Trasversales
Luis M. Sáenz

El pacto PSOE-Ciudadanos, pasarela hacia el PP

Revista Trasversales número 37 marzo  2016 web

Textos del autor en Trasversales



Vaya por delante, para empezar por lo secundario, que creo que Podemos ha llevado muy mal lo relacionado con la investidura de un nuevo presidente de Gobierno, tanto en los modos utilizados como en los contenidos a los que se ha dado prioridad. Por ejemplo, no me parece bien que propuestas políticas importantes se transmitan antes a Felipe de Borbón que a la sociedad y la propia gente cercana a Podemos; y, en cuanto a los contenidos, me parece lamentable que se hayan desaprovechado las muy buenas y serias propuestas sobre temas cercanos a la vida de la gente contenidas en el documento Un país para la gente: bases políticas para un gobierno estable y con garantías por haber puesto por delante la escenificación de sus aspectos relacionados con la composición y estructura de un nuevo gobierno. Para resumir, comparto casi 100% lo escrito por Juan Torres López.

Ahora bien, ya en otro artículo dije que "Aunque Podemos está cometiendo errores, el principal problema para que se forme un nuevo gobierno sin el PP viene del PSOE, aunque la inmensa mayoría de sus votantes y afiliados es lo que quieren". Y, efectivamente, el problema principal, el bloqueo a una solución que, al menos por un tiempo, sea "progresiva", procede de dirigentes y ex dirigentes del PSOE. Pedro Sánchez tuvo la posibilidad de hacer algo positivo, pero se ha asustado y, ayudado por los errores de Podemos en el proceso de (no) negociación, ha tomado una mala ruta, quizá irreversible, al dar prioridad a un acuerdo con Ciudadanos, el acuerdo querido finalmente por la oligarquía económica a la vista de la imposibilidad de articular una salida política en torno al PP. Sólo un 41% de las y los afiliados al PSOE han dado su sí a ese acuerdo, y según algún sondeo la tercera parte de votantes del PSOE lo valoran negativamente.

El significado del pacto Sánchez-Rivera

Lo que Sánchez ha firmado con Rivera no son acuerdos para sacar adelante determinadas medidas, algunas positivas y otras muy regresivas, sino el corazón de un hipotético programa de gobierno. Entre los programas electorales de PSOE y Podemos había diferencias muy significativas, irreconciliables (por eso yo no estaba a favor de una coalición de gobierno), pero había también un conjunto de propuestas sociales y democratizadoras iguales o cercanas que, de aplicarse, darían un importante respiro a la población y facilitarían la acción de los movimientos sociales (por eso yo estaba a favor de un acuerdo de investidura). Sin embargo, al firmar el PSOE con Ciudadanos un programa de gobierno, ése pasa a ser el programa del PSOE, diga lo que diga, y si la distancia entre los programas de PSOE y Podemos era grande, pero salvable hasta cierto punto, la distancia entre las propuestas de Podemos o IU y las de PSOE-Ciudadanos son enormes, e insalvables. Una cosa era la investidura de Sánchez con el programa del PSOE, sin renunciar Podemos al suyo, otra la investidura de Sánchez con Rivera de su mano y con el programa PSOE-Ciudadanos.

Al dar muchos pasos a su derecha, Sánchez se ha alejado tanto de Podemos o IU que hace imposible un acuerdo. Sus socios de Ciudadanos aseguran que el acuerdo PSOE-Ciudadanos es compatible con PP pero no con Podemos. De hecho, el objetivo de ese acuerdo es que sea compatible con el PP, aunque quizá no con Rajoy.

El acuerdo PSOE-Ciudadanos, en el que ha intervenido la oligarquía económica, es una pasarela hacia la futura incorporación implícita o explícita del PP a una tricoalición, una vez pasado lo peor de la tormenta que azota a ese partido. A la vez, es una herramienta de disciplinamiento para garantizar que el Gobierno de España vehículiza adecuadamente los próximos ataques contra el bienestar social y contra la democracia que están cocinando los gobiernos y las élites económicas de una Unión Europea en descomposición reaccionaria y, en algunos aspectos, pre-fascista.

Por ese motivo, Sánchez y su equipo han mentido al explicar lo firmado, mientras que Rivera iba diciendo que ellos no tenían nada que ver con las mentiras de Sánchez, que lo escrito está escrito y que el acuerdo se abría hacia el PP, no hacia Podemos o IU.

