Trasversales
José Luis Redondo

Elecciones generales y las tareas pendientes

Revista Trasversales número 36 octubre 2015

Textos del autor en Trasversales



Las elecciones catalanas y las generales abren perspectivas para poder afrontar cambios profundos en España.

El gobierno de la derecha ha agravado la crisis de la estructura territorial (agudizada en Cataluña), del sistema judicial, del Parlamento y del Senado, de los partidos políticos, del sistema financiero y de sus organizaciones de control como el Banco de España. La mayoría absoluta del PP le ha permitido controlar todos los órganos del estado, que ya estaban ocupados desde el bipartidismo. Desde su mayoría ha gobernado por decretos leyes, sin pactar con otros partidos, ha utilizado la crisis económica para favorecer a los ya favorecidos, aumentando la desigualdad económica, se ha instalado en la corrupción y ha conducido a separar a la opinión pública de los políticos y a deslegitimar al Estado.

Ante esta situación han surgido primero protestas como el 15M, las mareas o el movimiento independentista de Cataluña y después dos formaciones políticas, Ciudadanos y Po­demos.

Todo parece indicar que las elecciones de diciembre van a suponer una fuerte corrección al bipartidismo, que se mantenía desde la Transición, con más o menos peso van a ser cuatro partidos los que marquen las líneas de juego.

Ante la población y los partidos se presentan tres desafíos fundamentales:

- Una política económica que afronte un paro de más del 20%

- Una recomposición del Estado de bienestar parcialmente destruido

- Una reforma de la Constitución

1. En cuanto a la política económica, el marco seguirá siendo marcado por la Unión Europea y la política austericida de Alema­nia. Aunque hay indicios de giro, debido a la escasez de crecimiento de la economía de la Unión, a la presión norteamericana y del FMI y a la falta de impulso de la economía China. Hay alguna posibilidad de que una política más de izquierda pueda formularse desde los países del área mediterránea, entre ellos Francia, pero no parece que pueda darse un vuelco a la línea actual, sólo cabe esperar pequeños desplazamientos.

Ahora bien, el escaso crecimiento puede permitir insistir en otros aspectos, hacia la disminución de la desigualdad con ayuda del sistema fiscal y, al tiempo, con un aumento de recursos, favorecer la creación de puestos de trabajo y de una renta básica. Apoyando la creación de puestos de trabajo en energías renovables, sostenibilidad energética, I+D+i y servicios de atención a los ciudadanos.

Puede actuarse apuntando a una economía más sostenible y no a un crecimiento a toda costa. De todas formas la influencia de un gobierno que salga de estas elecciones no puede ser muy grande en el marco de la UE.

2. Desde el último periodo de Zapatero se ha deteriorado el escaso estado de bienestar español. Se ha cargado sobre las Comunidades Autónomas la disminución de recursos para la Sanidad, la Educación, las ayudas a la dependencia. Ésta, que comenzaba a desarrollarse con la aplicación de la ley, ha quedado frenada por falta de recursos. La Sanidad ha retrocedido, no se aplica a los inmigrantes sin papeles, aumenta los periodos de espera, están saturadas las camas de los hospitales y las urgencias y se condena a sus trabajadores a esfuerzos sobrehumanos. La Educación ha empeorado, porque ha disminuido el número de profesores y porque se ha aprobado la LOMCE, una ley totalmente regresiva.

También se ha limitado el poder municipal para poder compensar con servicios sociales la falta de recursos provenientes de las CA o del gobierno central. Siguen siendo expulsados de sus viviendas ciudadanos sin recursos.

Es un territorio con muchas posibilidades de actuación, no sólo se trata de recursos sino de formas de gestión que den intervención a trabajadores y usuarios. Se trata también de apoyar iniciativas ciudadanas de apoyo mutuo, de intercambio de servicios, de favorecer a lo "común".

Puede ser decisivo que se gobierne desde una política más o menos de izquierdas. Aquí nos jugamos mejorar la vida de los sectores de la población más perjudicados por la crisis.

3. La Constitución se tiene que reformar en esta próxima legislatura, ya lo admiten hasta en el PP. El encaje de Cataluña exige una reforma territorial, pero también lo hace la crisis de legitimidad del Estado.

