras. Se puede hablar de dos partes en la película que funcionarían como el anverso y el reverso de un mismo conflicto donde los antagonistas son los vecinos del pueblo y los extranjeros que no quieren vender sus tierras a las eólicas. En la segunda parte hay un interesante cambio en el guión desde el punto de vista del marido francés al de la mujer, de lo masculino a lo femenino. Sorogoyen es un auténtico maestro, ayudado por la banda sonora, en crear tensión y también desde luego en mantenerla hasta el sorprendente desenlace. La entrada de la hija puede ser lo más discutible de esta admirable película.

- Esta temporada otoñal también se ha podido ver en Madrid la última película, CLIFF WALKERS (¡qué raro título en inglés!), del conocido y reconocido director chino Zhang Yimou. No hace falta recordar aquí la gran trayectoria de este director, que pertenece a la famosa Quinta Generación de cineastas chinos, desde Sorgo Rojo (1987) y La semilla del crisantemo (1990). Últimamente, había hecho Sombra (2018) y Un segundo (2020), en la que fue censurado por el Gobierno que chino impidió su proyección en la Berninale. Por ello, dos años después, en esta película, dedicada a todos los "Héroes de la Revolución", quizá intenta hacer que la censura se olvide de él y pueda volver al carril de "los buenos" de cara al Estado cada vez más totalitario. Cómo siempre, además, nos muestra mujeres valientes como Quin Ailu y, sobre todo, Liu Haocun, también un legado igualitario y revolucionario, que están a la altura de sus compañeros. La verdad es que la película acaba siendo un panfleto revolucionario aunque al final todo queda diluido en agua de borrajas. También los crímenes de guerra japoneses y la exaltación de los "héroes de la Revolución" que pretende. Porque si bien el director nos introduce con la escena del comienzo y de una manera fascinante en la trama de la historia con el salto de los paracaidistas en un entorno nevado, los espectadores, como me pasa a mí, pueden sentirse pronto confundidos entre tantos rostros tan parecidos y con tanta acción que no permite pensar mucho.

Porque en esta su última y ambiciosa película el director nos cuenta la historia de cuatro agentes, dos parejas, entrenados en la URSS que tienen que ejecutar una misión secreta casi suicida en los acantilados de Manchuria. Partimos, pues, de la invasión y ocupación real de un territorio chino, en los años 30, por el ejército invasor japonés. Estamos ante los elementos de un thriller clásico por cierto muy elegante y convencional en sus formas en el que pelean lo analógico y lo digital ya que Yimou parece no decidirse por uno u otro en la reconstrucción de época que trata de llevar a cabo. Además, aunque emula con eficacia las películas clásicas de espías, le acaba faltando tensión dramática a la historia Si bien mantiene la atención hasta el final por su velocidad de acción, su dureza y su violencia solo parece funciona plano a plano visualmente sin que llegue, a mi manera de ver, a cuajar en profundidad la historia. Todo ello a pesar de que es, sin duda, uno de los grandes cineastas, capaz de meterse a los espectadores no solo en el bolsillo sino también en los ojos por su poderío visual. A veces, como tiene el poder de mover grandes presupuestos, se pasa de espectacular haciendo un cine esteticista que tiene la capacidad de encandilar a sus seguidores que no quieren perderse ninguna de sus películas. Existen otros críticos que, sin embargo, le tienen y le profesan una enorme manía en lugar de admiración. A mí hay películas suyas que me gustan muchísimo y otras no tanto. En gran parte por lo que he comentado antes. En esta película la música, además de la calidad fotográfica, ayuda mucho a crear ese clima con cierto regusto romántico lleno de poesía. Con momentos muy brillantes como la carrera de coches.