Mentira es que Sánchez haya pactado con Ciudadanos porque el "pacto de izquierdas" no suma lo suficiente. Como ya le han dicho Baldoví o Garzón a Sánchez, PSOE + Ciudadanos suman 130, mientras que lo que el llama "pacto de izquierdas" suma 161; y mientras que sumar los votos de Podemos o IU al pacto Sánchez-Rivera es imposible, no lo era lograr el apoyo del PNV a la investidura de Sánchez si éste no pactaba con Ciudadanos, el partido más recentralizador existente en España.

Mentira son las explicaciones dadas sobre el contenido del pacto. La más descabellada de ellas fue la de que el acuerdo subía la indemnización por despido para los contratos temporales, cuando la bajaba, como tuvieron que reconocer y rectificar no sin antes calumniar a Errejón por haberlo señalado. A pesar de ese resbalón, en su primer discurso de investidura Sánchez ha vuelto a mentir al decir que la indemnización por despido de trabajadores temporales subía "en el segundo año", ya que con el texto del acuerdo rectificado se queda como está ahora, no sube. Y mentira es cuando Sánchez dice que se deroga la reforma laboral, la ley mordaza o la LOCEM.

¿De qué va Ciudadanos?

Para entender el significado del pacto Sánchez-Rivera hay que entender qué es Ciudadanos. Ciudadanos nació como partido nacionalista español y antinacionalista catalán. Posteriormente amplió su discurso en torno al tema de la "regeneración democrática". Sin embargo, una vez ganada una posición en tanto que partido con arraigo en toda España, el resto de sus opciones de fondo han salido más a la luz. Pues bien, hay varios asuntos en los que Ciudadanos se coloca en posiciones extremadamente reaccionarias e impiden apoyar a un gobierno dependiente de ellos.

a) Ciudadanos está muy cercano a los colectivos y corrientes de acción o pensamiento "neomachistas", partidarios de la supremacía masculina que utilizan la palabra "igualdad" para oponerse a las políticas que tratan de disminuir la desigualdad existente entre mujeres y hombres. El programa de Ciudadanos proponía la supresión del trato específico que algunas leyes dan a ciertas violencias  masculinas contra las mujeres.

b) El pensamiento socioeconómico de Ciudadanos se inserta en la tradición thatcherista, neoliberal o de la fundación FAES, una tradición que en realidad expresa las posiciones "naturales" de la oligarquía económica capitalista cuando no encuentra límites suficientemente fuertes desde la acción social y política de la mayoría de la población.

c) Ciudadanos es intolerante ante la diversad de sentimientos de identidad nacional presentes en diversos territorios. Esa actitud, que es la misma que la del PP o la de la sentencia del Tribunal Constitucional que se cargó el II Estatut de Autonomía, no ha dejado de echar leña al fuego y tiene bloqueada cualquier vía de diálogo tras la que pueda llegarse a soluciones.

d) Ciudadanos se está poniendo a la altura del PP en lo que se refiere a ataques a la libertad de expresión, protagonizando, por ejemplo, una gran campaña para la suspensión de un concierto de Def Con Dos.

Un gobierno dependiente de un acuerdo con Ciudadanos no puede ser un "gobierno de izquierda". O sí, para no abrir una absurda lucha por la propiedad de las etiquetas ideológicas, pero de una izquierda reaccionaria, aliada con la oligarquía.

El acuerdo: PSOE se desplaza (más) a la derecha

El acuerdo PSOE-Ciudadanos no puede ser apoyado por Podemos, IU o Compromís. La realidad es que el programa PSOE-Ciudadanos está muy alejado... del programa del PSOE. En ese programa nadie puede reconocer a 5,5 millones de votantes del PSOE, porque tiene muy poco que ver con el programa que el PSOE les propuso.

El acuerdo PSOE-Ciudadanos deja en casi nada las propuestas del PSOE para la igualdad entre mujeres y hombres.

- El acuerdo no incluye el compromiso de reponer partidas presupuestarias destinadas a la acción contra la violencia de género y recortadas por el PP, solo dice que se dotarán suficientemente, lo que es un cheque en blanco.

- El acuerdo no incluye el compromiso de suspensión del régimen de visitas de menores por parte de progenitores o tutores que cumplan condena por violencia de género y el de negar derechos de visita o custodia a maltratadores condenados.

