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Angel Rebollar López

Algunos apuntes de las elecciones andaluzas 19j

Revista Trasversales número 59 junio 2022 web

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En líneas generales todos los análisis coinciden, como no puede ser de otra manera, en varios aspectos. Uno, el PP ha conseguido la mejor victoria de su vida en Andalucía. Dos, el PSOE ha perdido en lo que tradicionalmente han sido feudos inexpugnables hasta el 19J, por poner dos exponentes, Sevilla y Dos Hermanas, pero también en otros muchos de menor relevancia. Tres, VOX ha mejorado, pero no lo que esperaban sus partidarios, dos diputados más que le hacen prescindible. Cuatro, las izquierdas Por Andalucía y Adelante Andalucía han caído de manera espectacular, mostrando el rechazo de su tejido votante. Cinco, la abstención ha sido muy alta, superando el 45%, pero dos puntos más en las anteriores de 2018. Seis, Cs ha desaparecido, algo que era esperable, absorbido por el PP.

El Partido Popular a pesar de haber hecho una política liberal, disolviendo gran parte de la sanidad social para alimentar al sector privado, empobreciendo también la enseñanza pública y con la amenaza, que previsiblemente se hará patente con su mayoría absoluta, de destrozar El Coto de Doñana permitiendo la explotación de terrenos adyacentes, con el peligro de desecar la marisma, a pesar de ser una zona protegida, con un daño ecológico incalculable. A pesar de todo esto, ha emergido de manera espectacular.

Una victoria indiscutible

Todos achacan al carácter de Juan Manuel Moreno como “moderado” y “educado”, como causas de su triunfo electoral, pero eso sería muy simple. Son varias, a mi entender, de las causas que se han confabulado para llegar a esta situación. Un PSOE en descomposición que han agotado la paciencia de sus votantes, abusos de poder, clientelismos, prácticas corruptas y mucha prepotencia, incapaces de hacer una autocrítica efectiva, son algunos de los motivos.

También una izquierda autofágica (Adelante Andalucía y Por Andalucía), que manteniendo la tradición se ha dedicado a destruirse, más que a construir espacio donde el PSOE lo abandonaba. Eso ha permitido que el PP haya sido la referencia para parte de ese votante descontento y desconcertado.

Por supuesto el destroce de Cs, que se ha diluido como azucarillo en agua, a pesar de la gestión como vicepresidente de Juan Marín, pero que no ha sabido personalizar su labor, siendo una mera correa de trasmisión del PP, como antes lo hizo como vicepresidente del PSOE. Demostró así su falta de proyecto social y político, más allá de buscar la poltrona. Casi 500.000 votos de este partido se sumaron al PP.

Pero hay más, Moreno ha sabido aprovechar la red clientelar creada por el PSOE, para ponerla a su disposición, alimentando a los medios de comunicación afines y no tanto. Una buena política de aprovechamiento de la crisis pandémica, haciendo suyos los dineros llegados de Madrid, vía Europa. Igualmente supo anular a VOX aprovechando sus excesos y errores, así como la corrupción de Francisco Serrano, magistrado y portavoz del grupo parlamentario, que tuvo que dimitir por estar implicado en supuesta apropiación indebida de 2,5 millones destinados a subvenciones.


Una derrota incontestable

Culpar al poco tiempo para preparar las elecciones, al aprovechamiento de los dineros enviados por el Gobierno de Pedro Sánchez, no son razones que justifiquen la derrota. El PSOE debiera mirarse más hacia dentro y analizar sus propios errores, como lo fue el perfil que Juan Espadas impuso en la campaña, donde se reconocía, de antemano perdedor, con argumentos a la defensiva y empeñado en asustar con los ultras. El hecho de no mostrar una alternativa de gobierno efectiva, la falta de una autocrítica abierta y sincera, abriendo vías de cambio en sus políticas, todo esto y algún asunto más ha favorecido el trasvase de votantes en un 13% a los populares, perdiendo, la casi completa hegemonía de las poblaciones, en 550 municipios de los 785 de la comunidad.


