Trasversales
Alexis Tsipras

El futuro está en marcha

Revista Trasversales número 33  enero 2015 (web)

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Discurso de Alexis Tsipras en 29 de diciembre de 2014, tras el tercer y definitivo rechazo del Parlamento griego al candidato presidencial de la derecha, lo que forzó la convocatoria de elecciones para el 25 de enero de 2015




Nuestro pueblo ha obtenido hoy una victoria. La democracia ha obtenido una victoria. Nuestro país ha obtenido una victoria. La verdad ha obtenido una victoria.

El resultado de la elección presidencial es la primera victoria de los diputados que han ofrecido resistencia frente al miedo y la mentira.

Una primera victoria de nuestro pueblo, que guía a nuestro país para salir de la condición humillante en que hasta hoy nos encontrábamos.

Una primera victoria, pero una gran victoria, porque esta victoria coloca por fin al pueblo griego en el centro del escenario.Este pueblo griego al que habían intimidado y engañado en 2012, pero que hoy no sólo ha adquirido experiencia sino también más conocimiento.

La decisión está en sus manos. ¿Escogerá de nuevo el camino que nos condujo a esta tragedia social y a esta humillación nacional? ¿Escogerá el camino de la sumisión o el camino de la democracia? ¿El camino de los memorandos o el camino de la salvación de la sociedad?

Estos son los términos del dilema que se planteará el 25 de enero.

Y que quede claro a todos, tanto dentro como fuera de este país, que la decisión la tomará el pueblo griego, que tiene en sus manos la llave del futuro de su país. Y que está dispuesto a mantener esa llave en sus manos, de la manera más normal y democrática posible: las elecciones. De la manera con la que procede una democracia que no está en una vía muerta y que no atemoriza a quienes confían en ella.

Hoy, amigas y amigos, es el inicio del fin de una situación que ha sumido a Grecia en la pobreza, el desempleo, la miseria y la desesperación. El inicio del fin para los que descaradamente y sin vacilaciones se han sometido a una política de la catástrofe.

Porque la propaganda del terror no ha triunfado. No han triunfado la mentira, la calumnia, la difamación, la manipulación. No ha triunfado ese chantaje que no ocultaba su objetivo.

Y Samaras ya es cosa del pasado. A pesar de sus intrigas y chantajes, su gobierno se ha hundido.

Pero anteayer, en una mezcla híbrida de alocución y entrevista transmitida por la cadena NERIT, le hemos oído hablar de la necesidad de un consenso. Pero él es la última persona de este país que puede hablar de consenso.

Es la última persona en este país para hablar de consenso. Samaras, en efecto, ya ha pasado a la posteridad como el Primer Ministro que más ha despreciado y minusvalorado al Parlamento en nuestra historia. Con ese record sin precedentes en órdenes y decretos presidenciales. Con este historial inigualable de enmiendas votadas por la noche. Con su negativa a venir y expresarse en la hora destinada al Primer Ministro en la Asamblea, hora que por cierto él mismo ha suprimido. Un Primer Ministro más conocido en el comedor del Parlamento que en su anfiteatro, y que ha rechazado todo diálogo y todo encuentro con sus adversarios políticos.

Este es el Primer Ministro que, de repente, una noche, sin consultar a la Asamblea ni a los partidos de su coalición, impuso la pantalla en negro en la cadena pública ERT, ahogando la voz de Grecia en el mundo y arrojando a la calle a miles de empleados.

Es el Primer Ministro del autoritarismo y la destrucción social, por lo que es la última persona que puede predicar consenso. Pero frente a Samaras y el bloque del memorando habrá un consenso real, en torno al que la convergencia del pueblo y de la sociedad se hará realidad. Y será colectiva y fuerte. Un gran consenso para poner en práctica el "programa de Tesalónica" propuesto por Syriza. Será un gran consenso para una verdadera negociación que pondrá por primera vez una base concreta para las discusiones con nuestros socios en Europa. Será un gran consenso para la reestructuración y recuperación de nuestro país, pese a todas las zancadillas.

