Trasversales
Luis M. Sáenz

No mareemos más los pactos

Revista Trasversales número 34 junio 2015 (web)

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Creo que hay que dejar de marear la perdiz, es decir, los acuerdos de investidura entre PSOE, Podemos, Compromis, las candidaturas municipalistas, etc. Su escenificación ya dura demasiado, sin que se alcancen acuerdos programáticos significativos, y está dando cierto respiro al PP, creando confusión ciudadana y teniéndonos con el "alma en vilo", y en esto creo que coincide una gran mayoría de votantes de Podemos o de las candidaturas de unidad popular, entre quienes los sondeos hechos muestran una gran mayoría (85%) partidaria de acuerdos de investidura que cierren el paso al PP, y también con una mayoría relativa (37%) entre los votantes del PSOE, aunque otro sector más conservador prefiere pactos con Ciudadanos.

La ciudadanía tenemos derecho a que se respete nuestra inteligencia y nuestras emociones. Mi punto de vista es que se está dando una apariencia de "complejidad" a algo que en realidad es bastante sencillo.

1. Aunque algunos comentaristas progresistas lo descalifiquen, creo que, en efecto, se trata de establecer un cordón sanitario en torno al PP y arrebatarle el máximo de poder institucional. Cierto es que este partido continuó la senda de recortes iniciada por el PSOE, pero la intensificó en gran escala y, además, emprendió una ruta de represión de la protesta social y de desmantelamiento de derechos democráticos fundamentales que suponen una "reinterpretación" autoritaria de la Constitución, en un contexto de corrupción que ha hecho metástasis a lo largo de casi toda la estructura del PP. Derrotar al PP es una condición necesaria para poder avanzar hacia un nuevo régimen político y social más democrático y más justo. En una asamblea que hubo en mi barrio, un veterano anarquista, muy respetado por todos, explicó que esta vez había votado por segunda vez en su vida porque "necesitábamos un respiro", comparándolo con el voto anarquista en 1936 para liberar a los presos. Es la mejor explicación que he oído de por qué hay que quitar ayuntamientos y comunidades al PP. Tenemos que tomar aliento para seguir luchando.

2. Dado que el PP ha perdido a nivel autonómico y municipal muchas mayorías absolutas manteniendo sin embargo una exigua mayoría relativa, la constitución de nuevos gobiernos depende en muchos lugares de las formas de colaboración que puedan establecerse entre, por un lado, PSOE y, por otro, Podemos, Compromis, candidaturas municipalistas, Izquierda Unida, etc. Más en concreto, depende del voto que se emita en las sesiones de investidura de alcaldes(as) y presidentes o presidentas de comunidad autónoma. Depende de que determinadas candidaturas, unas veces unas, unas veces otras, voten a favor de otras o, según el caso, se abstengan para permitir la investidura de personas ligadas a opciones políticas de las que, en realidad, se sienten y están hoy por hoy muy distantes.

3. Siendo realistas, hay que reconocer que en las comunidades y en los ayuntamientos más o menos grandes es extremadamente difícil que en tan poco tiempo PSOE y Podemos, o PSOE y Ahora Madrid, o PSOE y Compromis, o PSC o Barcelona en Comú, puedan alcanzar un pacto de gobierno o acuerdo de legislatura estable basado en una comprensión común de ciertos problemas: no nos hemos olvidado del artículo 135 de la Constitución ni de otras muchas de las actuaciones del gobierno de Zapatero a partir de mayo de 2010, como su sistemático rechazo a resolver el problema de los desahucios. De hecho, la presión de las próximas sesiones de investidura no está ayudando siquiera a la búsqueda de aquellos acuerdos concretos, sobre medidas específicas, que sí podrían alcanzarse, ya que ahora es todo demasiado "espectacular", demasiado mediado por cuestiones de imagen y especulaciones sobre las repercusiones que tal o cual decisión pueda tener sobre los propios votantes de cada candidatura. Decir que el PSOE tiene que dar un giro de 180º (Iglesias) o que Podemos tiene que situarse dentro del entramado del actual régimen aspirando sólo a algunas reformas (Sánchez) es muy fácil, pero mero recurso retórico porque no es posible que tales cosas ocurran a corto plazo. En este momento la distancia es muy grande, es posible que haya evoluciones futuras en que sea más fácil alcanzar acuerdos de mayor alcalce, pero eso no se favorece precipitándolo, aunque tampoco desde el conservadurismo de importantes sectores del PSOE ni desde el sectarismo que olvida las diferencias de mentalidad que, en término medio (no uno a uno), hay entre votantes del PSOE y votantes del PP.