Lo que está en juego es la profundidad de la reforma. Aunque con el aliento de un proceso constituyente desde la ciudadanía, no parece que pueda sustanciarse si no se produce un vuelco electoral. El escenario puede estar entre un retoque, que es lo que pretende el PP, o una reforma federal y formal que es lo que pretende el PSOE. En uno u otro caso queda abierta la posibilidad de desbordamiento desde abajo si no se resuelven los problemas de funcionamiento del Estado.

Están sobre la mesa diversos aspectos, sin pretender ser exhaustivos:

- La estructura territorial del Estado y la relación de Cataluña y País Vasco con una España federal. Reforma del título VIII, del Senado como una cámara territorial y de fórmulas para la participación de las autonomías en la elaboración legislativa.

- La consolidación de los derechos sociales y medioambientales, entre ellos la vivienda, exigibles al Estado.

- La eliminación de la provincia como circuscripción electoral, que es lo que impide una ley electoral proporcional. La posible eliminación de las Diputaciones. La reforma electoral es otra de las tareas urgentes.

- Las condiciones para poder impedir la ocupación de los altos tribunales, de los organismos de control y de las T.V. públicas por los partidos políticos.

- La separación de la Iglesia y del Estado, obligando a la renovación de los acuerdos con el Vaticano, lo que puede ser mas fácil con este papa.

- La actualización de los referéndum consultivos y decisorios, la posibilidad de hacer propuestas al Parlamento por iniciativas ciudadanas. Es decir, la introducción de elementos de democracia directa.

- La democratización de los partidos políticos, listas abiertas, revocabilidad de los cargos, control de sus cuentas y derechos de los militantes.

- No parece estar al orden del día la propuesta de monarquía o república, que obligaría a cambios más exigentes de la constitución

Cualquiera de las reformas significativas obligan a disolver las Cortes y probablemente aprobar la nueva Constitución en referéndum, lo que supone un gobierno de alrededor de dos años si se pone a la tarea. El resultado electoral parece seguir señalando como los partidos predominantes al PP y al PSOE, si no cambia la tendencia expresada en las encuestas, aunque los resultados en Cataluña pueden llegar a producir un vuelco.

Si el PP es el partido más votado puede forjar acuerdo con Ciudadanos, al menos en cuanto a la política económica y en una reforma constitucional de carácter más centralista, pero esta solución tendrá en contra a los demás grupos parlamentarios y aumentará las tensiones con todas las autonomías, haciendo imposible cualquier solución de acuerdo con el gobierno catalán.

Si el PSOE es la fuerza más votada puede intentar pactar con Ciudadanos y con Podemos, ofreciendo gobernar conjuntamente con los primeros y buscar el apoyo de Podemos para las medidas más sociales y a algunas de las propuestas para la reforma constitucional. Un gobierno en minoría sería muy inestable pero más influenciable para avanzar hacia cambios más profundos.

Las encuestas revelan que el apoyo a Podemos ha ido declinando, en parte por propios errores de sus dirigentes, que le han llevado a aparecer como una fuerza semejante a las que combatía. Su pretensión de ser una fuerza transversal que enfrenta a los ciudadanos a una casta, ha sido desbaratada con la aparición de Ciudadanos, que lleva un discurso reformista y parecida virginidad política. Así ha sido confinado en el espacio de la izquierda, sus dirigentes no han asumido este hecho, pero en este espacio había otras fuerzas políticas como IU. La ausencia de cambio en su discurso político y su cierre democrático le está haciendo perder apoyos en el ámbito 15M.

Podemos sigue siendo la fuerza predominante de la izquierda pero no la recoge toda, desde votantes del PSOE hasta zonas libertarias.

De nuevo es importante cómo se resuelva el encuentro con Ahora en común. No parece posible un proceso integrador con votaciones de listas y programas desde abajo, como en los ayuntamientos, tanto por la falta de tiempo como por las actitudes de los dirigentes de Podemos. Al menos esperemos que no entren en competición electoral y sean capaces de integrar candidaturas provinciales. El resultado puede significar unos resultados que se acerquen algunos puntos al PSOE.

La recomposición de una izquierda que pueda encabezar un cambio profundo puede seguir estando abierta.

Septiembre de 2015


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