Trasversales
Almudena García Mayordomo, José Luis Yuguero y Luis M. Sáenz

En la calle y en las instituciones, todavía sí se puede

Revista Trasversales número 39, enero 2017

Este texto ha sido aportado en la categoría "documento político" en la fase de propuesta de documentos provisionales para la II Asamblea Ciudadana de Podemos. No pasará a la fase definitiva dado que eso requeriría la presentación de una candidatura, cosa que no piensan hacer su autora y autores ya que su intención es llamar la atención sobre cuatro o cinco asuntos esenciales, no competir por la dirección de Podemos.

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No nos salvaremos en soledad: la construcción de alianzas sociopolíticas transnacionales es una prioridad. Pese al desencanto político, la potencia constituyente del "Sí se puede" sigue latente. Podemos tiene que multiplicar su actividad e inserción social, pero ésta no debe ser propagandista ni sustitucionista de los procesos reales de construcción popular. La contraposición entre actividad social y actividad institucional es absurda. La gente no ha votado a Podemos para que la llamemos a luchar,tenemos que ser útiles a sus luchas y en las instituciones. Derrotemos a Rajoy para liberar potencia constituyente. No demos por hecho que Rajoy gobernará hasta 2020. Se puede.

No nos salvaremos en soledad

1. Tiempos de alto riesgo: cambio climático, guerra global contra las mujeres, políticas de desposesión social en favor de las élites económicas del capitalismo, violación de los derechos de asilo y refugio, supresión o limitación radical de logros democráticos, la guerra como "instrumento político" normalizado, van de la mano del auge de fascismos, ultranacionalismos racistas, fundamentalismos esclavistas y feminicidas, supremacismos masculinos, neoliberalismos implacables, autoritarismos despóticos...

La descomposición reaccionaria de la UE es parte de esa involución. Gracias al 15M las tendencias fascistizantes son débiles en España, pero no podremos "salvarnos en soledad". La causa principal del triunfo de las oligarquías contra el OXI griego fue el aislamiento de Grecia. Podemos multiplicará esfuerzos en la construcción de alianzas sociopolíticas transnacionales que abran otros caminos en la UE, la zona mediterránea y el mundo. Una esperanza europea democrática e igualitaria es una prioridad estratégica, en torno a políticas y valores comunes: salario e ingreso mínimos garantizados, igualdad de derechos y efectiva entre hombres y mujeres, universalización de servicios públicos de educación infantil y atención a la dependencia, armonización fiscal progresiva, suelo común de derechos laborales, libre circulación de las personas, derechos de asilo y refugio, comunitarización de la deuda o de parte de ella, creación de un Tesoro Europeo, fortalecimiento de las competencias de instituciones electas propiamente europeas, etc., aglutinando las fuerzas necesarias para desobedecer los mandatos antidemocráticos de las oligarquías y reiniciando la construcción del espacio europeo como escenario de diálogo político y conflicto social desde el que abordar los grandes retos de la humanidad. Un proyecto abierto al mundo, Europa ya no es pensable sin pensar Siria o Turquía, Kurdistán, el Magreb o el África subsahariana...

Pese al desencanto, Sí se puede

2. Hay desencanto. Las luchas populares y las elecciones del 20 de diciembre de 2015 posibilitaron un cambio político para un cambio social, con un gobierno diferente, sin Rajoy, sin el PP, sobre un compromiso de emergencia social y democrática. Los dirigentes del PSOE rechazaron un acuerdo con Podemos, con su renuncia a lo mejor de su propio programa (firma del pacto Sánchez-Rivera) y, después, cuando parecía abrirse un resquicio a un acuerdo, por el golpe de mano contra Sánchez y contra las y los socialistas del "No es No". Podemos quiso un acuerdo e insistimos en ello, pero nos equivocamos en la manera de plantearlo, perdiendo la oportunidad de generar una presión social explícita a favor del acuerdo. Sin embargo, desencanto no es aún derrota. El espíritu del "Sí se puede" está algo apagado pero vivo. No se ha cerrado la etapa de indignación y creatividad social que se abrió en mayo de 2011. No se ha cerrado en la calle, donde late una gran potencia de cambio, ni en las instituciones, cuya composición es muy diferente a la que había entonces. La potencia del 15M bulle en la vida cotidiana, aunque no lo hará indefinidamente sin un nuevo aliento.