- El acuerdo no incluye el rechazo a la custodia compartida impuesta como régimen general ni el compromiso de dar a juezas y jueces la posibilidad de suspender la guarda y custodia y el régimen de visitas ante indicios de delito de violencia de género. De hecho, Ciudadanos ha hecho incluir en el acuerdo que se reserva la posibilidad de impulsar la custodia compartida de menores como régimen general en caso de separación o divorcio. También ha incluido que se reserva la posibilidad de impulsar la regulación de la maternidad subrogada, lo que es rechazado por muchas socialistas feministas.

- El acuerdo no incluye la inadmisibilidad del llamado Síndrome de Alienación Parental como acusación de una parte contra la otra.

- El acuerdo no incluye la derogación de la LO 11/2015 para preservar la protección y el derecho a decidir sobre su maternidad de las mujeres de 16 y 17 años, aunque el PSOE incluye que se reserva la posibilidad de intentarlo.

- El acuerdo no incluye el restablecimiento en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud de los tratamientos de reproducción asistida para todas las mujeres.

- El acuerdo asume la propuesta de Ciudadanos respecto al modelo de permisos de maternidad y paternidad , en la que en vez de avanzarse hacia permisos iguales, intransferibles y pagados al 100%, se deja gran parte del permiso como de "libre" distribución entre progenitores, lo que en esta sociedad implica que será tomada en su mayor parte por mujeres (comunicado de la PPIINA). Con cinismo, Ciudadanos ha pedido pruebas "científicas" de que ocurrirá así, cuando cualquier persona que viva en nuestra sociedad sabe que será así. En 2014, las mujeres cogieron el 94% de las excedencias para cuidado de hijas o hijos y el 85% de las excedencias para cuidado de familiares. En cuanto a los permisos de maternidad, que incluyen diez semanas transferibles a la otra persona progenitora, el número de mujeres que los utilizaron multiplicó por 56 al número de hombres.

El acuerdo PSOE-Ciudadanos no mantiene los compromisos del PSOE para revertir toda la legislación de recorte de libertades hecha por el PP.

- En este acuerdo no se mantiene la derogación de la Ley de Seguridad Ciudadana ("Ley Mordaza"), limitando el compromiso a derogar algunos de sus artículos.

- En el acuerdo desaparece el compromiso de reformar la Ley de seguridad privada para garantizar que no podrá sprestarse como servicio alternativo a la seguridad pública.

- No figura en el acuerdo el compromiso del PSOE de reformar la Constitución para "Abolir la pena de muerte, incluso para tiempos de guerra".

- El acuerdo PSOE-Ciudadanos, al limitarse a "oponerse a todo intento de convocar un referéndum con el objetivo de impulsar la autodeterminación de cualquier territorio de España", reduce a un mero NO toda la política ante la crisis del modelo terroritoral y no deja ninguna vía al diálogo, cosa que sí estaba abierta en el programa propuesto por el PSOE aunque tampoco aceptase el referéndum.

El PSOE ha firmado un acuerdo con Ciudadanos en el que desaparecen o pierden contenido muchas de sus propuestas de calado social.

- Desaparece el compromiso de Derogar la Ley 23/2013 reguladora del Factor de Sostenibilidad y del Índice de Revalorización del Sistema de Pensiones.

- Desaparece el compromiso de que "derogaremos con carácter inmediato toda la reforma laboral del PP", quedando sólo ambiguas promesas de reforma de algunas de sus partes.

- La propuesta del PSOE de un Ingreso Mínimo Vital para los hogares sin ingresos o en situación de necesidad, sea cual sea la causa, queda limitada a los hogares sin ingresos, por lo que no tendrían protección los hogares con ingresos pequeños de origen no salarial, ya que tampoco se les aplicaría el "complemento salarial garantizado". La "renta diferencial" propuesta por Podemos cubriría a todos los hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza monetaria.

- Las tibias medidas propuestas por el PSOE para que dejen de cubrirse puestos de trabajo permanentes con contratos temporales desaparecen engullidas en la figura de un denominado "contrato estable" que en realidad sería un contrato temporal hasta por dos años, sobre cuyas características se dice muy poco pero todo apunta a que podrían desaparecer las condiciones de causalidad de la temporalidad. Tal como señala UGT, "Ninguna de las medidas propuestas logrará el objetivo de reducir la precariedad, y sin embargo puede implicar efectos indeseados y dañinos sobre las condiciones laborales de los trabajadores y sobre los resultados del mercado de trabajo".

- Desaparece la propuesta de que "Las personas autónomas económicamente dependientes que hoy regula el Estatuto del Trabajo Autónomo pasarán a formar parte del ámbito del Estatuto de los Trabajadores, para que tengan los mismos derechos laborales y de Seguridad Social y se les aplique la negociación colectiva".