En el contexto de las próximas elecciones algunos intentarán difundir la propaganda del miedo entre el pueblo, pese al reciente fracaso que ha tenido su plan de intimidación de los diputados. El miedo es su único argumento. Creen, quizás, que podrán asustar y engañar a nuestro pueblo de nuevo, como en 2012. Se equivocan, porque el pueblo ya ha padecido los males que según sus amenazas se producirían en caso de victoria de Syriza.

Pero el autor de esos males no fue Syriza, sino Samaras y la troika. Así, ellos saquearon los ahorros del pueblo y agotaron la capacidad financiera de las clases trabajadoras y de la clase media, y han confiscado también las viviendas en que viven las personas trabajadoras, por medio de ese impuesto absurdo que se llama ENFIA ("Impuesto Unificado sobre la Propiedad de Inmuebles").

¿Cómo y quiénes intimidan esta vez? ¿Con qué credibilidad?

Ahora el futuro del país está en manos de nuestro pueblo. Y es hora de restaurar la justicia y la verdad. Y ya que algunos presumen de mantener un discurso de la verdad, ¡hablemos de ello!

Simulando un discurso de la verdad, Samaras subestima e insulta la inteligencia colectiva. Ha llegado el momento de decir al pueblo griego la verdad sobre lo que ha pasados exactamente. Sobre quiénes son los que, a sabiendas o por negligencia, han conducido Grecia a chocar contra las rocas y se atreven a proferir imprecaciones tras dirigir al pueblo a una tragedia sin precedentes.

Es momento de que se sepa la verdad: ¿por qué Papandreou, que en 2009 culpaba públicamente al FMI, hizo un acuerdo secreto con los responsables de éste? ¿Por qué lo hizo, como más tarde se ha descubierto, antes de las elecciones?

Es momento de conocer a otra verdad: ¿por qué Papakonstantinou cuando tenía que obtener préstamos en los mercados hablaba del "Titanic" y rechazaba los préstamos de los mercados? ¿Por qué el Instituto Nacional de Estadística "infló" artificialmente el déficit público del país en medio de la tormenta?

Es el momento de saber por qué en una sola noche, la famosa noche de Cannes, Samaras se transformó brutalmente pasando de repente del bancd contrario a los memorandos al bando de sus adoradores fervientes? ¿Qué compromisos unen a Merkel, a Barroso y a Juncker?

Es la hora de saber cómo Venizelos fue a Cannes como vicepresidente de Papandreou para volver como vicepresidente de Samaras.

También es el momento de saber por qué en 2012 el entonces ministro de Finanzas, Stournaras, que tenía el apoyo de Lagarde para discutir en el eurogrupo la reducción de la deuda griega, decidió encomendarse a Schäuble, para recibir como respuesta un "Giannis, olvídalo".

Es el momento de saber por qué durante dos años y medio el gobierno Samaras se ha encarnizado fiscalmente con la clase media, mientras metía en el cajón las listas de evasores fiscales y la lista Lagarde, dando impunidad a los grandes defraudadores.

Estas verdades interesan al pueblo griego, que ha perdido su orgullo y su dignidad, mientras que se aferraba al poder una casta corrupta, envejecida, formada por representantes de una maraña de intereses privados.

Estas son las verdades demandadas por nuestra gente y no esa verdad falsificada del chantaje, del alarmismo insensato y del terrorismo moral.

Nuestro pueblo tiene derecho a estas verdades.

Tenemos ante nosotros la batalla más crucial. La batalla de las elecciones. Una batalla cuyo resultado implicará consecuencias en varios ámbitos. Quizá en todos los ámbitos.

No es un simple enfrentamiento con el régimen del absolutismo pro-memorandos. Es una batalla contra el sistema de corrupción, contra el cáncer de la connivencia de los grandes intereses privados, contra las doctrinas y prácticas que nos han llevado a la situación actual. Es una batalla para poner fin a un sistema ya gastado. Y es sobre todo una batalla para permitir la renovación.

Os aseguro que Syriza quiere y puede ganar esta batalla. Y lo vamos a lograr. Creo firmemente en ello como también lo cree la mayoría de nuestro pueblo.

