Trasversales
Jesús Jaén

Tras el 24M, en el fondo: las elecciones generales

Revista Trasversales número 35 julio 2015

Otros textos del autor



Para cuando salgan estas líneas seguramente se habrán producido novedades políticas y quedará un poco más en el recuerdo la campaña de las elecciones municipales y autonómicas. Sin embargo, trabajamos sobre el presente aunque intentemos pronosticar el futuro.

En mi opinión, el 24M ha sido la primera vuelta de las elecciones que tendrán lugar en el otoño de este mismo año. El diario El País hizo una proyección sobre el Congreso de los diputados de los resultados de las elecciones autonómicas y municipales: PP 120 (-66); PSOE 108 (-2); Podemos 37 (+37); Ciudadanos 18 (+18); CiU 14 (-2); ERC 10 (+7); PNV 8 (+3); Compromís 7 (+6); IU 6 (-5); EH Bildu 6 (-1); CC 4 (+2); BNG 2 (=); UPN 2 (+2); CUP 2 (+2); PRC 2 (+2); GBAI 1 (=); MES 1 (+1); PI 1 (+1); NC 1 (+1).

Tomando como referencia las elecciones municipales, los datos cambiarían favoreciendo ligeramente a PP y PSOE pero en nuestra opinión eso sería debido a que son los dos grandes partidos que se presentaron a la inmensa mayoría de municipios. Cosa que en unas elecciones generales no sucede pues todos los partidos, a excepción del nacionalismo, se presentan en todas las circunscripciones. Además, en las municipales se presentaron muchas candidaturas ciudadanas e independientes no adscritas a ningún partido.

A partir de esta interesante extrapolación (que deberíamos puntualizar pues la gente no vota lo mismo para unas elecciones autonómicas o municipales que para unas generales) podríamos extraer algunas conclusiones que se traslucen de los números y otras no tanto.

1. El Congreso de los diputados consta de 350 escaños, lo que nos daría que la suma de votos de la derecha, centro derecha y nacionalismo o regionalismo burgueses sumarían aproximadamente 170 escaños, es decir, un 48,5%. Mientras que la suma de la izquierda, centro izquierda, independentismos de izquierdas sumarían los 180 restantes, es decir, un 51,5%.

2. ¿Qué quiere decir este dato? En primer lugar que, en relación al Congreso actual donde existe una mayoría absoluta del PP (además de los nacionalismos burgueses), la derecha política se debilitaría, bien por la abstención o bien porque Ciudadanos (16) no recuperaría la hemorragia del PP (66).

3. En segundo lugar, el centro izquierda (PSOE) perdería 2 diputados y Podemos ganaría 37 pero, además de recuperar amplios segmentos sociales abstencionistas, también se refleja una mayor fragmentación del voto de izquierdas en múltiples candidaturas, desde IU, Compromís, Bildu, BNG, CUP, etc.

4. Pese a quien le pese el eje izquierda versus derecha sigue siendo parte indisociable del paisaje político de este país. El 51,5% frente al 48,5%. Un dato a tener en cuenta que refleja ideologías, composiciones de clase, culturas políticas y tradiciones. En cuanto al eje “los de abajo y los de arriba”me parece totalmente acertado, sin embargo, en términos político-electorales no dice gran cosa.

5. Aunque no se refleje en estas estadísticas, el voto de la izquierda y de los partidos emergentes (izquierda-derecha) es más fuerte en los núcleos urbanos. Al mismo tiempo, el voto mayor de sesenta años sigue siendo canalizado en primer lugar por el PP y después por el PSOE.

Estos son datos que no aparecen en el balance de estas elecciones pero reflejan una tendencia en las encuestas del CIS. Las elecciones son un reflejo más o menos aproximado de una realidad política y social. Nunca podrán fotografiar milimétricamente lo que sucede en la sociedad, ni las relaciones de fuerza, ni las relaciones laborales, ni otras muchas cosas. Deberemos tomar los datos con precaución.

