“En todos los períodos de la historia, se
pueden encontrar dos etapas sucesivas
estrechamente ligadas la una a la otra; primero
hay un movimiento espontáneo de las masas, que
toma por sorpresa al adversario y le arranca
serias concesiones, o por lo menos promesas;
después de lo cual, la clase dominante, sintiendo
amenazadas las bases de su dominación prepara la
revancha”
León Trotsky
Desde que estalló la crisis económica o
gran recesión se han sucedido una cascada de
acontecimientos a nivel internacional y nacional. En
ellos se ve con bastante claridad una involución que
va del estadillo de la crisis económica, el comienzo
de la Primavera árabe o el 15M, hasta llegar a la
contraofensiva de las clases dominantes, las
primeras derrotas políticas y el ascenso de los
partidos ultranacionalistas.
Esta es solamente una breve entradilla al
análisis de las elecciones del 26 J:
- 15 de septiembre de 2008: el banco
Lehman Brothers fundado en 1850 quiebra y produce
el efecto dominó sobre el conjunto del sistema
financiero norteamericano.
- 17 de febrero de 2009: el presidente
Obama lanza el primer rescate bancario por un
monto de 787.000 millones de dólares.
- 6 de diciembre de 2009: Evo Morales
gana las elecciones en Bolivia con una mayoría del
60%. Es el primer presidente indígena en la
historia del país.
- 23 de abril de 2010:lLa Troika aprueba
el primer rescate a Grecia por un valor de 110.000
millones de euros. Las condiciones al país son
draconianas.
- 5 de mayo de 2010: primera huelga
general en Grecia contra las medidas de austeridad
impuestas por el gobierno y la Toika. A ésta le
seguirían decenas de movilizaciones y huelgas
generales los siguientes seis años.
- 17 de diciembre de 2010: estalla la
primavera árabe. Túnez vive los acontecimientos
revolucionarios. Después vendrían una larga lista
de países, entre ellos Egipto (caída de Mubarak el
11 de febrero de 2011) y Libia (ajusticiamiento
popular de Gadafi el 20 de octubre de 2011).
- 15 de mayo de 2011: nace en Madrid el
movimiento 15M abriendo la “onda larga” de
movilizaciones sociales y populares durante los
siguientes tres años (Mareas, huelgas, marchas de
la Dignidad). El movimiento 15 M tendría un amplio
eco en todo el mundo (Occupy Wall Sreet,
indignados de Sintagma, Londres, París, Roma…).
- 4 de abril de 2011: comienza una
terrible guerra civil en Siria. Las consecuencias
serán apocalípticas tanto para ese país como para
toda la región y el desencadenamiento de la crisis
de refugiados más grande que se conoce en Europa
desde la II guerra mundial.
- 15 de octubre de 2011: la marcha global
convocada en más de doscientas capitales en todo
el mundo, en contra de las políticas económicas y
la falta de democracia, se transforma en un éxito
sin precedentes ya que es un movimiento espontáneo
desde fuera de las viejas organizaciones
tradicionales.
- 9 de junio de 2012: el Partido Popular en el
gobierno de España pide el primer rescate bancario
a la Comisión Europea.
- 11 de septiembre de 2013: Cerca de un
millón de personas realizan una cadena humana en
Catalunya para pedir la independencia.
- 17 de enero de 2014: Se funda en Madrid
Podemos, que sería la gran revelación en las
siguientes elecciones.
- 27 de octubre de 2014: en Brasil gana
las elecciones Dilma Rousseff por un estrecho
margen.
- 27 de enero de 2015: llega al gobierno
de Grecia la coalición Syriza liderada por Alexis
Tsipras.
- 9 de noviembre de 2015: consulta en
Catalunya, 1,8 millones de personas votan por la
independencia.
- 13 de julio de 2015: Tras el
referéndum, Alexis Tsipras cede ante las
autoridades de la UE. el BCE y el FMI. Primera
capitulación de Syriza.