Tenemos confianza, creemos en nuestras ideas y nuestro programa, y confiamos en el juicio del pueblo. Tenemos experiencia en enfrentamientos difíciles. Tenemos raíces. Somos un partido dinámico, joven, combativo. Tenemos una ética democrática. Medimos nuestras acciones en función de los intereses de los trabajadores y de la sociedad. Y tenemos también y sobre todo la fuerza de la justicia de nuestras reivindicaciones. Así que podemos ser optimistas.

Pero esto no quiere decir que la batalla electoral vaya a ser de "guante blanco". Sabemos que no va a ser un combate fácil. La historia nos enseña que en todo lugar y momento el viejo mundo lucha encarnizadamente para mantener sus privilegios. Y la situación actual no nos permite subestimar la determinación de nuestros oponentes y sus formidables recursos. Lo hemos visto y lo veremos de nuevo.

La mentira. Siempre la mentira. Mentiras sobre lo que intentarían hacer si el pueblo se lo permite. Monstruosas mentiras acerca de Syriza, sus proyectos y su política.

Mentiras asombrosas sobre lo que esperaría a los griegos si no votan de nuevo al dúo Samaras- Venizelos.

¿Estoy siendo injusto con ellos? Os pido que recordéis algunos de los 18 compromisos de Samaras en las elecciones de 2012. Se había comprometido a resituar al nivel de 2009 las pequeñas pensiones y las prestaciones familiares; a restaurar los salarios y las pérdidas sufridas por las personas físicas y los fondos de de aseguramiento público; a extender, a través de los programas de recualificación y del uso de los fondos europeos no utilizados, uno o dos años la duración de las prestaciones por desempleo; a crear un subsidio especial por desempleo que cubra incluso a la población no asalariada, como auto-emprendedores o comerciantes que hayan tenido que cerrar sus tiendas; a estructurar el pago de las cargas fiscales de forma que no superen el 25% del ingreso medio de los hogares; a proteger los salarios del sector privado mediante la promoción de una congelación salarial durante las negociaciones, hasta que se produzca un acuerdo entre empleadores y empleados ("No estamos de acuerdo con la idea de que el crecimiento implique salarios más bajos", había dicho, hablando incluso de la "prorroga" de la validez de las cláusulas de los convenios colectivos hasta seis meses después de su extinción); a aumentar progresivamente el umbral de exención de impuestos desde 5000 euros a 10.000 euros en 2014; a sustituir el impuesto inmobiliario de tasa fija por una nueva ley fiscal más justa; a reducir las tasas fiscales; a no realizar más despidos en el sector público. Y la mejor parte era lo de asegurar liquidez a las pequeñas y medianas empresas, afirmando que "Esta liquidez provendrá del mecanismo especial de liquidez creado por el Banco Europeo de inversión ... ", y así sucesivamente.

Así hablaba el taimado Samaras entre mayo y junio de 2012. ¿Es necesario añadir que hizo exactamente lo contrario? ¿Es necesario comentar este río de mentiras y esta corriente de promesas incumplidas? ¿Sobre la conversión del engaño en programa político principal?

Ahora la historia se repite. Pero se repite como farsa. Ahora hablan de salirse de los memorandos, aunque ya han preparado el nuevo memorando, cuyas medidas se describen con  elocuencia en el famoso correo electrónico enviado por Hardouvelis a la Troika. Hablan sobre el crecimiento que pronto llegará, aunque ya han preparado la subida del IVA en el sector de la restauración, sobre los medicamentos y en las regiones insulares. Hablan de estabilidad, mientras preparan la supresión del sistema de protección del trabajo en el sector privado.

Ellos hablan de normalidad a pesar de que ya han planeado la liberalización de los despidos.

Y, mientras se preparan para dar el golpe de gracia a la economía y la sociedad, lanzan mentiras contra Syriza.

Agitan de nuevo el espantajo de la suspensión de la financiación de la economía griega y de las sanciones que nos impondrían Merkel y los mercados. Incluso han sacado de su tumba el cadáver de la "Grexit" [salida de Grecia de la eurozona], muerto y enterrado hace mucho tiempo.

