Trasversales
Asamblea Popular de Lucero

Dos años después... Sí se puede


Revista Trasversales número 28 mayo 2013 (web)

Texto publicado originalmente en "Madrid 15M. Periódico de asambleas del 15M", nº 14, mayo 2013, de donde lo hemos tomado, como una reflexión en torno al segunda aniversario del 15M pero también en torno a las luchas sociales actuales, por entender que todos los textos de esa publicación son de libre distribución.



Casi han pasado dos años desde aquel 15M de 2011. ¡Cuántas cosas han pasado!... Y siguen pasando. ¿Nostalgia? Ninguna. Tenemos demasiadas cosas que hacer ahora.

Son tiempos de incesante cambio. Para mal, porque las élites políticas y económicas del capitalismo arrasan todo lo que habíamos logrado, nos dejan en la precariedad y en la inseguridad, expropian cada viernes nuestros derechos. Para bien, porque no han logrado que nos rindamos, porque cada vez hay más solidaridad social, porque somos más, más y más quienes ya no creemos que todo esto es "porque no hay otro remedio", y sabemos que quieren arruinar nuestras vidas para enriquecerse ellos. Así de sencillo.

Esos dos polos de la realidad nos llevan a hacernos preguntas, y en ocasiones a enredarnos en ellas. ¿Sirven las luchas sociales? Sin ellas nos habríamos hundido aún más en la misería material y también en la misería ética. ¿Qué luchas sociales sirven? Todas: las concentraciones de 100 y las manis de 50.000, los escraches y la ILP, el acto individual de desobediencia y la consulta por el agua o la sanidad, el tuit certero y la pintada callejera, el documental y el clásico panfleto. ¿A ellos les dan igual estas luchas? No: las temen, son su pesadilla y por eso las reprimen y se preparan para reprimir más. No despreciemos nada de lo que hacemos, porque todo eso nos ha impulsado hacia adelante.

El espíritu del 15M nunca ha estado tan vivo como ahora. Se ha expandido tanto que cada vez son más insensatas todas las intenciones de ponerle fronteras o siglas. Es una especie de virus benéfico que se expande mutando y dando lugar a muchas cepas, siempre inclasificables e imprevisibles. "Ser 15M" no es un atributo individual ni de "organización", porque el 15M nace y se expande como hacer común, como acontecimiento social, como un "espíritu de los tiempos" que anhela justicia y libertad.

¿Es verdad o no que la inmensa mayoría de la población apoya la lucha contra los desahucios? ¿Es verdad o no que hay una gran simpatía social hacia la Marea Blanca y la lucha en defensa de la sanidad pública? ¿Es verdad o no que nunca ha habido tanta gente consciente de los abusos de las élites? ¿Es verdad o no que nunca se ha hablado tanto de "política" en su buen sentido, de gestión de lo común y público? ¿Es verdad o no que está habiendo luchas en las que no sólo se implican muchísimas personas sino que lo hacen de una nueva manera, participativa y creativa? El espíritu 15M poliniza, se propaga. Está en todas partes.

No es casualidad, ni mucho menos, que el principal lema social del momento sea afirmativo y ofensivo: "Sí se puede". Sí, no nos representan, no es democracia y todos esos otros noes que siguen teniendo plena validez pero que ya asumimos como hecho obvio, porque sabemos que nos han declarado la guerra y que no vamos a dejar que nos machaquen. "Sí se puede": nadie dice que sea fácil, pero ya nadie puede decir que sea imposible. Hemos cambiado, y ésa era y es una condición previa para los cambios sociales. "Sí se puede" porque cada vez hay más personas dispuestas a poder. Y aquí importa el número, pero aún importa más que sólo en común y entre todas podemos imaginar, experimentar, rectificar y crear nuevas y plurales formas de organización de la vida social en libertad, porque nadie puede creer que el mundo futuro o la acción "decisiva" están ya en su cabeza.

Esto no excluye que si nuestra asamblea popular ha perdido impulso nos preocupe y busquemos la manera de mejorar. Pero hagámoslo sin la pretensión de ser "más 15M que nadie" y sin dejarnos arrastrar a la falsa idea de que el 15M se debilita, porque está más fuerte que nunca precisamente porque ha difuminado su contorno al propagarse. Posiblemente, algunas debilidades podremos superarlas si nos preocupamos cada vez más de lo mismo que preocupa a nuestras vecinas, si compartimos lo que sabemos y aprendemos de lo que saben, si no imponemos ni obstruimos iniciativas que pueden fluir libremente. Mejorando en lo que podamos pero sin olvidar que hemos puesto nuestro grano de arena y que ha merecido la pena.

El 15M, como Zapata, vive. Porque Zapata y el 15M no son una persona o una organización: en muchísima gente hay hoy algo de 15M y algo de Zapata. Y por eso "Sí se puede".




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