Trasversales
Graciela Atencio

#7N: Yo voy porque esta es nuestra revolución

Revista Trasversales número 36, octubre 2015, dossier 7N

Graciela Atencio es directora de feminicidio.net


Por primera vez en el Estado español organizaciones feministas se han hecho eco de un deseo colectivo que circulaba en los distintos territorios y en las redes sociales desde hacía tiempo: la convocatoria de una gran marcha contra las violencias machistas. La cita ya ha dejado una marca en el calendario, el sábado 7 de noviembre de 2015. Coincide con la cercanía de una fecha emblemática de la lucha feminista, 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres. Pero también se celebran las elecciones generales en el horizonte próximo a la movilización propuesta originalmente por la Coordinadora Feminista de Valencia.

La marcha contra las violencias machistas servirá para poner las demandas del movimiento feminista en primera línea de la agenda política nacional. Se trata de una oportunidad única que no debemos desaprovechar, más aún cuando la convocatoria se realiza partiendo de una alianza entre los distintos feminismos y sin injerencia de los partidos políticos. ¿Por qué una marcha estatal contra las violencias machistas? No hay una respuesta unívoca pero seguramente las múltiples razones nos permitirán expresar desde sectores del heterogéneo movimiento feminista del Estado español, que con nuestras particularidades, diversidades y diferencias, podemos unirnos en una causa común y articuladora de la revolución tenaz, pacífica e ininterrumpida que vienen desplegando desde mediados del siglo XX movimientos feministas de todo el mundo contra la violencia hacia las mujeres. Bailamos porque ésta es nuestra revolución. ¿Por qué no insistir y seguir diseminando como una utopía plausible la erradicación de la violencia machista? #NiUnaMás, #NiUnaMenos, son la expresión de ese grito contenido y repetido una y otra vez por miles, tal vez millones de mujeres cada día: "No queremos ni una asesinada más por el machismo. Ni una sola". #NosQueremosVivas.

La lucha es global, local y virtual

En el contexto global, el feminicidio, el asesinato de las mujeres por razones de género, es la principal causa de muerte de mujeres entre 15 y 44 años.

El panorama planetario no es muy prometedor, ya que según expertas y activistas, la violencia contra las mujeres aumenta a pesar de sustanciales avances de sus derechos en el siglo pasado. Como respuesta a un fenómeno pandémico, los feminismos se han convertido en un sujeto político crucial en el proceso de cambio de paradigma hacia una sociedad no patriarcal. Y esa fuerza movilizadora global también nos ha servido de marco para convocar una marcha estatal contra las violencias machistas.

Razones globales no nos faltan para participar en una gran marcha contra las violencias ma­chistas. Lo hemos visto con la multitudinaria marcha celebrada en Argentina en junio pa­sado, su impacto y difusión atravesó fronteras físicas y virtuales: el efecto llamada de convocatoria contagió a Uruguay y Chi­le. No era para menos, América Latina tie­ne la tasa de feminicidios más elevada de los cinco continentes y una manifestación pu­­so en el foco esa información que debería servir para revertir, desde la conciencia y la acción de los pueblos y no sólo de los Estados y los gobiernos de turno, semejantes índices de violencia contra las mujeres.

El siglo XXI promete destacarse por la lucha contra las violencias de género y la construcción de sociedades más igualitarias.

Por otro lado, la virtualidad ha cambiado la manera en la que habitamos los lugares y puede que los lugares habiten en nosotras a través de las redes sociales. Y puede que las personas de esos lugares nos importen más y empaticemos con ellas porque nos enteramos de situaciones que sin la reciente revolución tecnológica no sería posible que estableciéramos una conexión emocional real aquí mismo y ahora. La virtualidad nos refuerza cada día que la lucha contra las violencias machistas es planetaria, que las movilizaciones son también virtuales porque la virtualidad es parte de una realidad política que nos empuja a ser parte de ese cambio de paradigma tan deseado por las feministas.

En el escenario de lucha política, no es sólo el patriarcado, ese viejo sistema de dominación masculina que lleva miles de años entre la especie humana sino también la desigualdad estructural vinculada a otro sistema, el capitalista que hoy por hoy genera miseria, hambre, mata sin piedad y consume los recursos naturales del planeta a pasos vertiginosos… Ambos, consustanciados en este nuevo siglo, más que hacer peligrar el camino hacia la igualdad de derechos, ponen en riesgo la vida humana y la de otras especies.

En lo local y cercano, paro, precarización del empleo, desigualdad salarial, falta de paridad en puestos de los poderes político, económico y sociocultural, riesgo de exclusión social, la amenaza constante de padecer violencia, desde la institucional hasta la de la pareja y un centenar de mujeres asesinadas a manos de hombres por diversas formas de violencia cada año… Lo cierto es que las mujeres continuamos siendo ciudadanas de segunda en el Estado español.

Motivos no nos faltan para manifestarnos por todo lo alto este 7 de noviembre.

Y puede que colectivamente sea necesario reflexionar y pensar la violencia patriarcal desde un nuevo lugar. Más amplio, más abierto. Sin asfixia academicista, sin presagios de negación androcéntrica-decimonónica. Puede que el movimiento feminista se encuentre frente al reto impostergable de establecer nuevos diálogos con otros sujetos políticos y nuevas alianzas con movimientos sociales que también luchan por salir del patriarcado capitalista.

Razones globales y razones locales, entrelazadas e interconectadas. Razones emocionales que compartes con optimismo, aunque a veces signifique dar un pasito adelante y dos hacia atrás. Si miras al pasado, ahí está la genealogía feminista, la que nos demuestra que nunca podemos abandonar la lucha por nuestros derechos. Las mujeres hemos resistido miles de años la violencia patriarcal. Y eso (no se nos olvide), está en nuestra memoria histórica.

Saldré a la calle a manifestarme por el derecho a vivir una vida libre de violencias machistas.

Este #7N, yo voy porque ésta es nuestra revolución.



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