Me gustaría hacer un paréntesis: tanto ellos como los intereses privados que están tras ellos tienen razón en temer a Syriza. La mentira es ahora su única vía de escape y su única arma para hacernos daño. Pero lo que es imperdonable, despreciable, inaceptable, inmoral, es que ellos estén sacrificando el país y su economía para conservar sus poltronas, que quieran presentar a la democracia como un riesgo, a las elecciones como una anomalía, a la voluntad popular como inestabilidad, y que quieran socavar la imagen internacional del país, que quieran aterrorizar a los ahorradores, que pongan en peligro la economía para imponer su dictado a la sociedad.

Este comportamiento tiene un nombre, pero prefiero no pronunciarlo. Sólo voy a decir tres cosas.

En primer lugar, 2015 no es 2012.

Los bancos sistémicos han pasado los test de estrés. La consolidación bancaria ha progresado. Y los cuatro bancos sistémicos son parte del sistema bancario europeo. El equilibrio del sistema bancario es un tema que concierne a todos. Y ahora se habla de un posible aumento de los activos del BCE en alrededor de un billón de euros para asegurar la posibilidad de compra indirecta de títulos estatales a través de los bancos, no más tarde de marzo de 2015.

Hoy, en contraste con 2012, países como Francia e Italia han decidido unilateralmente no someterse a las normas de austeridad y disciplina presupuestaria, creando un precedente. Además, se está demostrando que las políticas de austeridad no están exentas de peligros. La economía alemana ya ha mostrado sus debilidades. Por tanto, el terreno político es ahora más favorable a la discusión y la negociación.Y las declaraciones actuales de los líderes europeos dan fe de que nuestros socios están dispuestos a cooperar con el nuevo gobierno griego.

Por otra parte, el gobierno de Syriza y de sus aliados garantizará clara y formalmente los depósitos de los ciudadanos en los bancos griegos, en cooperación con el Banco Central Europeo y nuestros socios europeos, poniendo fin a esta escandalosa crónica de terror.

No tengo ninguna duda de que somos capaces de hacer frente a todas estas dificultades y obstáculos, capaces de triunfar con la voluntad y el voto del pueblo griego.

Pero permítidme añadir un comentario esencial y fundamental sobre nuestras metas, algo que condensa los valores y el espíritu de nuestras luchas a lo largo de la historia. Para nosotros, para la izquierda, el objetivo no es el poder, sino el renacimiento democrático de la sociedad, del país. Nuestro objetivo no es conseguir las poltronas del poder, sino la reforma del Estado en beneficio de los ciudadanos. Nuestro objetivo no es conseguir puestos, sino la justicia social.

El poder gubernamental que reclamamos y que vamos a ganar es un medio para un gran cambio gradual. Un cambio necesario para el país, un cambioque la sociedad demanda. Un cambio que afectará a varios ámbitos, que exige e impone un conflicto con intereses poderosos. Un conflicto con el régimen de la corrupción y de la colusión con intereses privados sostenidos por el estado de los memorandos. Un conflicto con las políticas y los entornos que consideran que nuestra soberanía nacional es limitada o negociable.

Pero también un conflicto con los hábitos del bipartidismo arraigados en la mentalidad de una parte de la sociedad, tales como los favores políticos especiales, por debajo de la mesa, el nepotismo, los "patrocinios".

No venimos, en definitiva, a continuar las antiguas políticas y prácticas. No somos continuadores de quienes han dirigido el país en las últimas décadas. Por el contrario, representamos el rechazo a todo eso.

Vamos a acabar con los vínculos entre el poder político y los empresarios nacionales.La justicia será liberada de todo tipo de servidumbre, para que pueda juzgar con responsabilidad y honestidad todo lo relacionado con las redes opacas del dinero y con quellos que se han enriquecido y se enriquecen ilegalmente a costa del pueblo griego.

Vamos a romper las cadenas impuestas a la clase obrera por el nuevo régimen jurídico del trabajo, reflejo de una una época pasada. Vamos a suspender íntegra y sistemáticamente los requisitos impuestos por los memorandos.

