Trasversales
Démocratie Communiste

Lucha internacional contra la austeridad


Revista Trasversales número 31 abril 2014 (web)

Comunicado de Démocratie Communiste

Traducido al castellano a partir de la versión en francés publicada en La Bataille socialiste


A nivel mundial, las políticas de austeridad atacan las condiciones de vida y los derechos de los asalariados, los precarios, los desempleados, los jóvenes. La pregunta es cómo ganar la lucha contra esta regresión social.

Sin embargo, no se lucha contra la confusión con la confusión: pensamos que debemos mantenernos firmes en el internacionalismo, que es el marco de la lucha de los trabajadores conscientes. Así podremos responder de manera eficaz a la política de la clase capitalista que consiste en hacernos pagar la crisis.

En Francia, como en otros muchos lugares, demagogos de derecha y de "izquierda" hacen aspavientos sobre las "soluciones nacionales" que la Unión Europea estaría impidiendo. Abogan por la "desglobalización ", la salida del euro y el proteccionismo. Todos hablan con voz temblorosa sobre la "soberanía nacional" que habría que recuperar .

A los de "izquierda" les molesta que los de derecha mantengan, más o menos, el mismo discurso, aunque, no obstante, con diferencias importantes en temas como la inmigración y la cultura. Y, por otra parte, los de la derecha obtienen mejores resultados en las elecciones. Esto es bastante lógico: el nacionalismo, incluso el estrictamente "económico", es un proyecto político de repliegue y el confinamiento, una ideología de derecha.

La economía está globalizada, sería absurdo volver a una edad de oro que de todos modos nunca ha existido. No existe una "vía nacional" que beneficiaría a los trabajadores. La autarquía es un engaño y un impasse histórico. Los trabajadores no tienen patria , ni una "soberanía monetaria" que defender.

Los problemas actuales, como la austeridad, se juegan a escala mundial, y no avanzaremos poniéndonlos a contar francos devaluados, cara a cara con el Estado francés.

Medidas inmediatas como la reducción de las horas de trabajo sin pérdida de salario, la construcción masiva de viviendas sociales, la regularización de todos los sinpapeles y la cancelación de la deuda pública podrían ser reivindicaciones comunes, al menos a escala europea, podrían convertirse en objeto de verdaderas movilizaciones internacionales, organizadas colectivamente por una federación de asambleas generales locales. La respuesta a la ofensiva capitalista es la construcción de un movimiento social, al menos europeo, por medio de un debate democrático en la bas.

La solución real a los problemas de los trabajadores no es una hipotética salida de la Europa capitalista, sino la abolición del capitalismo, del trabajo asalariado y de las fronteras. No una lucha con acentos nacionalistas llevada a acabio por algunos demagogos y algunos burócratas, sino una lucha que parta de la base, democrática e internacionalista. No menos Europa, sino una Europa y un mundo libre de explotación y alienación.