- 6 de diciembre de 2015:el Frente
Nacional gana las elecciones provinciales en
Francia con un 25% de los votos.
- 4 de mayo de 2016: Donald Trump se
perfila como el candidato republicano a la Casa
Blanca.
- 5 de mayo de 2016: huelga general
contra el gobierno de Syiriza.
- 22 de mayo de 2016: Norbert Hofer del
FPO (partido de la extrema derecha en Austria), se
queda a 30.000 votos de la victoria.
Posteriormente los tribunales invalidan la
victoria del candidato ecologista.
- 24 de junio de 2016: Referendum en el
Reino Unido, victoria del brexit con un 51,9%
frente al 48,1%. A la cabeza los candidatos
ultranacionalistas.
- 26 de junio de 2016: Rajoy gana la
segunda vuelta de las elecciones en España con un
33,03%.
Diez posibles motivos que podrían
explicar la victoria del Partido Popular en las
elecciones generales del 26 J
1.- La
coyuntura internacional favorecía al PP
Como decíamos al comienzo la cronología de
los hechos es bastante ilustrativa. De las
convulsiones económicas se pasó a las
movilizaciones, y, de éstas, a la contraofensiva de
las clases dominantes que tienen como corolario la
imposición de fuertes planes de ajuste económico,
cercenamiento de libertades, devaluación salarial,
desempleo, ascenso del nacionalismo y
ultranacionalismo, y, derrotas incluso en las
victorias (como es la conversión de Syriza a la
estrategia de la Troika).
Por sí solo estos hechos, no son
determinantes a la hora de dilucidar un resultado
electoral en un país. De hecho, el marco era casi
igual de desfavorable el 20 de diciembre que el 26
de junio (salvo el referéndum sobre brexit del Reino
Unido); sin embargo, desde mi punto de vista, este
contexto internacional afecta a las percepciones de
los votantes aquí.
En primer lugar el referéndum en el Reino
Unido pudo haber provocado un miedo a lo desconocido
y consolidó al PP como la fuerza más conservadora y
de orden.
Otro de los elementos que afectan a los
votantes de izquierda es el “caso griego”. Un país
con una situación similar a la de España (aún peor)
que, tras casi treinta huelgas generales, es capaz
de llevar al poder a un nuevo partido de izquierdas
(el Podemos griego), y éste, después de una
metamorfósis se convierte en el instrumento de la
UE.
En este contexto también la situación de
Venezuela y la utilización por parte de todos los
partidos contra Podemos, también pudo alimentar el
voto más conservador.
2.- La
evolución económica más estable
Partiendo de la caracterización de que
España sigue en crisis económica, social y política;
deberíamos intentar avanzar en una serie de matices
que también afectan a la percepción que la
ciudadanía tiene de la situación.
Tras los ajustes que se llevaron a cabo
desde 2010 (pero en particular desde el 2012 con el
gobierno de Rajoy), se pasa de una situación global
de hundimiento a otra donde se estabilizan algunos
determinantes económicos.
Como en toda crisis, las clases dominantes,
lo que hacen es aplicar las viejas recetas
neoliberales: devaluar la mano de obra, eliminar
competidores y crear nuevas condiciones para la
inversión de capitales (salarios, deuda,
legislación). Todo eso se ha hecho en España en
estos años.
Estas medidas producen un sufrimiento y la
ruina de amplios sectores de la población: 10
millones de pobres, el 22% en el umbral de la
pobreza (el segundo país de la UE que más
desigualdad generó la crisis económica detrás del
Reino Unido), 6 millones de desempleados en el pico
de la crisis (28% según la EPA, y el 20% este año),
hundimiento de los salarios de los trabajadores del
sector privado y después en el sector público (con
caídas hasta del 30%), subida de impuestos que
afectan a las clases trabajadoras y populares, etc.