A las cifras anteriormente indicadas debe­ría­mos agregar otras, como, por ejemplo, que el PP perdió en las elecciones del 24M nada menos que 2,5 millones de votos y que el PSOE (que se presentó como el gran triunfador de la noche) perdió otros 700.000 votos. Los buenos resultados de partidos "emergentes" como Podemos o Ciu­dadanos reflejan una aspiración de cambio y el castigo a la corrupción política (aunque para nada son comparables, ya que mientras Podemos nació en las calles, Ciudadanos es ahora un proyecto de las élites financieras).

Más datos: el extraordinario resultado de candidaturas de unidad popular como las que encabezaron Ada Colau (Barcelona), Manuela Carmena (Madrid) o Kichi (Cádiz). El resultado de Podemos es muy bueno teniendo en cuenta que carecía de referencias anteriores (entre un 20% en Aragón y un 14% en otras comunidades).


Objetivos, cómo y para qué

Hasta aquí la sociología política. Vayamos ahora a las conclusiones políticas. De todo este corolario de números, datos, resultados o estadísticas se pueden sacar algunas conclusiones de cara a las próximas elecciones generales que se celebrarán este mismo año en el mes de noviembre. En nuestra opinión estos serían los objetivos a conseguir.

Primer objetivo: echar a toda costa a la derecha del poder. Una cosa debe quedar clara: durante los últimos años el PP se había transformado en un Partido-Estado al servicio de las élites económicas, con un poder ilimitado tanto a nivel mediático como institucional, convirtiendo la política y una parte de la sociedad en un auténtico estercolero.

Segundo objetivo: impedir que el PSOE se convierta en el mes de noviembre en el recambio político. Entre otras cosas porque estamos convencidos que volverán a actuar como un segundo instrumento de los poderes económicos, (lo hicieron durante el gobierno de Zapatero aprobando la reforma del artículo 135 de la Constitución o recortes sociales y votando con los conservadores en todas aquellas leyes que afectan a los macroplanes en la UE).

¿Cómo llevar adelante estos dos grandes objetivos? Ahora mismo no vemos otra forma que buscando la confluencia y convergencia de la izquierda y de los movimientos sociales. Podemos es un gran catalizador del descontento y de la ruptura con el PSOE y PP, pero las elecciones autonómicas han demostrado que es insuficiente.

Sería necesario conseguir que distintas fuerzas políticas se unieran y que impulsaran un movimiento capaz de articular una alternativa política para una mayoría social que derrote a la derecha y supere al PSOE. Julio Anguita ha formulado en una entrevista una propuesta concreta que podría debatirse: tomar como base el programa de las Marchas de la Dignidad y a todos sus convocantes. Es una propuesta muy genérica pero como base para empezar no está mal.

¿Para qué esta mayoría política y social? Evidentemente para ganar las elecciones y gobernar. ¿Para qué gobernar? Es la pregunta clave. Llegar al gobierno es difícil, ejemplo Grecia, pero una vez ahí los problemas se multiplican por mil. Ya estamos viendo como la Troika (BCE, Comisión y FMI) están haciendo chantaje al gobierno de Syriza. También los grandes inversores que provocan la fuga de capitales para hundir la economía aún más. No basta por lo tanto con indicar los caminos para una mayoría social o política, es necesario un programa y un plan de ruptura con la austeridad, de rescate ciudadano, de no sometimiento a la normativa europea (empezando por cuestionar los dos grandes tabús: el pago de la deuda y la supeditación a los controles de gastos por la vía de cumplir con el déficit público).

Algunos compañeros dicen que ese plan nos llevaría a un enfrentamiento con las instituciones de la UE y con los grandes poderes económicos ¿Hay otro camino? La experiencia de Grecia está siendo aleccionadora. La ruptura con la austeridad es el único camino y eso solamente es posible de dos maneras: organizando la movilización social de las clases trabajadoras y populares y pidiendo la solidaridad internacional de la ciudadanía europea y en particular de nuestros hermanos del sur de Europa.


Trasversales