4. Creo, por tanto, que ha llegado el momento de renunciar a la búsqueda apresurada de pactos "programáticos" o de gestos "regeneradores" como condición para permitir la investidura de las candidaturas mejor colocadas para crear gobiernos "progresistas" sin el PP. No sólo porque es muy difícil alcanzar esos pactos en tan corto tiempo sino también porque la urgencia puede llevar a la firma de "seudopactos" justificativos del voto de investidura pero sin contenido sólido. La vía del diálogo en torno a medidas de gobierno no debe cerrarse, pero ha llegado el momento de desvincularla del mero voto de investidura, declarando cada candidatura entre aquellas de las que estamos hablando que hará lo necesario para que el PP no gobierne. El que el PSOE apoye a Ahora Madrid o a Por Cádiz sí se puede para obtener la alcaldía o el que Podemos dé su voto a los candidatos del PSOE para presidir Castilla La Mancha o Aragón no requiere ningún acuerdo bilateral. Pura y simplemente, tanto PSOE como Podemos deberían anunciar que así lo harán, sin que eso implique ningún pacto de gobierno ni ningún compromiso de apoyar todas las políticas del gobierno municipal o autonómico que surja. Creo que ésta debe ser la regla, aunque pueda haber excepciones, por ejemplo en municipios en los que la candidatura "de izquierda" más votada sea inequívocamente corrupta o desquiciada, o en aquellas en que sí hay bases para un programa común. Puede haber algunos casos también en los que los resultados electorales no dejen claro a qué candidatura debe corresponder la alcaldía o presidencia, como es el caso de la Comunidad valenciana, donde el PSOE tiene algunos votos y escaños más que Compromis y muchos menos que la suma de Compromis y Podemos, fuerzas que pueden protagonizar un proyecto común fácilmente por ser muy similares. Ese tipo de situaciones merecen tratamientos específicos, pero es obligación de todas las partes resolverlas de manera que el PP no se beneficie.

5. Situar los posibles acuerdos de investidura en un contexto de redistribución y reparto de poderes, en un "intercambio de cromos", es un error, ya que incluso aquellos acuerdos fáciles de hacer se están posponiendo para no perder bazas en la negociación global. Por el contrario, una vez resuelta la cuestión de la investidura el diálogo sobre políticas a aplicar podría avanzar más rápidamente y con mayor credibilidad, no pudiéndose excluir que el 13 de junio se llegase a la constitución de los plenos municipales con acuerdos en algunos lugares que sin ser pactos de gobierno sí implicasen compromisos en torno a problemas sociales importantes o a medidas de austeridad "por arriba" o de lucha contra la corrupción. A mi entender hay que huir tanto de los pactos de gobierno y de gobiernos de coalición carentes de la coherencia suficiente como de la táctica rastrera de permitir una investidura para no cargar con la culpa de que se forme un gobierno en minoría del PP pero luego oponerse a todas y cada una de las propuestas del gobierno que surja hasta derrocarle. Una candidatura seria y honesta debe tomar su decisión ante cada propuesta en base a un único criterio: es buena o es mala para la población. Lo demás son cambalaches y revanchas politiqueras.

Si anunciasen ya, cada cual por su lado, unilateralmente, que realmente no van a permitir gobiernos del PP allá donde dependa de su voto, millones de personas respiraríamos y podríamos dedicarnos a lo que tenemos que dedicarnos, a construir el futuro mejorando el presente, sin tener que ir rastreando si Sánchez a dicho tal o Iglesias a dicho cual. Esa es además la mejor manera de no tener que "humillarse" o tragar ruedas de molino o cambiar el programa con el que cada candidatura se ha comprometido. En cuanto a ERC le ha llegado el momento de decidir, con su voto en Barcelona, si es una fuerza de izquierda de Cataluña o si es el ala izquierda "pequeño burguesa" de una gran burguesía catalana representada por la cúpula de Convergencia.

6. En este ir y venir está saliendo demasiado a relucir Andalucía de una manera que no me parece correcta. El PSOE no debe permitir que importantes ayuntamientos, como Cádiz, queden en manos del PP con la excusa de que Podemos no apoya la investidura en el Parlamento andaluz. Están olvidando que en Andalucía el PP no tiene ninguna posibilidad de gobernar, que lo que está en juego en el Parlamento andaluz no es si gobierna PSOE o PP, sino si hay investidura o hay nuevas elecciones, de las que tampoco saldría un gobierno PP. La línea roja sobre las próximas investiduras municipales no pasa por tal o cual intercambio entre PSOE y Podemos, la línea roja pasa por desalojar al PP de tantos gobiernos como se pueda, y eso vale también para los municipios de Andalucía, tanto si el PSOE es el mejor colocado como si lo es una candidatura de unidad popular apoyada por Podemos. El fondo de lo que está pasando en Andalucía es que Susana Díaz es partidaria del pacto global PP-PSOE en torno a la idea de "gobierno del más votado" y, sobre todo, en torno a una apuesta política clara por la defensa del status quo del régimen político vigente en lo que se refiere a la connivencia entre las élites políticas y económicas.

Una vez dicho esto, diré también que no tengo claro si una táctica de Podemos que llevase a nuevas elecciones en Andalucía sería la más correcta, pues si el resultado de ello fuese un parlamento en que el PSOE tenga más escaños y Podemos menos me parecería que se habría aplicado una mala táctica y que se habría fortalecido el proyecto de Díaz, que mira hacia su derecha; creo que el voto de investidura no es en este caso una cuestión de principios sino un asunto táctico en el que lo decisivo es qué nos hará más fuertes y qué permitirá una labor de oposición más eficaz para la población. No termino de ver clara la táctica de condicionar votos de investidura a unos pocos acuerdos de mínimos que no llegan a constituir un plan de emergencia social que justifique algún tipo de apoyo político. No la rechazo, pues no vivo allí, no palpo el ambiente y respeto mucho el coraje y la inteligencia de la organización de Podemos en Andalucía, que es donde Podemos ha conseguido un mayor crecimiento de votos entre las europeas y las autonómicas (los ha multiplicado por 3,11), pero tengo dudas. Eso sí, en caso de polémica en torno a ello, creo que debe resolverse por Podemos Andalucía, si es necesario por medio de una consulta popular.


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