Pero al mismo tiempo, estas medidas producen efectos
“beneficiosos” tanto para los intereses de unas
clases privilegiadas como de otros sectores de renta
media alta.
Mientras que el PIB cayó en España durante
los años: 2009 (-3,6%), 2011 (-1%), 2012 (-2,6%),
2013 (-1,7%), a partir del año 2014 se revierte la
tendencia (+1,4%) y 2015 (+3,4%). Este factor, pese
a la crisis crónica y global, hace que muchos
sectores de la población comiencen a percibir que
las cosas han empezado a mejorar de la mano del
Partido Popular. No nos referimos –exclusivamente- a
los que han mejorado objetivamente (el número de
millonarios ha aumentado un 30%), o incluso a los
numerosos empresarios vinculados a las exportaciones
o al turismo, sino a una porción importante de
clases medias o trabajadoras con un nivel de vida
estable (familias donde siguen entrando dos y tres
salarios medios) que, aunque no están recuperando
todo el poder adquisitivo, sí al menos ven los datos
de la economía con más optimismo.
Esto no explicaría por sí mismo los casi 8
millones de votos que tuvo el PP, pero ahonda en la
multiplicidad de las causas. A nadie se nos escapa,
que entre esos ocho millones hay un gran porcentaje
de clases populares que o bien simpatizan
ideológicamente con las derechas, o bien, votan de
forma pragmática al PP porque son (a pesar de la
corrupción) los que "mejor gestionan la crisis
económica" y los que más hicieron hincapié en un
gobierno estable.
3.- La
desmovilización social siempre beneficia a las
derechas
Estoy convencido que ésta es la causa
política principal del techo al que parece haber
llegado Unidos Podemos (5.049.734 lo que significa
el 21,10% junto con IU).
La desmovilización social también estaba
presente el 20 D, por lo tanto no se puede decir que
sea la razón principal de la pérdida de un millón de
votos en seis meses (después analizaremos otras
cuestiones), pero abona un clima que favorece a los
partidos de la estabilidad (PP, PSOE y Ciudadanos).
Es verdad que la desmovilización social es
un hecho objetivo cuya responsabilidad no recae en
Podemos. Sin embargo la apuesta política de la
dirección de Podemos fue explícita a favor de la
“maquinaria electoral” y en detrimento de todas las
estructuras de movilización social (círculos o
impulso de iniciativas).
Ahora se empiezan a pagar las consecuencias
de dos años y medio de desmovilización social. Por
eso, es necesario, volver a retomar la lucha, más
aún, cuando lo que se avecina es un nuevo plan de
ajustes como ya anunciaba Bruselas que ha puesto
como justificación la desviación del déficit público
en un 0,9% del PIB.
4.- El
hundimiento de la socialdemocracia
Aunque se trata de un largo proceso que
viene de muy atrás, con el estallido de la crisis
económica se ha evidenciado que la vieja
socialdemocracia es una constelación de partidos al
servicio del gran capital internacional. Desde el
PSOE hasta la socialdemocracia en Alemania, Francia
o Grecia; todos, han jugado un papel de socorristas
de los intereses de las grandes corporaciones
financieras. En Alemania y Grecia aliándose con la
derecha en el gobierno. En Francia y España haciendo
las reformas laborales que desean las élites del
poder.
¿Cómo van a ser una alternativa a los
partidos conservadores si realizan el mismo programa
que ellos? Por eso la crisis es galopante amenazando
en algunos países como en Grecia (PASOK) con la
desaparición.
En los últimos cuarenta años de hegemonía
neoliberal han significado un afianzamiento de todas
las alternativas de derechas. En los últimos nueve
años (2008-2016) con la crisis ese proceso se ha
agudizado. La socialdemocracia se ha mutado en
partidos social-liberales. Esta hegemonía solo se ha
roto puntualmente en el caso griego y en el reciente
ascenso de los partidos ultranacionalistas.
