Trasversales
Isabel Pires

Precariedad, ¿para qué?

Revista Trasversales número 37, febrero 2016

Isabel Pires es diputada portuguesa y dirigente del Bloco de Esquerda

Original en portugués




Los recientes proyectos presentados por el Bloco de Esquerda en la lucha contra la precariedad representan avances importantes y deben entenderse como un camino que, en realidad, sólo el Bloco se atrevió a recorrer con más firmeza en los últimos años.

Los proyectos presentados por el Bloco son los siguientes:

- Reforzamiento de los mecanismos de presunción de contrato de trabajo y combate efectivo contra la precariedad.

- Propuesta de consagración de una nueva misión de la Autoridad para las Condiciones de Trabajo.

- Combate contra la práctica de utilización de "falsos autónomos" y de trabajo sumergido, incluyendo los falsos empleos en prácticas y el falso voluntariado.

De nada sirve crear mitos sobre la validez de las propuestas y sobre quién es más contrario a la precariedad. En este momento, se observa en el escenario político existente cierta cohesión en relación con la lucha contra la precariedad, a partir de un análisis bastante correcto: en el ámbito laboral nada se ha expandido con tanta rapidez e intensidad como el uso de mecanismos precarios de contratación de trabajadores y trabajadoras. Así que combatir todo esto es una prioridad.

Los proyectos presentados no están aislados en el espacio y el tiempo, ni desconectados de la realidad; la realidad de las trabajadoras y trabajadores, la realidad narrada por varios sindicatos, la realidad de los números. Las aportaciones realizadas por estas realidades convergen en el resultado final. Nada nos debe contentar y tenemos que aspirar a más, siempre deseando más, pero es necesario destacar los avances que implicarían estas propuestas de ser aprobadas.

Hay que recordar el programa electoral del Bloco de Esquerda, en el que se enmarcan. Nos oponemos a las empresas de trabajo temporal (ETT) por la grave alteración que imprimen a las relaciones laborales, estableciendo una relación triangular, en la que el eslabón más débil es el trabajador, que pierde salario y derechos. A largo plazo, las ETT tienen que desaparecer y las empresas que recurren a ellas deberán contratar directamente a los trabajadores.

Es innegable que el trabajo temporal es una realidad efectiva, y en algunos sectores específicos se utiliza de una manera muy concreta. El falso trabajo temporal es algo muy diferente. Por tanto, hay que combatir el uso de mecanismos de contratación temporal para cubrir necesidades permanentes, aún más si se hace a través de las ETT.

La externalización de servicios utilizando las ETT de forma abusiva, tanto en el sector privado como en el público, también es algo muy diferente al verdadero trabajo temporal. Por tanto, es urgente terminar con ella. Esta práctica es incorrecta por tantas razones que se hace necesario acabar pronto con ella. Para eso necesitamos el apoyo de todos los sindicatos, de los comités de empresa y de todas y todos aquellos que no cuentan con la cobertura de sindicatos o comités.

Algunas de las soluciones que se proponen ahora, y no serán las únicas, representarían avances importantes. Por ejemplo, la limitación del margen de arbitrariedad en la decisión del tribunal sobre la presunción de existencia de un contrato de trabajo. ¿Por qué? Porque se propone que si se cumplen al menos dos condiciones haya que presumir la existencia de un contrato de trabajo, lo que es importante porque la práctica actual da margen para mucha arbitrariedad en las decisiones del tribunal. La eliminación de la arbitrariedad aumentará la capacidad de defensa del trabajador.

Otras medidas propuestas refuerzan prácticas ya existentes por parte de la Autoridad para las Condiciones de Trabajo y eliminan la posibilidad de presiones sobre los trabajadores durante los litigios. ¿Vamos a cambiar por completo el mundo del trabajo con estas propuestas? No, pero estamos construyendo un mundo más seguro para quienes trabajan, garantizando derechos que nos fueron robados.

Son necesarias medidas más fuertes para hacer frente al problema generado por las ETT en el sector privado y en el sector público, pero el camino se hace al andar. No vamos a anticiparnos lanzando cohetes antes de la fiesta, pero estamos creando las condiciones para que pueda llegar a ser posible. La defensa de los trabajadores no es propiedad exclusiva de ningún partido o sindicato, pero es un deber de todas y todos, con toda la convicción, determinación y humildad de quien asume esa responsabilidad.