- Se esfuma la perspectiva de "Subir el salario mínimo interprofesional para que alcance, en el término de dos legislaturas, el 60% del salario medio neto", lo que requeriría una subida media anual durante ocho años cercana a un 4% anual (más si sube el salario medio neto), quedando todo reducido a la promesa de una subida del 1% en 2016.

- La propuesta de "Derogar la Ley de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) así como la normativa que ha contribuido a recortar la inversión en educación" queda reducida en el acuerdo Sánchez-Rivera a "se paralizará con carácter inmediato el calendario de implantación de la LOMCE en todos aquellos aspectos que no han entrado en vigor".

- El acuerdo recorta la propuesta de universalizar el acceso a la atención sanitaria, ya que excluye a las personas extranjeras no empadronadas, salvo en determinados casos.

... y muchas cosas más, entre ellas las que señala Antonio González en un excelente artículo o la ausencia de una propuesta de reforma fiscal que pueda financiar los planes de emergencia social y afrontar los compromisos contraidos o por contraer sin depositar la carga una vez más sobre la gente común.

Esto es sólo un botón de muestra, no de las distancias entre los proyectos de Podemos, IU o Compromís y los del PSOE, sino de la distancia entre las propuestas para las que el PSOE pidió el voto en diciembre y su acuerdo con Ciudadanos. Eso convierte la brecha en abismo. El PSOE se ha echado en brazos de un partido que mantiene posturas extremistas en su negación de las políticas de igualdad, en su visión de los asuntos socioeconómicos y en su intolerancia ante los diversos sentimientos de identidad nacional presentes en varios territorios. Tal alianza sólo podría llevar a un gobierno tendente a "consolidar" gran parte de los recortes impuestos en las dos últimas legislaturas, a inclinarse hacia la coalición con un PP maquillado dentro de algún tiempo y a dar apoyo a las políticas que están provocando una descomposición reaccionaria de la UE. Eso no quita, claro está, que un hipotético gobierno PSOE-Ciudadanos llevase a cabo algunas de las propuestas positivas que han quedado en el acuerdo firmado, de hecho es casi seguro que deban hacerlo para recuperar algo de confianza social (y habría que exigírselo), pero sería una "progresividad" parcial, mezclada con políticas regresivas, de poca intensidad y poco duradera.

¿Y ahora?

Sánchez ha fracasado en su seudo intento de investidura, que él mismo hizo imposible con su acuerdo con Rivera. ¿Y ahora, qué? Ante esa pregunta, voy a replantearla: ¿ahora, qué hacer desde el espacio de Podemos, de En Comú Podem, de En Marea, de Compromís, de UP-IU...?

Tras el 20D mi opinión era que desde Podemos había que plantear a PSOE la disposición a votar la investidura de Sánchez sobre la base de que su candidatura no tuviera ninguna dependencia respecto a PP y Ciudadanos y sobre una propuesta de acuerdo sobre medidas de emergencia social a adoptar en los primeros meses del nuevo gobierno, propuestas basadas en gran medida, aunque no sólo, en el propio programa del PSOE, sin que Podemos renunciase a defender desde la oposición ninguna de sus propias propuestas, como el referéndum en Cataluña. No era partidario de un pacto de gobierno, pero en todo caso no me habría parecido mal que la decisión sobre los tipos posibles de acuerdo hubiese quedado para después del diálogo en torno a las medidas que podían defenderse en común.

Sigo pensando que era la política correcta, que quizá hubiese obligado a Sánchez a tomar otro camino o que, de no conseguirlo, hubiese dejado mucho más claro ante la sociedad cuáles eran las responsabilidades respectivas. En ese sentido, apoyé la iniciativa Queremos Respirar.

No se hizo así y creo que hubo muy graves errores, en las prioridades de los contenidos planteados, en las vías y momentos elegidos para explicar lo que se proponía y en los modos utilizados en varias de esas ocasiones. Con la prudencia que requiere el que mi ventana al mundo es muy pequeña, pudiendo por tanto estar equivocado, mi impresión es que todas estas decisiones se han tomado desde cierta ignorancia de la impresión que estaban causando en la sociedad, en su "abajo", no en una "vanguardia" hiperpolitizada e ideológizada.