5.- El
globo que empezó a pincharse: Ciudadanos
Entre las diez causas que he barajado sobre
la obtención de una mayoría social por parte del PP,
creo que la caída de Ciudadanos es decisiva ya que
afecta a la coyuntura específica entre el 20D y el
26J. En seis meses podríamos estar hablando de un
trasvase de 400.000 votos (de los algo más de
600.000 que aumenta el PP). Esto es lo que le da al
PP (junto con una mayor movilización de sus
electores el 26J ante el peligro de Podemos) una
mayoría de 137 diputados (14 más que el 20 D).
El perfil sociológico de Ciudadanos es un
voto de derechas más joven que el PP en las grandes
ciudades. Todo eso es lo que ha recuperado el PP.
También ha influido en ello el cambio que el IBEX 35
ha empezado a hacer respecto a Ciudadanos. El
“Podemos de derechas” era un invento del marketing
para debilitar a Podemos pero no a su partido
tradicional.
6.- El
efecto Podemos fortaleció al PP
Podemos se enfrenta a grandes desafíos y
“desafiadores”. Nunca antes una fuerza política
había reunido tantos enemigos (con excepción de los
partidos independentistas).
Podemos perdió un millón de votos
(1.087.000) en solo seis meses. Ya hemos dicho antes
que la desmovilización social a quien más afecta es
a Podemos pero ésta ya estaba instalada antes del 20
D, por lo tanto eso no lo explica todo. Las causas
tendrán que analizarse detenidamente, aunque me
inclino a pensar que se trata de una combinación de
múltiples factores que provocan la huida de votos a
izquierda, derecha y a quedarse en casa.
Lo que sí parece más claro es que la
posibilidad de que Podemos superase al PSOE e
incluso le disputase la victoria al PP, fue una
motivación extra para el electorado conservador. La
campaña contra Podemos nació del poder económico y
del aparato del Estado, logró movilizar a las clases
privilegiadas aterradas ante la perspectiva de un
gobierno de izquierdas dirigido por Pablo Iglesias;
también a un sector de la clase media que antes votó
a Albert Rivera y por supuesto a sectores de las
clases populares como los pensionistas a los que se
les contaba que si no votaban, el país acabaría en
quiebra como en Venezuela o Grecia.
7.- La
cuestión catalana y el antídoto del chauvismo
español
El 26J hubo dos comunidades donde no ganó
el PP: Catalunya y Euskadi. ¿Casualidad? Para nada.
Como decíamos antes, las dos comunidades donde ganó
Podemos. Eso hace que veamos un mapa asimétrico
donde el nacionalismo españolista del PP le hace
crecer fuera pero le debilita en esos lugares. Es
una opción consciente de la derecha a diferencia por
ejemplo del PSOE que siempre se ha movido con la
ambigüedad.
El ascenso un independentismo catalán
dirigido por una parte de la élite política,
cultural y empresarial alimenta los prejuicios
españolistas, no solo de una parte de la población
catalana, sino muy especialmente de la española.
Habría que hacer un lento y profundo trabajo
pedagógico parecido al que hizo En Comun.
8.- La
abstención perjudicó a la izquierda sociológica
La diferencia entre diciembre de 2015 y
junio de 2016 fue de cuatro menos (73,20% al
69,84%). Eso significaría aproximadamente 1,4
millones de votantes menos en estas elecciones que
penalizarían a las opciones situadas en el arco de
las izquierdas: Unidos Podemos, EH Bildu y PSOE.
Por el contrario el PP y algunos
nacionalismos lograron sacar de sus casas a un
electorado que no votó en el 2015. En casi todos los
procesos electorales la abstención ha penalizado más
a la izquierda que a la derecha.
9.- La
dicotomía izquierda y derecha
Mal que les pese a algunos, la sociedad
española (como gran parte de los países
occidentales) se encuadra en clases sociales,
tradiciones políticas y culturales que aparte de las
singularidades de cada país o comunidad, se pueden
explicar en contextos históricos y generales.