- Otro gran descubrimiento de esta temporada otoñal ha sido la segunda película, CLOSE, del director belga Lukas Dhont (31 años), que se está convirtiendo en el joven prodigio del cine europeo. Su anterior película, Girl, la historia de una adolescente trans que quería ser bailarina ya había sido una grata sorpresa. El director ha contado que sintió el vértigo de la segunda película después del gran éxito que obtuvo con la primera que fue premiada con la Cámara de Oro en Cannes 2018. Confuso y perdido se refugió en casa de su madre. Ella le dio por lo visto un buen consejo: su nueva película debía contar lo que no se atrevió en la primera, el lugar exacto de un dolor que, autobiográfico o no, era suyo. Para ello buscó el tiempo más claro de la vulnerabilidad, que se sitúa en la preadolescencia, y el tema de la masculinidad desde la ternura de la masculinidad, que logra bordar como nadie. Todo lo que nos cuenta, con gran delicadeza, Dhont en esta película sobre la adolescencia y la amistad masculina, sostenido en una cámara que captura cada expresión de sentimiento, ha de ser sentido y dolido por el espectador. Parece claro que las dos películas del director belga tratan, aunque los puntos de partida sean diferentes, de lo mismo: de la identidad. Estamos ante dos películas por un lado idénticas pero, por otro lado, opuestas. "Lo relevante es la amistad. Es una película de dos amigos y que lo son a pesar de todo, a pesar de ellos mismos. Pero sí es cierto que el argumento que descansa debajo, el motor del drama, es eso que genéricamente llamamos masculinidad. Vivimos un tiempo en el que el feminismo lo ha cambiado todo. Y es justo que así sea puesto que el feminismo no es nada más que una reacción a la injusticia. Pero la masculinidad también debería ser replanteada", aclara.

Esta película fue desde luego la que más honda impresión causó en el pasado Festival de Cannes donde ganó el Premio Especial del Jurado. Posiblemente la misma honda impresión que me causó a mí esta historia de amistad y juventud entre dos colegiales de trece años que son inseparables. Estos chicos tienen una dependencia física y emocional total entre ellos, pero un hecho cotidiano, un comentario banal sin afán de causarles daño que hacen sus compañeras sobre si son parejita, hace desestabilizar su bella amistad. Precisamente en una edad que es la más afectada por la inseguridad y la confusión, por el desconcierto personal y sexual. Porque es una edad en la que siempre late el miedo a ser señalados como afeminados u homosexuales. "La masculinidad preformativa interviene de forma violenta", señala el director, incluso en los entornos familiares más comprensivos, progresistas o inclusivos. "Aprendemos a ser hombres de una manera no diré errónea sino simplemente injusta, que es otra forma de error, un error moral". En la película, uno de ellos acepta la imposición de los demás pero el otro se rompe y se suicida. Luego, también narra de una forma muy pausada el duelo tanto del sobreviviente como de las familias. Toda esta quiebra sentimental de los dos críos que pasan a ser sospechosos de cara a los demás nos la cuenta el director con enorme delicadeza y con un ritmo muy lento Lo hace de una forma muy precisa, de una forma muy intensa y de una forma muy conmovedora. Los espectadores no podemos salir ilesos ni indemnes de un cine que tiene un pie en la tradición del mejor cine social belga, el de los hermanos Dardenne, pero que se mete de lleno en el melodrama. El director busca el equilibrio y lo ha encontrado con cuatro delicadas interpretaciones.



Música

- El 25 de octubre pasado pudimos disfrutar, en el ciclo de La Filarmónica, en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, del estupendo concierto de la Orquesta da Camera. Esta orquesta fue fundada en 2013 y dio su primer concierto de cámara en el palau de la Música de Barcelona con motivo del 25º aniversario de la Temporada Ibercamera. La componen miembros del Cuarteto Casals, Cuarteto Elias, Cuarteto Gerhard, Cuarteto Cosmos, Trío VibrArt, Trío Pedrell y jóvenes músicos que colaboran habitualmente con las mejores orquestas internacionales como la Mahler Chamber Orchestra, Les Arts Florissants, la Orquesta de Radio Frankfurt, la Lucerna Festival Orchestra, la Orquesta Nacional de España, la London Fhilharmonic, la Filarmónica de Dortmund, la Sinfónica de Bamberg o la Academia de la Filarmónica de Berlín. Son, pues, músicos de una generación que ha contribuido a renovar la música de cámara en España. En poco tiempo se han presentado en las más importantes salas nacionales e internacionales y ya han colaborado con los mejores pianistas, violinistas y algún guitarrista como Pepe Romero. En este concierto que reseño han tocado con el pianista húngaro Dezsö Ranki, uno de los mejores pianistas húngaros y un reconocido intérprete del repertorio clásico y contemporáneo, que ha actuado también en las salas más prestigiosas de Europa, Japón y América. Todo este currículo de la orquesta y del pianista explica la calidad del concierto que nos ofrecieron en Madrid.

