(...)

Estamos ante un escritor raro y radical que sufrió persecución durante la guerra: una persecución que acentuó una vieja enfermedad que al fin fue operada torpemente en las Palmas, donde estaba finalmente trabajando. Catedrático de Lengua y Literatura había sido desposeído de su dignidad docente. Se recluyó en Los Realejos, Tenerife, y allí murió triste, con solo 42 años, en enero de 1939. O como concreta el escritor, también canario, Domingo Pérez Minik: "La primera víctima de este acoso fue el propio Agustín Espinosa, que ya en 1939 se marchaba de este mundo perseguido, anulado, casi asesinado. Todos se lanzaron contra él, lo amordazaron, lo pervirtieron, lo mataron. Hasta que no se lo quitaron de encima no se quedaron tranquilos". Para calmar la persecución padecida durante la guerra el autor incluso había tildado su obra "de pecado de juventud" y había escondido los ejemplares que conservaba.
Agustín Espinosa había cometido un "crimen" muy inquietante y "revolucionario" para la España timorata y reaccionaria de su época. Tal crimen había sido escribir, sobre todo, esta novela, Crimen (1934), una novela en la que un narrador masoquista asesina a su mujer por humillarlo. Estamos, probablemente, y pese a que su estructura rechaza con ferocidad cualquier clasificación, la primera novela surrealista publicada en España. Un texto muy bello y poético, pero también extraño y desasosegante, enmarcado en el contexto de la estética vanguardista de la Europa del momento.

(...)

Texto completo en PDF