No hemos podido hacer un estudio sobre lo
que serían votos de izquierda y derecha a lo largo
de los últimos cuarenta años. Pero en casi todas ha
venido apareciendo una partición al 50% (con
oscilaciones determinadas por los acontecimientos o
la singularidad territorial).
El 26 de junio no fue una excepción.
Sumando los votos de los cuatro partidos PP y
Ciudadanos sacaron 11.029.954 votos y el Psoe y UP
10.464.452 votros. Lo que representa un 51,4% para
las derechas y un 48,6 para las izquierdas.
Habían aprendido la lección y no querían
poner en peligro su estabilidad. Sacaron a las
calles todo el argumentario político, desde la
apelación al miedo (Brexit, Venezuela, Catalunya, el
corralito,..), haciendo que la corrupción, el paro,
la desigualdad social, la pérdida de democracia
política pasara a un segundo plano.
Con ello llevaron a las urnas lo que ya es
una realidad en las calles y centros de trabajo: un
dominio del proyecto neoliberal sobre el Trabajo.
10.- El
poder de los medios de comunicación
Nunca como ahora se ha dado una
concentración tan brutal de los medios de
comunicación en manos de unas pocas empresas. Ello
no hace sino reflejar la realidad del proceso de
globalización financiera de la que estas empresas
son un elemento fundamental para perpetuar el
control social, la hegemonía política y cultural en
manos de las élites económicas y políticas (que se
reproducen de forma completamente endógena).
Es esclarecedor como el IBEX 35 ha usado su
poder económico en las empresas de comunicación
(Prisa, Vocento, Planeta, COPE, Atresmedia, Zeta,
etc) para inducir el voto y contribuir a la campaña
del miedo. Es notorio que fueron estos grupos
económicos los que crearon el Podemos de derechas
(Ciudadanos) para debilitar la marca original; y,
para auxiliar al PP (otra cosa es que Ciudadanos
haya tenido un curso un tanto errático y que sus
creadores comiencen a desinflar el globo).
La mayoría de los grandes medios del país
apoyaron en primer lugar al PP, alguno al PSOE
(Prisa) y menos a Ciudadanos (El Mundo).
¿Hasta qué punto es una democracia cuando
la información está controlada por los grandes
grupos empresariales? Y más aún ¿qué sucedió en el
2015 en Grecia cuando tras la consulta se obligó al
gobierno a aceptar las peores condiciones bajo la
amenaza de quiebra económica?
Una breve recapitulación
Pese a que en este artículo me sentí
obligado a llevar a cabo un frío y desapasionado
análisis de la realidad, posiblemente cargando las
tintas sobre los factores que nos son más
desfavorables a los militantes anticapitalistas,
sigo pensando que esta realidad, por dura y cruda
que nos parezca, es susceptible de transformación
y cambios.
Pero también es necesario que los
militantes y activistas adoptemos una actitud que
nos vincule más a la gente corriente, a los
lugares comunes donde cada individuo pasa ocho,
doce o quince horas de su vida que es el trabajo,
con sus compañeros y además con sus vecinos.
Es necesario que saltemos un poco de la
autosatisfacción de los nuestros y de nuestro
entorno virtual para ir a las preocupaciones,
sufrimientos o alegrías del trabajador precario,
el desempleado, el joven que busca curriculum en
mano, el profesional de la salud y la educación, o
el autónomo que sigue haciendo ñapas en negro o el
inmigrante con riesgo de desahucio.
Más allá de las cifras que he dado en
este artículo se esconden vidas, sentimientos,
lágrimas, desesperanzas e incluso suicidios. Eso
es lo que tenemos que cambiar. No hay un proyecto
terminado. No hay la certidumbre de otras épocas.
Hay la mayor injusticia que hemos vivido, al
menos, en mis últimos cuarenta años.
Madrid, julio de 2016