Las vecinas y los vecinos de Latina, con distintos colectivos políticos y sociales del distrito, nos unimos a la Marcha de la Dignidad por solidaridad y hospitalidad, pero sobre todo para decir también “hasta aquí hemos llegado” porque de forma cada vez más violenta nos lo quieren quitar todo, porque nuestra crisis es consecuencia de sus privilegios y de su sistema, porque no podemos soportar más esta situación.

Millones de trabajadoras y trabajadores se encuentran sin empleo.

Cientos de miles de familias han sido desahuciadas de sus casas.

Aprueban reformas laborales para despedir a miles de trabajadoras y trabajadores, cambiar empleos fijos por otros temporales de corta duración y salarios más bajos, y empeorar las condiciones de trabajo a las personas que aún tienen un empleo.

Recortan en salud, educación, dependencia, transportes públicos, servicios sociales..., con el objetivo último de convertir en mercancía los servicios públicos.

Inyectan miles de millones de euros a la banca para que especuladores sigan con grandes beneficios.

Ahora, como no nos hemos callado, tratan de amordazarnos con leyes represivas y opresivas.

Están dando un golpe de Estado contra el pueblo desde el Estado, vaciando al sistema político de derechos sociales y civiles. No tienen escrúpulos; se gastan un dineral en una carta alardeando de que supuestamente suben las pensiones un par de euros pero, a la vez, suben un 18% la cuota por potencia eléctrica y preparan una nueva factura en la que no sabremos a qué precio nos cobrarán la luz.

Salgamos a la calle e incorporémonos a la Marcha de la Dignidad. Tenemos opiniones diferentes en muchas cosas, pero somos gente común que nos esforzamos por vivir con dignidad, que sabemos que toda persona necesita y tiene derecho a vivienda, a sanidad, a educación, al trabajo, a alimentarse, que necesitamos y tenemos derecho a la libertad, a expresarnos, a protestar. Sabemos lo que es una vida carente de algunos derechos y sentimos la inseguridad y precariedad que crea saber que perderemos más en cualquier momento. A ellos, a las élites, no les preocupa, ya tienen lo suficiente para vivir varias vidas, pero su avaricia es ilimitada.

Hasta aquí hemos llegado, porque ya no esperamos nada de quienes nos gobiernan.

Hasta aquí hemos llegado, el 22 de marzo debemos a salir a la calle en multitud por todos y cada uno de nuestros derechos, pero también porque ya está bien de acostarnos cada noche sin saber qué nos quitarán mañana y porque ha llegado el momento de empezar a recuperar lo perdido.

Únete el 22 de marzo para clamar que se tienen que ir de inmediato porque no tienen legitimidad, y que si no se van, los echamos. Si nos convencemos de que somos capaces de superarles y de que dejen de gobernarnos, lo lograremos.

O SE VAN O LOS ECHAMOS

Vivimos una emergencia social y hay que poner fin a esta degradación. Si nos plantamos en un “hasta aquí hemos llegado” iniciaremos desde aquí un nuevo camino. Un camino a construir en común, con nuestras diferencias, con nuestros acuerdos. La Marcha de la Dignidad nos acercará a ese reinicio.