En todo caso, tras el fracaso -por mucho- de Sánchez en las dos votaciones de investidura tenemos por delante un poco menos de dos meses, para que alguien logre una investidura o para que se convoquen nuevas elecciones, que no deseo ni mucho menos. El problema es que la situación ha cambiado mucho. Las brechas por los malos modos son superables, entre otras cosas porque han sido mutuos, pero la brecha creada por el acuerdo PSOE-Ciudadanos es extremadamente difícil de superar. Desde luego, creo que, salvo ruptura explícita de ese pacto y retorno del PSOE a su programa electoral como referencia en toda negociación, la posibilidad de un apoyo de Podemos y las confluencias, Compromís o IU a un nuevo intento de investidura de Sánchez es pequeñísima.

¿Qué hacer entonces? Realmente me cuesta opinar, dado que creo que la situación podría ser muy diferente si desde Podemos se hubiera hecho mejor, al menos en la línea de IU, que en esta ocasión me ha parecido más acertada, aunque yo sea "podemita", y en esos casos es muy grande la tentación de decir "éste no era el camino, así que nada tengo que decir ya".

Pero voy a decirlo: creo que en estos momentos deben reunirse Podemos, En Marea, En Comú Podem, Compromís y UP-IU. Creo que, de forma muy rápida aunque rigurosa, deberían elaborar una agenda corta, pero intensa, de medidas urgentes y muy cercanas a la realidad social, sobre todo en torno a las emergencias sociales, los derechos sociales, la legislación laboral, las políticas de igualdad, la lucha contra la violencia de género y la libertad de expresión, de huelga y de protesta, compatible, aunque mejorándolo, con el programa electoral del PSOE, aunque es imposible que sea compatible con el acuerdo PSOE-Ciudadanos, ya que la universalización de la atención sanitaria es incompatible con la exclusión propuesta en dicho acuerdo, la derogación de la Ley Mordaza es incompatible con mantener una parte de su articulado, las medidas para que los contratos temporales se apliquen sólo para actividades temporales es incompatible con un contrato también temporal pero sin causalidad alguna, la lucha en serio contra la violencia de género es incompatible con un gobierno que dependa de Ciudadanos, el camino hacia la corresponsabilidad en los cuidados es incompatible con la fórmula para los permisos de maternidad y paternidad pactada entre PSOE y Ciudadanos, derogar la reforma laboral del PP es incompatible con mantener la mayor parte de ella, etc. Insisto en que bastantes de estas propuestas pueden tener mucho de lo que estaba escrito en el programa del PSOE, pero no con el acuerdo que ha alcanzado con Ciudadanos, pero ese es un problema que ha creado el PSOE y le corresponde manejarlo, no puede buscar pactos "hacia su izquierda" si no quiere cambiar los compromisos alcanzados con Ciudadanos.

Con esa agenda hecha, creo que habría que proponérsela a Pedro Sánchez ofreciendo un diálogo en torno a las medidas incluidad en ella para darles una redacción definitiva e, ineludible, un calendario con compromiso público sobre él. Si sobre ese paquete de medidas esenciales y urgentes se llega a un acuerdo, creo que habría que ofrecer la abstención en la votación de investidura. Todos estas propuestas deben hacerse, en primer lugar, ante toda la población, antes que a Sánchez o que a Felipe de Borbón. Y hacerlo con voluntad de conseguirlo, dejando en segundo plano todo lo demás, centrando todo en los contenidos planteados, sin retórica, sin salidas  de tono, pero con un compromiso radical con aquello que se propone para que en España no haya familias sin hogar ni hogares sin ingresos o con ingresos que mantienen en la pobreza.

¿Y un voto a favor de la investidura? Creo que es políticamente imposible en tanto que PSOE no rompa de forma explícita su acuerdo con Ciudadanos. Lo lamento porque estaba y estoy convencido de que había que impedir dos cosas: una salida que se encamine hacia la "gran coalición" y la repetición electoral, de la que no espero nada bueno. Pero el problema es que el acuerdo PSOE-Ciudadanos, a la vista de su contenido, se encamina precisamente a la "gran coalición".

Obviamente, yo "soy nadie", y nada de lo que diga tendrá ninguna influencia en lo que ocurra. Pero, desde mi decepción, querría salir al paso de cualquier desesperación. Hagan lo que hagan los partidos, incluidos los "nuestros", lo que es seguro es que no hay otro camino que la organización y movilización "desde abajo", el desarrollo de un movimiento social autónomo, la extensión de la solidaridad y el apoyo mutuo. O nos implicamos en ello o vamos hacia lo peor. Sí se puede.