Trasversales
Angel Rebollar López

Así, no podemos


Revista Trasversales número 39, enero 2017 web

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Es lamentable y doloroso, para todos aquellos que depositamos la esperanza, ver cómo PODEMOS se desnorta, otra vez la maldición de la izquierda. Se creó un movimiento social en coherencia con las demandas del 15M, que se concretó en un partido como pretexto electoral, y este hecho al parecer se ha olvidado. Se está olvidando que el cuerpo social con el que se configuró, aunque ideológicamente se puede considerar, a grosso modo, común, es un cuerpo heterogéneo en las visiones estratégica y táctica.

Las vivencias y experiencias sociales de los distintos colectivos e individuos, configura un mapa difícil de casar. En los objetivos no hay discrepancias de importancia, por eso es fácil llegar a acuerdos respecto a los programas electorales. A nivel estratégico se dan algunas más, como la de etiquetarse o no,  para mí es un error etiquetarse, el concepto transversal, progresista, abierto, participativo y transparente, es más adecuado para la convivencia de las distintas corrientes de pensamiento que izquierdas, socialdemócratas u otros limitantes. Que sean otros los que pongan etiquetas. Otro asunto estratégico, para mi ridículo, se da entre sí trabajar en la calle o priorizar el parlamento, debate absurdo cuando no hay incompatibilidad, hay que aprovechar y conjugar ambos frentes. Existe uno más profundo que es el de a qué capas de la sociedad dirigirse, donde establecer los límites de los repartos de la riqueza social, en qué lugar de la masa social está el equilibrio. En el plano de la táctica, o la manera de alcanzar las metas estratégicas, las distintas visiones no deben ser problema en una organización que pretende sumar y está dispuesta a afrontar distintas experiencias que caminen por los mismos senderos.

Tanto en la primera Asamblea de Vistalegre como al parecer en ésta, las mayores discrepancias, los puntos que generan más debate, fueron y serán los de carácter organizativo. En ellos se vuelcan los conceptos que cada cual tiene de la propia organización, cómo crear la estructura, cómo configurar los órganos, cómo relacionarse entre la propia organización y cómo hacerlo con la sociedad. Pero sobre todo el poder que se atribuye a cada uno de los estamentos orgánicos. En definitiva el reparto de poder.

La configuración plural de PODEMOS es, en sí misma, un reto que exige nuevas maneras organizativas y éticas. En PODEMOS conviven distintas sensibilidades de pensamiento social, lo que supone el mejor capital, y éstas o encuentran un lugar común de desarrollo, en el que ser útiles, con posibilidades de debate y orgánicas en igualdad de condiciones, o PODEMOS se convertirá en otro proceso similar a IU.

Si se quieren evitar debates inútiles, donde se busque vencer, no convencer, donde se pretenda anular a las minorías, es preciso establecer unas reglas de juego proporcionales y representativas acordadas por la gran mayoría. Se hace urgente, si se quiere corregir la nefasta deriva, abrir cauces participativos y distributivos a la participación plural, donde cada corriente se sienta en justa representación.

Es necesario dar respuesta, más allá de las palabras, a la descentralización, al reparto de cuotas, a la participación plural, porque lo marquen unos estatutos debidamente consensuados y aprobados. El reto más importante de PODEMOS es el de crear una organización distinta a lo existente, hay que desechar los viejos conceptos, en eso se han dado pasos, pero no se puede quedar a medio camino. Es necesaria una estructura que no se base en los nombres, sino en los objetivos, donde el poder esté repartido en cuotas adecuadas, no uniformado, abierto a distintas experiencias.

Seguir repitiendo los enfrentamientos pueriles, ahondar en las epístolas de 140 caracteres y comunicados de prensa, en lugar de debates constructivos que sirvan para enriquecer el debate social, aboca a PODEMOS a lo que en su principio no quiso ser. Desechar métodos de la vieja política, como colocar a los amigos políticos y quitar a los anteriores, sin justificación objetiva, persiste en las fronteras y no en el mestizaje del que PODEMOS se nutre, incide en enfrentamientos que llevan a la venganza y autodestrucción, se está cayendo en el caudillismo y sectarismo  que tanto criticamos a los otros.

O se cambia el rumbo o ASÍ, NO PODREMOS alcanzar los cielos