El pueblo no perdona y el sistema electoral tampoco

La lucha intestina por el protagonismo de las corrientes de UP, con la división y las consecuentes puñaladas, que avergonzaron a sus votantes, nos cuentan que nada aprendieron del 15M, por mucho que manoseen esa sigla. Para vergüenza de propios y extraños, se ha vuelto a asesinar la esperanza en pos de los egos devastadores, de los que las izquierdas siempre han hecho gala. Por si no fuese poco la ruptura de Adelante Andalucía. La creación de la candidatura Por Andalucía fue una verdadera chapuza, que causó el mayor de los esperpentos. Lo único a agradecer es que, hubiese sido el colmo, durante la campaña escondieran los puñales.

Las valoraciones públicas que han hecho son de lo más cutre una y otra organización. Adelante Andalucía celebra que VOX no vaya a formar gobierno el PP, que pobreza analítica del debacle, que manera tan agónica de transformar la derrota en victoria. Por Andalucía centra su análisis en la división, eso es cierto, pero ni una molécula de autocrítica, los malos son ellos. No he oído a ninguna de las dos opciones señalar que su egolatría y cainismo ha permitido el gobierno del PP. De haberse presentado juntos, según los sesudos de los cálculos electorales, con los resultados de cada cual sumados, se habrían obtenido 13 escaños, en lugar de los 7 obtenidos, lo que hubiese variado sensiblemente los resultados últimos. Eso sin tener en cuenta la posible mejora de los resultados.

Lo peor de todo es que las actitudes mostradas, el engreimiento manifestado, ciega cualquier posibilidad de recomponer el panorama.

Yolanda en el laberinto

El panorama no es nada halagüeño de cara a las generales de 2023. El error de formar parte del gobierno a toda costa, no parece que vaya a servir para mejorar los resultados de UP en 2019. La vía que se pretende con Yolanda Díaz está muy condicionada. Por un lado, está su buena labor al frente del Ministerio de Trabajo, pero de difícil capitalización, porque el Gobierno está mostrando una imagen contradictoria, haciendo un poco lo que ahora de llama macronismo, decir mucho y no concretar. El IMV no ha sido, ni es, una solución a las familias más desfavorecidas es tacaño y dificultoso en su consecución. La ley de la vivienda solo es un papel lleno de inconcreciones que dificulta llevarlo a la práctica, el Gobierno ha sido incapaz de intervenir para evitar el descalabro que las comunidades del PP y otras están haciendo en la sanidad y la educación. La energía, a pesar de los pacatos intentos, se sigue disparando, dejando a millones de hogares en situación de indigencia. Las medidas tomadas con la gasolina han sido absorbidas por la voracidad de los gasolineros que, a pesar de la situación, han incrementado sus beneficios de manera intolerable. Las eléctricas igual, siguen batiendo récords de ganancias y repartiendo grandes beneficios. Ante todo esto, el gobierno busca parches sin radicalizar las medidas que serían necesarias, limitar el índice de beneficios a través de impuestos y topes.

El panorama por tanto para Yolanda Díaz está lleno de dificultades, a las que podemos añadir la situación judicial de Mónica Oltra que, desde mi punto de vista, debía echarse a un lado y no lastrar a su partido y al proyecto nacional. Todo dependerá de que, en este año si no es menos, todo se serene a nivel organizativo y pueda empezarse un camino ascendente orgánico y explicativo, de lo conseguido y lo que se persigue. Asunto complicado de que ese binomio necesario no encuentre piedras desde dentro y desde fuera. Yo no pierdo las esperanzas, mi carácter tiende a ser optimista, estoy seguro de que se va a poner empeño por muchas partes, pero basta un tropiezo para que las dificultades se multipliquen por parte de los medios. Habrá que actuar con mucha cautela e inteligencia para no alimentar tantos temores.