3. Sí se puede no fue retórica "vanguardista", sino un sentimiento popular que, pese a los recortes sufridos y el deterioro social, también logró victorias, como la de las mujeres contra el "proyecto Gallardón" o el bloqueo de parte de los planes privatizadores en la Sanidad o la victoria de la marea verde sobre las reválidas. Pese a las dificultades para la organización en los propios centros de trabajo y al debilitamiento de los vínculos de las y los trabajadores con las fuerzas sindicales, en parte por los errores de éstas y en parte por cambios estructurales, emergen a la lucha teleoperadores, "kellys" y otros sectores, mientras que el conflicto social se expande por todos los espacios de la sociedad, en la ciudad, los barrios, los pueblos,las iniciativas solidarias, el feminismo, la creación cultural, las convergencias ciudadanas para la lucha contra la pobreza y la exclusión social, la defensa de los bienes comunes, etc. Las condiciones de vida de la población no dependen sólo de los ingresos directos, sino también, tanto o más, de los sistemas sanitario, educativo y de cuidados, de las prestaciones sociales, de las redes de transporte, del uso de los impuestos, etc.; muchas personas, sin tener un estatus asalariado, forman parte del proceso de producción de plusvalor y de valorización del capital. El conflicto social sigue presente, de manera más compleja, en todos los ámbitos de la vida social y con nuevas figuras productivas. Ni nuestra sociedad se ha entregado al PP ni se ha extinguido la capacidad de protesta y de construcción popular. El futuro sigue abierto.


La actividad social de Podemos

4. Una excesiva concentración de esfuerzos en las campañas electorales debilitó la inserción social de Podemos: a veces actuamos como cuerpo aparte que se dirigía a la sociedad pero separado de ella, o nos quedamos al margen de esfuerzos de construcción popular en pueblos, barrios y espacios de encuentro social, o expusimos a algunos dirigentes a una excesiva visibilidad sin resaltar la iniciativa autónoma de miles y miles de personas. Nuestro compromiso es aprender de esos errores y promover la inserción social de Podemos en la vida cotidiana, dando más valor al movimiento real de lo común, del que sólo somos una parte. Pero ese esfuerzo de inserción social no puede consistir en aterrizar en los espacios colectivos existentes para difundir la "buena nueva" de Podemos, ni en montar "movimientos populares" que sean Podemos con otra etiqueta. El giro social con el que nos comprometemos tampoco consiste en llamar a la lucha a una sociedad que tanto ha luchado sin necesidad de que existiera Podemos, sino dar prioridad absoluta a lo que preocupa a las personas, no a nuestras querellas; valorar y apoyar positivamente los esfuerzos de construcción popular en marcha; encontrar, de forma natural, nuestros lugares en ese esfuerzo colectivo, conscientes de que el tiempo dedicado a ello es tanto o más útil que el dedicado a tareas específicas de Podemos; es que el funcionamiento de Podemos no impida nuestra participación en la vida social común; apoyarse y ponerse a disposición de cada lucha social, de cada reivindicación justa, de cada esfuerzo colectivo constructivo, sin pedir ni esperar nada a cambio y sin exigir ni buscar protagonismos.


Un horizonte de cambio

5. Quienes apoyaron a Podemos no quieren que les incitemos a luchas, sino que Podemos sea una herramienta que amplíe el ámbito de la lucha a espacios antes monopolizados por los partidos de los recortes sociales. Hoy, la lucha ya está también en las instituciones. Una vez que Unid@sd Podemos y las confluencias disponemos del 20% del Congreso, de grupos parlamentarios autonómicos y de gobiernos municipales, si dijéramos "la lucha está en la calle y no en el Parlamento" desde la calle nos dirían "Os votamos para que la lucha esté también en el Parlamento". La presencia institucional de Podemos no puede sustituir el hacer social colectivo, pero tenemos la obligación de que nuestra presencia institucional sea útil para mejorar la vida colectiva, la obligación de aprovechar las oportunidades que ofrecen instituciones con una composición muy diferente a la que había antes, aunque no sea tan favorable como habríamos querido. Podemos llevará adelante iniciativas propias acordes a las necesidades sociales y hará un esfuerzo parlamentario y social para promover acuerdos que permitan la aprobación de esas iniciativas o de las de otras fuerzas políticas si son buenas. Si contamos con la gente, las presiones sociales pueden inclinar la balanza hacia las iniciativas de rescate social y democrático, a la vez que esas iniciativas pueden alentar la presión social. No podemos pedir a nuestra gente que espere a que Podemos tenga mayorías absolutas.