En la primera parte del concierto tocaron la Sinfonía para cuerdas núm 13, en do menor, "Sinfoniesatz" de F. Mendelssohn (1809-1847). Como se explicita muy bien en el Programa de mano del concierto, este virtuoso compositor, que había empezado a componer a los once años, asimiló "toda la diversidad de formas y géneros de su época, el estilo clásico, las estructuras polifónicas heredadas de Bach y las bases esenciales de la instrumentación contemporánea". Esta pieza consta de un único movimiento que la orquesta llevó a buen puerto. Luego, tocaron el Concierto para teclado núm. 1, en re menor, BWV 1052 (1738) de J. S. Bach (1685-1750). Parece que el más célebre de los ocho para clave que integran el catálogo del compositor. La maravillosa sintonía entre el pianista y la orquesta nos permitieron deleitarnos con su virtuosismo desde el Allegro inicial, pasando por sombrío y cadencioso Adagio, hasta el festivo Allegro final. El pianista que fue muy aplaudido nos regaló una propina. En la segunda parte tocaron Noche trasfigurada, op 4 (1899) de A. Schoenberg (1874-1951). Este poema sinfónico, este bellísimo drama musical sin palabras, respeta la estructura del texto original de cinco secciones ejecutadas sin interrupción cuya música "ilustra" el argumento desarrollado a lo largo de las cinco estrofas del poema, que evoca el paseo de dos amantes a través de un bosque desolado una fría noche a la luz de la luna. El mensaje es claro: el amor lo transforma todo ya que el amante acepta un hijo que no es suyo de la amada. El público fiel del ciclo aplaudió emocionado la interpretación de la orquesta.

- En el ciclo del CNDM22/23 (Centro Nacional de Difusión Musical), que intenta, a través de sus múltiples apartados, potenciar y difundir las diversas músicas del mundo, se han podido escuchar importantes conciertos. Una labor de este Centro, a veces no suficientemente apreciada y valorada, pero que considero muy digna de los mayores elogios. Por ejemplo, en el apartado de "Jazz en el auditorio", pudimos escuchar, el lunes 07/11/22, a la enorme Dianne Reeves (Detroit, 1956), una voz capital en la historia del jazz. Estaba acompañada y arropada por unos excelentes músicos como Romero Lumambo (guitarra con el que tiene una gran complicidad), Edward Simon (piano), Reuben Rogers (contrabajo) y Terreon Gully (batería). Como aclaraba muy bien pablo Sanz en el Programa de mano, "pertenece a una generación de vocalistas con todo el conocimiento y oficio del jazz, artistas que entienden la música como una prolongación de su existencia, algo que se echa en falta en las nuevas generaciones". Figuras que son más que cantantes. En el caso que nos ocupa, una cumbre sobre buena parte de los diferentes latidos jazzísticos, desde el bebop hasta el blues o el pop orillado al soul. En su concierto del auditorio madrileño demostró, una vez más, su auténtico poderío tanto de su dicción como de persuasión melódicas. Los espectadores tuvimos la suerte de asistir esa noche a un gran concierto de esta diva del jazz que parece ser la única cantante hasta la fecha que ha conseguido el galardón de los Grammy durante tres años consecutivos, de 2001 a 2003, por sus excelentes trabajos In the moment, The calling y A little moonlight. ¡Una gran noche, pues, y que nos vuelva a visitar!

- También tuvimos la fortuna de asistir el 22/11/22, en el mismo ciclo del CNDM22/23, a la gran velada musical que supuso, en este caso en el apartado "Fronteras", escuchar la ópera en cuatro actos, Einstein on the beach (1976) de Philip Glass (1937). Una versión en concierto en la que bajo la dirección de Tom de Cock y Michael Schmid, colaboraron Susanne Vega (narradora), Ictus Ensemble, Colegium Vocale Gent y la artista visual Germaine Kruipp. Los textos son de Christofer Knowles, Samuel M. Jonson y Lucinda Childs. La directora del coro es Maria van Nieukerken y la ayudante de escenografía Maxime Fauconnier. La dramaturgia es de Maarten Beirens, el vestuario de Anne-Catherine Kunz y la cuidada iluminación de Nicolas Marc. En su buenísima interpretación conjunta nos presentaron una aproximación puramente musical de la partitura completa de la legendaria ópera de Glass y Wilson. La virtuosa pieza instrumental, las partes cantadas y la estructura cristalina de la obra se ven realzadas por un planteamiento específico del emplazamiento y un sofisticado diseño del sonido. El peligro, tanto aquí como con Robert Wilson, siempre es caer en el mero esteticismo y no lograr reflejar las contradicciones del científico Einstein. Respetando el deseo de Philip Glass, durante la función el público podía entrar y salir de la sala Sinfónica en cualquier momento. Me pareció el deseo del artista una idea estupenda, y también la de los organizadores del ciclo al cumplirla, porque, además, creo que se hizo con gran respeto a los intérpretes y al resto del público que permanecía en la sala. En el fondo, éramos conscientes de que estábamos asistiendo a un auténtico ritual. Además, no hubo abandono masivo de la sala y acabó con una gran ovación final.

