El Centro Palestino de
Derechos Humanos (PCHR) condena las medidas
adoptadas por el Gobierno israelí contra la
mezquita de Al-Aqsa en la Jerusalén ocupada.
Estas medidas han
incluido el cierre de la Mezquita, la prohibición
del rezo y la detención e interrogatorio de docenas
de empleados del Departamento Awqaf de
asuntos y bienes religiosos islámicos de Jerusalén,
así como de guardas de la mezquita y del Gran Muftí
de Jerusalén.
El PCHR resalta que estas
medidas son parte de las políticas israelíes
aplicadas para crear una mayoría judía en la ciudad
y parte también de la política de castigos
colectivos en el territorio palestino (oPt),
práctica prohibida por el derecho internacional
humanitario.
El PCHR hace un
llamamiento a la comunidad internacional, en
particular a los Estados miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU y a las Altas Partes
Contratantes de la Cuarta Convención de Ginebra de
1949 para que cumplan con sus obligaciones morales y
legales de acuerdo con la Carta de las Naciones
Unidas y la Convención mencionada, tomando todas las
medidas disuasivas precisas contra las graves
violaciones cometidas por el gobierno israelí en el
territorio palestino. El PCHR pide también a la
comunidad internacional que obligue a Israel a
detener las medidas tomadas con la intención de
crear una mayoría judía en Jerusalén Este, que es
parte integral del oPt.
Según las investigaciones
del PCHR, el viernes 14 de julio de 2017 tuvo lugar
un enfrentamiento armado en los accesos a la
mezquita de Al-Aqsa entre tres palestinos de la
ciudad de Um al-Fahm y la policía israelí
permanentemente estacionada en las puertas de la
mezquita. Como resultado, murieron dos policías
israelíes y los tres palestinos. Después, decenas de
soldados israelíes, policias y miembros de los
servicios de inteligencia atacaron la mezquita y la
rodearon completamente. Negaron el acceso de los
palestinos a la mezquita y confinaron a los
empleados de Awqaf en habitaciones de la mezquita,
confiscando sus teléfonos móviles; algunos de ellos
fueron interrogados. Las fuerzas israelíes cerraron
todas las entradas a la Ciudad Vieja con vallas
metálicas y advirtieron a la población de que sólo
podrían entrar los residentes de la Ciudad Vieja de
Jerusalén.
El primer ministro
israelí, Benjamín Netanyahu, decidió cerrar la
mezquita y prohibir las llamadas a la oración (Adhan)
y la oración del viernes. Más tarde, ese mismo día,
emitió otra decisión para cerrar completamente la
mezquita hasta el domingo 16 de julio de 2017, día
en el que el gobierno israelí celebra su sesión
semanal. El Adhan fue prohibido en la Mezquita por
segundo día consecutivo.
A mediodía del viernes 14
de julio de 2017, cientos de fieles musulmanes se
reunieron en las entradas de las puertas exteriores
a la mezquita para realizar la oración del viernes
en las calles y vías públicas. Cuando terminó la
oración, las fuerzas israelíes detuvieron al Gran
Muftí de Jerusalén, el jeque Mohammed Hussein,
durante unas pocas horas y luego lo liberaron bajo
fianza de 10.000 nuevos séqueles [unos 2400 euros].
Las fuerzas israelíes también arrestaron y se
llevaron a 58 guardias de la mezquita y a empleados
de Awqaf para ser interrogados en el centro de
policía de al-Muskubiya en Jerusalén Oeste.
Posteriormente fueron liberados, pero tres de ellos
siguieron siendo investigados tras extender su
detención hasta el lunes 17 de julio de 2017. Las
personas aún detenidas fueron identificadas como
Ayman al-Khaldi; Majed al-Tamimi y Tariq Sandouqah.
El Departamento Awqaf
informó de que, tras una intervención jordana, las
autoridades israelíes permitieron que el jeque Omer
al-Keswani, director de la Mezquita de Al-Aqsa,
entrara en ella ayer a medianoche. Recorrió algunas
de sus instalaciones, pero no se le permitió
quedarse. El Departamento agregó que las fuerzas
israelíes desplegadas en la mezquita de Al-Aqsa
continúan por segundo día consecutivo saqueando las
instalaciones de la mezquita, como oficinas,
clínicas, el museo, la biblioteca y el centro
contraincendios, además de romper las puertas
cerradas.
El PCHR condena las
recientes medidas del gobierno israelí contra la
mezquita de Al-Aqsa, ya que violan la libertad de
culto y forman parte de las políticas de castigo
colectivo contra civiles. Así, el CHR recuerda a la
comunidad internacional la violación por las fuerzas
israelíes del Cuarto Convenio de Ginebra de 1949
relativo a la protección de personas civiles en
tiempo de guerra.
A la luz de lo anterior, el PCHR:
- Subraya que Jerusalén
Oriental es un territorio ocupado y que todas las
medidas adoptadas por las autoridades israelíes
tras la ocupación de 1967 no modifican este
estatuto jurídico.
- Pide a las Naciones
Unidas que trabajen en la protección de los
civiles en el oPt en general y en Jerusalén Este
en particular para garantizar su libertad de
venerar y proteger sus lugares sagrados.
- Pide a las Altas
Partes Contratantes en los Convenios de Ginebra
que garanticen el compromiso de Israel, como
Estado Parte en ellos, de aplicarlos en el oPt, en
particular en Jerusalén Oriental.