6. Las prioridades que nos guían son el bien común, la igualdad y la libertad, hacia una sociedad de la cooperación y el apoyo mutuo, no de la jerarquía y la rivalidad. Las políticas de emergencia social y bienestar, en terrenos como la sanidad, la educación, los servicios públicos de educación infantil y de atención a la dependencia, las pensiones, la legislación laboral, los servicios y prestaciones sociales, el acceso garantizado a los recursos básicos de la vida; las políticas efectivas para la igualdad y corresponsabilidad entre hombres y mujeres, así como la erradicación de la violencia machista contra las mujeres; el impulso de la construcción de Europa como espacio político y social de convivencia y de conflicto, abierto al mundo, desde el que abordar retos que superan el marco de los "Estados-nación"; la puesta en marcha, en España y en la UE, de planes que aborden radicalmente la lucha contra el cambio climático y sus efectos devastadores; la democracia y la pluralidad, en su sentido pleno, con transformaciones que, por su calado, tendrían efectos constituyentes, en ámbitos como la garantía de la libertad de expresión y protesta, la reforma de las normas electorales hacia sistemas proporcionales y más abiertos a la libre decisión de la personas por encima de los criterios de los aparatos de los partidos, la apertura de un diálogo en torno a la estructura territorial de España que lleve a un nuevo modelo en el que haya cabida para diversos sentimientos de "identidad nacional" -o para la carencia de ellos- sin cerrar puertas a las aspiraciones mayoritarias que pueda haber en tal o cual territorio. La convivencia no se puede imponer, se construye.


Aquí y ahora, haciendo frente a las élites y su gobierno

7. El apoyo de la mayoría del grupo parlamentario del PSOE a la investidura de Rajoy, el rumbo tomado por la gestora del PSOE con su mensaje "estamos más cerca del PP que de Podemos", el apoyo al techo de gasto para 2017 y el pacto bipartidista para encerrar el horizonte de reforma constitucional en el marco de un acuerdo PP-PSOE, dan nuevas fuerzas a Rajoy y al PP, dejando al PSOE como "rueda de repuesto" subalterna respecto a la derecha tradicional y en grave crisis, pues gran parte de quienes votaron PSOE se identifican con el "NoEsNo" y saben que sus aspiraciones no pueden cumplirse sin acuerdos parciales entre PSOE y Podemos. Sin embargo, el pacto a tres que llevó a un nuevo gobierno del PP es un pacto débil, por el desprestigio social de Rajoy, porque Ciudadanos no encuentra un lugar en el que encajar y porque el PSOE de la actual gestora no es el que querían muchos de sus votantes, sino un PSOE artificial, de aparato, que surge de una operación para dar el gobierno a Rajoy e impedir el acuerdo con Podemos, con la paradoja de que cuanto mayor sea su entrega a Rajoy, menor será el apoyo que tendrá entre bases y votantes socialistas, lo que a su vez debilitaría al gobierno de Rajoy y agravaría la crisis del modelo de alternancia en el que se había basado la estabilidad y gobernanza del régimen.

8. Superar el modelo de "máquina electoral", que tuvo aciertos pero también errores, es una tarea política. Acertamos al poner en marcha una herramienta política que no se resigna a ser testimonial y ha hecho frente cara a cara a las élites que se reparten el manejo de este país, una herramienta puesta a disposición de toda la gente común frente a una "alta sociedad" privilegiada y en gran medida corrupta, pero no podemos supeditar nuestra acción a un momento futuro en el que "asaltaríamos los cielos", ni vivir los próximos años como un "mientras tanto" en espera de las futuras elecciones. Podemos se compromete, con más fuerza que nunca, con el aquí y ahora, en la calle y en las instituciones, porque es la forma de mejorar la vida colectiva y también la mejor forma de preparar las futuras elecciones y los cambios de gobierno. Aquí y ahora, hay que mejorar la vida colectiva. Desde abajo, en la calle, y en las instituciones.

