Trasversales
Mick Antoniw

La Ucrania atacada hace retroceder a Putin


Revista Trasversales número 61, diciembre 2022 web

Mick Antoniw es miembro laborista del Parlamento Galés por Pontypridd

versión original en inglés:

https://www.chartist.org.uk/ukraine-battered-but-pushing-back-against-putin


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Cuando se acerca el invierno, la guerra en Ucrania provocada por la invasión ilegal de Rusia inicia una nueva fase, que seguramente pondrá a prueba la solidaridad de Occidente, de Europa y de todos aquellos países que apoyan a Ucrania. También pondrá severamente a prueba a Putin y su cohorte de seguidores en el Kremlin y a su capacidad para retener el poder.

Rusia está perdiendo la guerra. Las fuerzas ucranianas no solo están recuperando territorio, sino que también han liberado la única ciudad importante que las fuerzas rusas han podido ocupar, Jersón. Sin embargo, Putin mantiene una mejor posición económica. A diferencia de Ucrania, tiene ingresos del petróleo y del gas para financiar su guerra, pero su necesidad de reclutar civiles y financiar el reemplazo de su infraestructura militar devastada y destartalada está comenzando a fragmentar la Federación y los países asiáticos exsoviéticos, que ahora están igualmente preocupados por la retórica nacionalista que emana del Kremlin y los medios rusos.

Putin y su modelo de gobierno centralizado autoritario están empezando a perder el control. El proceso de reclutamiento se ha convertido en una farsa, lo que exacerba las tensiones étnicas entre aquellos países y regiones que se ven a sí mismos proporcionando reclutas de manera desproporcionada para el flujo inminente de bolsas para cadáveres desde el frente ucraniano. Las sanciones económicas están impactando y el liderazgo de Putin, antes incuestionable, ahora comienza a verse como un fracaso y cada vez más dependiente de la represión de las fuerzas de seguridad del estado. China e India, aliados potenciales tan importantes, dudan, preocupados por el impacto económico de la guerra en sus propias economías y por la incertidumbre en torno a la capacidad de Putin para lograr una victoria creíble y poner fin a la guerra.

Por lo tanto, Ucrania debe seguir recibiendo el armamento pesado y la tecnología que necesita para defenderse y derrotar a Putin mediante la liberación del país, incluidos los territorios ocupados. También debe contar con el apoyo económico y financiero indispensable para sobrevivir al invierno.

El Reino Unido ha sido, esta vez con razón, un firme partidario de Ucrania, y es importante reconocerlo independientemente de la motivación o los intereses geopolíticos del Gobierno. En la mayoría de la izquierda en el Reino Unido hay ahora un reconocimiento creciente de que el ataque y la invasión de Putin a un país soberano independiente es totalmente inaceptable y hay que oponerse a ella. La solidaridad con el pueblo de Ucrania está comenzando a ir mucho más allá, con el creciente reconocimiento de que Rusia se ha convertido en un estado fascista y de que la guerra contra Putin ha adquirido la identidad de una guerra antifascista. Las afirmaciones residuales de partes de la izquierda sobre que, de alguna manera, todo esto es consecuencia del expansionismo de la OTAN son delirantes y, a todos los efectos, están desacreditadas. Sin embargo, hay quienes mantienen una creencia casi evangélica en que oponerse a lo que ven como imperialismo occidental justifica ignorar el imperialismo y el fascismo rusos. De hecho, como vimos a través del Brexit en el Reino Unido y en otros lugares de Europa y América, los posicionamientos políticos de extrema derecha y de extrema izquierda nunca han estado tan cercanos y se han convertido en un infantilismo ideológico vergonzoso.

El hecho de que el Congreso de Sindicatos Británicos no haya adoptado ningún liderazgo genuino apoyando a los trabajadores ucranianos y sus sindicatos es probablemente una consecuencia de la influencia indebida de aquellos elementos con puestos dirigentes dentro del movimiento sindical que han caído en la trampa del enfoque meramente contra la OTAN y contra el imperialismo occidental. Sin embargo, afortunadamente esto ha sido contrarrestado por un número creciente de organizaciones y sindicatos que han comenzado a desarrollar sus propios vínculos directos y formas de solidaridad.

En los próximos meses existe la oportunidad de fortalecer los vínculos con los sindicatos ucranianos y las organizaciones progresistas cuyos miembros están defendiendo a su país en primera línea con sus vidas. Necesitamos presionar tanto para que se dé apoyo militar, financiero y médico continuado como para comenzar a planificar la reconstrucción de Ucrania una vez que se haya logrado la victoria. Habrá la necesidad de apoyar a quienes reclaman reformas sociales y el fin de la influencia de la oligarquía. Los cientos de miles de millones de libras que están en activos y fondos rusos congelados por Occidente ahora deben ser protegidos y asignados para que Ucrania los use en la reconstrucción, la reforma económica y las reparaciones necesarias. La Unión Europea finalmente debe admitir a Ucrania como miembro.

Hay que hacer frente a los cantos de sirena de los intereses creados políticos y económicos que llaman a una paz que Putin nunca cumplirá. Debemos recordar las lecciones del pasado. El fascismo no puede ser apaciguado, solo puede ser derrotado. La solidaridad consiste en dar un apoyo genuino cuando más se necesita. Y ese momento es ahora. En Ucrania, los trabajadores están sacrificando sus vidas para defender su libertad y la nuestra. Solo tenemos una opción durante el próximo invierno: la solidaridad.