En la noche del viernes 15 de julio un grupo de militares trató de tomar el poder en Turquía. Las operaciones militares comenzaron a las 22 horas en las ciudades de Estambul y Ankara, y concluyeron esta madrugada con el anuncio del fracaso del golpe por el primer ministro Binali Yildirim. El balance provisional de esta noche de confrontación es de 161 muertos y 1461 heridos. En la actualidad, más de 2839 soldados y oficiales han sido detenidos.

¿Erdogan, defensor de la democracia?

A pesar de las repetidas apelaciones a sus votantes para que salierán a la calle y defendierán la democracia, el fracaso del intento de golpe no hace del presidente de la República de Turquía, R. T. Erdogan, un defensor de la democracia. La deriva autoritaria tomada por el gobierno del AKP es ampliamente conocida por la opinión pública y los demócratas franceses. El gobierno del AKP así como el presidente de la República han instaurado desde hace varios años un régimen autoritario con una deriva fascistizante.

El gobierno del AKP está librando una guerra contra el pueblo kurdo y en sus intentos por convertirse en una fuerza regional no ha dudado en prestar apoyo a la organización terrorista Estado Islámico. Hoy en día, lamentablemente, los atentados se han convertido en "pan de cada día".

El status quo entre los militares y el poder político desde la proclamación de la República es la causa del intento de golpe de Estado. En la historia reciente de Turquía, el ejército siempre ha interferido en la esfera política presentándose como "defensor de los valores republicanos y del laicismo". Ahora bien, no es así. Por ejemplo, fue el golpe de 1980 dirigido por Kenan Evren lo que sentó las bases de una "síntesis turco-islámica" que sitúo la referencia islámica en el corazón de la República.

La historia reciente de Turquía está marcada por varios golpes de Estado y/o por intentonas putschistas. El balance de cada golpe ha sido un sin número de muertes y torturas, represión y restricción de las libertades. Las reinvidicaciones de las personas y de las masas oprimidas que aspiranban a la igualdad, la democracia y las libertades fueron sofocadas cuna y otra vez por golpes de Estado militares y por los políticos que les siguieron.

El pueblo no está condenado a elegir entre la dictadura y el golpe

El antídoto de las políticas que aspiran a instaurar una dictadura personal no son ni pueden ser los golpes militares. Por el contrario, este tipo de intentos de golpe de Estado han sido siempre una palanca para acelerar y aplicar de manera brutal políticas represivas y liberticidas El pueblo no está condenado a elegir entre dictadura y golpe de Estado.

Las primeras declaraciones muestran que Tayyip Erdogan y su gobierno quieren aprovecharse de esta situación para restaurar el prestigio perdido en el interior y en el exterior a causa de las políticas oportunistas e inconsistentes aplicadas desde hace años y que quieren alcanzar objetivos reaccionarios y fascistas.

Está claro que el pueblo de Turquía, compuesto por personas de diferentes naciones y creencias, no está condenado a elegir entre un golpe de Estado y una dictadura establecida gradualmente durante varios años. Su alternativa y su liberación pasan por la construcción de una Turquía verdaderamente laica y democrática, que reconozca los derechos y las libertades de diferentes nacionalidades y creencias. La alternativa es luchar por una democracia popular.

Pero hay que estar vigilantes, más que nunca, contra la instrumentalización de la situación por Erdogan para acelerar un régimen dictatorial.

Llamamos a todas las organizaciones progresistas y democráticas francesas patq que estén atentas a los acontecimientos y sean solidarias con las fuerzas democráticas del país.

Hay que evitar que la represión contra los militares se traduzca en una represión contra la oposición democrática en Turquía.

Sábado, 16 de julio de 2016