Entendemos el desencanto, pero creemos en la potencia social, en la capacidad constituyente que vive en nuestras gentes. Rajoy gobierna, pero lo hace en condiciones muy diferentes a las de la mayoría absoluta y el rodillo parlamentario. Si profetizar victorias es retórica inútil, despreciar los logros parciales sería un grave error. Lo que consigamos será fruto de la lucha popular en todos los ámbitos. Hemos avanzado, aunque ese avance será frágil mientras no se aceleren los procesos de construcción popular; mientras que los gobiernos municipales de cambio no sean capaces de promover mejoras efectivas y visibles en la vida de la población, aunque para ello tengamos que hacer frente a presiones o practicar la insumisión ante Montoro; mientras que no despleguemos y demos visibilidad a toda la capacidad que como oposición tenemos en tantas instituciones, muy especialmente el Congreso, para dar paso a la voz de la gente y condicionar la acción política de los gobiernos. No damos por sentado que los gobiernos en minoría del PP en comunidades autónomas o el propio gobierno de Rajoy vayan a estar ahí hasta que terminen sus legislaturas: es un escándalo que gobierne un partido cruzado por tantos casos de corrupción estructural y que se sostiene con votos prestados por otros partidos contra la opinión de muchas de las personas que votaron a esos "socios" del PP, sobre todo en el caso del PSOE. La mano de Podemos sigue tendida para poner fin a esa anómala situación y haremos lo que podamos para ello. Queremos echar al PP del gobierno de España, en 2020.... o antes.

Derrotar a Rajoy para liberar potencia constituyente

9. Dialogaremos con todas las personas, voten lo que voten, salvo con quienes cercenan nuestros derechos. Nuestras propuestas piensan en quienes nos votan y en quienes no nos votan. Queremos convencer y queremos aprender de nuestras vecinas y vecinos, sin prejuicios. Podemos debe ser un movimiento político diferente, sin vínculos ni dependencias ni "puertas giratorias" respecto a las élites económicas, y que actúe como decidida oposición al gobierno de Rajoy, contribuyendo a un modelo político, productivo y social más igualitario y democrático. Podemos no es bisagra entre otros partidos ni "ala izquierda" del régimen, sino un movimiento político autónomo que aspira a participar en la articulación de una nueva mayoría política y de gobierno, en la que quienes gobiernen no sean tanto las y los gobernantes sino la propia gente.

Somos oposición a Rajoy, pero ni queremos estar siempre en esa posición ni queremos ser la única oposición. Queremos ejercer esa oposición con nuestro pueblo e incitando a otras fuerzas políticas a participar en la tarea, en particular al PSOE, pues gran parte de sus votantes no quieren sostener a Rajoy. La diferencia de proyectos y de horizonte no debe impedir acuerdos parciales para transformaciones importantes, posibles si Podemos y PSOE cumplimos nuestros programas electorales. La mano está tendida, pese al rumbo tomado por la comisión gestora del PSOE, pues votantes de PSOE y votantes de Podemos comparten muchas aspiraciones. Pero no esperamos, cumpliremos con nuestra tarea, como hemos hecho bloqueando el acceso de Fernández Díaz a la Comisión de exteriores o promoviendo la proposición de ley para el aumento del salario mínimo hasta 950 euros en el periodo 2018-2020, iniciativas que incidieron sobre las posturas previas de PSOE e incluso de Ciudadanos. Lo que no es realista es la promesa de la gestora del PSOE de convertir esta legislatura en una legislatura progresista bajo un gobierno tan reaccionario y destructor como el de Rajoy. Para un cambio progresista, de libertad e igualdad, hay que echar a Rajoy, hace falta otro gobierno. Otro gobierno es una condición necesaria, aunque no suficiente.

10. Son muchísimos los ayuntamientos que hoy no gobierna el PP porque ha habido algún tipo de acuerdo entre Podemos y PSOE. La vía del "no acuerdo con Podemos" tomada por la comisión gestora del PSOE es suicida, por esa vía muchísimas alcaldías pasarían a manos del PP e incluso algunas comunidades autónomas; nuestro pueblo no nos lo perdonaría. Mantenemos la mano tendida, a toda la población, a quienes votaron PP pero se abochornan de tanta corrupción, al PSOE, lo dirija quien lo dirija, y, cómo no, a las y los socialistas del NoEsNo, porque ni ahora ni en 2020 habrá en España un gobierno de cambio basado en la mayoría absoluta de tal o cual partido. Hacen falta acuerdos. No vale cualquier acuerdo, pero sin acuerdos no habrá gobiernos de cambio.

