Trasversales
José Luis Redondo

Cambio climático

Revista Trasversales número 36 noviembre 2015 web

Textos del autor en Trasversales



El 1 de diciembre comienza en París la Conferencia mundial sobre el cambio climático con la presencia de 154 países. La alarma antiterrorista podría facilitar acuerdos rápidos, aunque es dudoso que sean suficientes. El clima de terror debería desplazarse hacía el futuro de nuestros descendientes. La evidencia del efecto humano sobre el aumento de la temperatura se ha abierto paso luchando contra los intereses cortoplacistas de países y empresas relacionadas con la energía.

La correlación entre el aumento de los gases de efecto invernadero (sobre todo dióxido de carbono) y el aumento de la temperatura de la atmósfera estaba datada en estudios sobre las capas de hielo polares. Lo que ya está confirmado es que el aumento del CO2 se ha acelerado desde el origen de las sociedades industriales, sobre todo desde el siglo XX. Los modelos matemáticos que relacionan este aumento con la subida de temperatura media son complejos, tienen que tener en cuenta los efectos de los sumideros vegetales, de los océanos, del plancton, etc, y por lo tanto sus previsiones no son exactas.

A medida que se han sido afinando permiten deducir que si se sigue quemando combustibles fósiles, carbón, petróleo y gas, la subida de temperatura a finales de siglo puede ser de 4º C o mas. Esta subida puede tener consecuencias terribles, deshielo del ártico, cambio de las corrientes marinas, subida de varios metros del nivel del mar, deshielo del premafost liberando metano con mucho mayor efecto sobre la temperatura, es decir procesos de efectos no lineales, difíciles de predecir e irreversibles. Las islas de baja altura pueden desaparecer, los desplazados de las costas pueden ser millones de personas, aumentarían los huracanes y las alteraciones atmosféricas, además desaparecerían muchas mas especies animales, así como cambios profundos en los cultivos.

Para evitarlo, se reúnen la mayor parte de los países, por primera vez convencidos,entre ellos EEUU y China.

Ante la reunión se han avanzado los compromisos que los diferentes países se comprometen a aceptar para conseguir una subida de 2º C a finales de siglo. Esta subida ya sería perjudicial, con una de 0,8º ya se están viendo efectos destructivos. Distintas instituciones científicas han calculado que el compromiso que han avanzado, esto es que haya en el 2030 un 45% mas de gases que en 1990, podría suponer una subida de 3º o mas. Pretenden comenzar con esta propuesta para revisarla a los 5 años, pero cuanto más tarde se tomen medidas adecuadas mas difícil sería frenar el aumento de temperatura.

El drama es que sólo podría dejar de emitirse CO2 si se dejan sin quemar una gran parte de las reservas de carbón, petróleo y gas. Ante ello todas las medidas de ahorro y eficiencia energética tienen poco efecto. No se trata de que no deban ponerse medios individuales y colectivos, es que no son suficientes. Ni viviendas más aisladas, ni fábricas y vehículos más eficientes, ni un mayor peso de las energías renovables, pueden tener impacto para reducir la temperatura a 2º C si se siguen quemando las reservas de combustibles fósiles.

Se plantea con toda crudeza la necesidad de una transición a sociedades menos consumidoras de energía y que esta sea en su mayor parte de fuentes renovables. No es posible seguir creciendo, las fuentes renovables no pueden sustituir el consumo actual, menos uno creciente.

Ante la cumbre hay que plantear que estas sociedades basadas en un capitalismo que exige crecer siempre, no son viables, ya están poniendo en peligro el futuro humano.

Es en este marco donde deben discutirse los acuerdos entre países desarrollados y en desarrollo. Es evidente que los primeros, sobre todo EEUU y los países de la UE, llevan contaminando más tiempo y son los mayores emisores per cápita, pero otros como China se convierten en los mayores emisores mundiales. Los países en desarrollo no pueden seguir el modelo occidental y los más culpables deben contribuir económicamente y técnicamente a la transición energética de los primeros.

Como en este encuentro no se va a abordar el fondo del problema, tendríamos que presionar a nuestro gobierno y a los de la UE, pero sobre todo contribuir a que las opiniones públicas comprendan la necesidad de un cambio de sistema y de civilización, con ello de nuestra forma de vida. Todo retraso va a llevar a consecuencias terribles para el futuro humano.


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