- En el ciclo del Círculo de Cámara del Círculo de Bellas Artes hemos podido escuchar, el 20/11/22, un magnífico concierto de la gran pianista rusa Yulianna Avdeeva (Moscú, 3 de julio de 1985), una gran virtuosa de los teclados. Había sido educada en la Escuela Estatal Especial de Música Gnessin, una prestigiosa escuela de música de Moscú. Posteriormente, estudió con Scherbakov y Tropp. Todos estos estudios le permitieron ganar luego bastantes e importantes premios. Pero sobre todo esta mujer había ganado en 2010, con 25 años, el primer premio de la XVI edición del Concurso Internacional Fréderic Chopin de Varsovia, posiblemente el más prestigioso del mundo para los pianistas. Siendo la primera mujer que lo ganaba desde Martha Argerich en 1965. Desde entonces ha ido cimentando una sólida carrera internacional con un repertorio que se ha movido entre Bach y los grandes clásicos del siglo XX. Pero Chopin sigue siendo uno de sus pilares fundamentales. Lo pudimos comprobar de nuevo en este concierto de Madrid donde ha repasado el catálogo de Chopin, empezando con las "mazurcas" para luego seguir con el poderoso "Scherzo", la deliciosa "Barcarola" y la algo enigmática "Polonesa-fantasía". Avdeeva ahora se encuentra en su madurez musical como ya se pudo comprobar en el Festival de Granada hace unos meses, que, al igual que el ciclo del Círculo de Cámara, coordina estupendamente Antonio del Moral. En Granada tocó también a Bach y a Shostakóvich, igual que en Madrid, pero en Madrid tocó a Chopin, a Bach y a Rajmáninov. Estamos, pues, ante una de las grandes virtuosas del piano, una de las maestras ya del piano, cuya discográfica, además de ECM Records (2017), es Deutsche Grammophon (2019) que ha publicado una grabación suya en solitario.

En este concierto en la sala Fernando de Rojas, llena hasta arriba, nos propuso, pues, un recorrido por tres de los mayores hitos de la historia del teclado. Primero, en la primera parte del concierto, tocó a Chopin: empezó con 4 Mazurkas, op. 41 (1838-1839) de Fréderik Chopin (1810-1849), una de las joyas de la música del famoso polaco, a la que siguieron Scherzo nº 3 en do menor, op 39 (1839), Barcarola en fa sostenido menor, op 60 (1845-1846) y Polonesa-fantasía en la bemol mayor, op 61 (1846). Las cuatro obras de Chopin son las más difíciles y bellas del compositor, adalid y buen ejemplo del piano romántico, que actualizó técnicas y formas del pasado, pero, al tiempo, abrió nuevos caminos. Tanto en el lenguaje como en la estructura, consiguiendo así un colorido variado y logrando mostrar un claroscuro difícil de expresar. Las partituras de Chopin son un precedente de creadores tardorrománticos como Rajmáninov. Con su virtuosa interpretación, Avdeeva logró trasmitirnos todos estos logros del genial compositor. En la segunda parte del concierto, después de la pausa, tocó la Partita nº 2 en do menor BWV 826 (1726) de Johann Sebastián Bach (1685-1750), una de las creaciones maestras de Bach y un hito de enorme trascendencia en la historia de la música para teclado, también para el propio Chopin. Por último, tocó la Sonata nº 2 en si bemol menor, op 36 (1913) de Serguéi Rajmáninov (1873-1943), una obra, revisada por su autor, y luego por Horowitz, de máxima exigencia para los pianistas que hoy aún recuperan la versión original. Sin duda, una obra de madurez muy brillante.