Acuerdos útiles a nuestra gente y sus necesidades, en ello no vamos a ceder ante nadie ni ante políticas de recortes sociales y debilitamiento de la democracia. Queremos defender lo que queda de los mejores logros del pasado, recuperar lo que nos han quitado en estos últimos años y ser parte de una reflexión colectiva constituyente de una nueva articulación de la convivencia ciudadana. Ninguna de las personas nacidas a partir de la década de los sesenta del siglo pasado ha tenido voz y voto en el actual modelo constitucional, incumplido en sus mejores aspectos y congelado en equilibrios que corresponden a un pasado lejano. Ahora, democracia.

Otras consideraciones

11. Modelo territorial del Estado. Podemos concibe una España en la que tengan cabida todos sentimientos de identidad nacional, incluida su carencia, lo que no es compatible con la definición excluyente e identitaria de "nación" hecha por la actual Constitución. Tras la II Asamblea Ciudadana se pondrá en marcha un debate en Podemos y con toda la sociedad sobre la articulación territorial, con el tiempo suficiente para que exista una verdadera deliberación colectiva. Ese debate debe abordar la cuestión histórica nunca resuelta de la relación entre España y Cataluña, el País vasco o Galicia, pero también el lugar de los municipios.

Podemos rechaza, en todo caso, el curso recentralizador marcado por los gobiernos de Rajoy y reconoce que la convivencia en el mismo espacio político no puede ser impuesta a territorios en los que una mayoría de la población aspire a otro modelo. Es el momento de pensar en nuevos modelos federales o confederales que hagan compatible la solidaridad mutua con la no exclusión a priori de opciones democráticas que tengan apoyo mayoritario en un territorio. No hay que tener miedo al derecho a la secesión sino a la incapacidad para respetar la diversidad de sentimientos y para conjugarla en convivencia colectiva en el marco de un espacio político europeo a transformar.

Participación en las elecciones municipales. Consideramos que el principal acierto de la I Asamblea Ciudadana fue su apoyo a las candidaturas municipales de unidad popular, que obtuvieron resultados extraordinarios, y que, por tanto, hay que mantener ese proyecto, mejorado a partir de la experiencia. En ese sentido, hay que tender aque esas candidaturas respondan menos a coaliciones entre fuerzas políticas y más a verdaderos procesos ciudadanos desde abajo, con elecciones primarias que incluyan tanto el criterio de voto abierto como el criterio de proporcionalidad. En ese sentido, el modelo usado por Ahora Madrid puede ser una referencia útil.

Relación con otras fuerzas políticas. En lo que se refiere a aquellas fuerzas con las que ya se han producido convergencias electorales, como pueda ser el caso de Compromís, Equo, Més o Izquierda Unida, o los modelos más desarrollados de encuentro plural que han nacido en Cataluña y Galicia, se impone un esfuerzo de colaboración en los espacios institucionales compartidos en todo aquello en que sea posible. En líneas generales, pese a los errores cometidos, es una experiencia positiva a mantener desde la generosidad mutua sin que eso suponga absorciones o pérdida de los rasgos esenciales de cada organización, que, para Podemos, son su fundamento no ideológico sino político y social como herramienta de y para las y los "de abajo" frente a las élites económicas y políticas dominantes, lo que, en gran medida, también es el significado de las confluencias nacidas en Cataluña o Galicia.

Es necesaria una mirada que vaya más allá de los aparatos de las organizaciones y tome en consideración las aspiraciones de sus electorados. Por ello, pese al débil acuerdo a tres en que se basa la actual legislatura presidida por Rajoy, la actitud política de Podemos hacia el PSOE no es la misma que hacia PP o Ciudadanos, no porque renunciemos a relacionarnos con las y los votantes de las fuerzas de la derecha tradicional o de la neoderecha, sino porque ese relación con toda la sociedad debe tener diferentes puntos de partida según la mentalidad de sus diferentes franjas. Por ello, en el punto 9 y 10 de este documentos hemos hecho referencia explícita a las relaciones con el PSOE y con su base social en esta fase.