Vamos a abrir el camino para una democracia que no acaba en el derecho al voto, sino que se extiende a todas las áreas y sectores de la sociedad.

Desde el primer día del nuevo gobierno vamos a aplicar el programa de Salónica para poner fin a la crisis humanitaria y dar un nuevo impulso a la  economía y la sociedad. Y, repito, el programa de Salónica se llevará a cabo desde el primer día y de forma independiente del desarrollo de las negociaciones sobre la deuda.

La finalización de esta tragedia y la salvación de la sociedad requerirán enormes esfuerzos. Pero antes de librar esta batalla debemos luchar por la victoria en las elecciones.

Para evitar la la victoria del pueblo, nuestros adversarios serán tan despiadados como lo han sido gobernando. Y lo serán no tanto para impedir la victoria de Syriza como para evitar la creación de una mayoría parlamentaria en torno a Syriza.

Su objetivo es reducir nuestra capacidad para actuar de manera eficaz y para llevar a cabo, con las manos libres, las delicadas negociaciones con nuestros socios. Por eso van a crear un clima de miedo e intimidación. Depositarán sus esperanzas en el papel de los pequeños partidos de reciente creación o que serán creados para regar los campos de la política de los memorandos.

Hemos descifrado el papel de estos nuevos partidos. Y vemos bajo su nueva máscara las características representativas más arcaicas de nuestro sistema políticos, los vínculos con intereses privados que se entrelazan, constituyendo un caso patológico entre los otros factores de la crisis.

Al llevar a cabo a esta ofensiva, algunos pensarán que Syriza quedará aislada, sin aliados, sin audiencia, sin público. Pero les decepcionaremos, como decepcionaremos a aquellos que esperan que Syriza reproduzca el mismo tipo de acuerdos y connivencias que han usado las fuerzas del ayer, y como decepcionaremos a quienes quieren vernos metidos en tejemanejes, actuando de forma corrupta, repartiéndonos puestos.

Estamos aquí para compartir la responsabilidad, no para compartir puestos. Damos la bienvenida a quienes asumen su responsabilidad ante la historia, a quienes aprueben nuestro programa presentado en Salónica y nuestro compromiso para llevar a cabo negociaciones reales y difíciles con nuestros socios, para la sostenibilidad de la deuda griega. Bienvenidos a compartir la responsabilidad. Bienvenidos a contribuir con sus fuerzas y a solicitar la confianza del pueblo con nuestras papeletas de voto.

Pero no serán bienvenidos para obtener fáciles escaños, como los ofrecidos por Samaras o por Theodorakis [líder del nuevo partido Potami]. Ni nosotros ni nuestros aliados nos pareceremos a los otros. Por lo tanto, son bienvenidos quienes quieran contribuir desinteresadamente, respetando la voluntad del pueblo, participando en la formación de un frente amplio para un gran giro, en la constitución de un frente amplio de la victoria que creará una nueva mayoría política y social. Para una nueva coalición gubernamental, para la salvación social, la recuperación económica y la dignidad de nuestro pueblo.

Por último, diré que estas elecciones deben realizarse en un clima de estabilidad y normalidad. Consideramos que es un deseo compartido por todos. Por tanto nos dirigimos a Samaras y pedimos las acciones necesarias para el buen desarrollo de las elecciones y en particular el establecimiento de servicios administrativos de transición en los ministerios más sensibles - Interior, Justicia, Prensa, Protección Ciudadana - respetando la establecida costumbre constitucional.

Y advertimos: que nadie piense que al dejar su puesto puede llevarse cualquier documento público. Que nadie saque los informes de los cajones de los ministerios, sobre todo la correspondencia con la Troïka. Nuestra democracia exige el respeto del principio de transparencia, independientemente de los deseos personales de los gobernantes.

La formación de un gobierno de salvación del que Syriza sea su tronco coronará nuestra próxima batalla .Con nuestro corazón pero también con nuestra mente, queridos camaradas, vamos a ganar esta batalla.

Hasta pronto




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