Las élites del capital y del poder han hecho una alianza para salvar sus privilegios, para aprovechar la crisis en su favor, para imponer de forma duradera un modelo menos "europeo", más "a la china". La reforma laboral es una pieza clave en ese proyecto, que quiere quitarnos derechos y "disciplinarnos".
El 29 de marzo es una buena ocasión para decir que no aceptamos ese proyecto. La huelga general no es el principio ni el final de nuestra rebelión, pero es un momento muy importante para dejar claro que ya no nos vamos a callar y que vamos a seguir, porque luchamos por nuestros derechos y por una sociedad decente. Lo hicimos 18 meses antes, con la huelga del 29/9/2010, lo hicimos el 15 de mayo y el 15 de octubre de 2011, lo hicimos con la marea verde o la marea violeta, lo hicimos en defensa de sanidad o el agua, con las acciones antidesahucios, lo haremos el 29 de marzo y seguiremos con las movilizaciones ya preparadas para el 12 de mayo y el 15 de mayo, porque este conflicto va a ser largo, porque quieren doblegarnos y porque sabemos que si no reaccionamos sólo nos espera miseria, disgregación social y pérdida de todo tipo de derechos.

La huelga esta convocada por CCOO, UGT, CIGA, ELA, USO, CGT, Intersindical, CNT, MATS, Solidaridad Obrera... ¡Viva la unidad de acción desde la diversidad! Pero no es una "huelga de los sindicatos" ni la de las "izquierdas". Es la huelga de todas. Es nuestra. Orgullosamente nuestra.
El 29 de marzo quienes podamos haremos HUELGA LABORAL, merece la pena, pero todas y todos podemos hacer una gran HUELGA SOCIAL, sin consumir, sin hacer operaciones en los bancos, gastando lo mínimo de gas y luz, andando todo lo que podamos, compartiendo indignaciones, yendo a las movilizaciones, ocupando calles y plazas. Somos diferentes, a veces nos cuesta entendernos, pero vamos a hacerlo porque así no podemos seguir, porque esto no hay quien lo aguante y porque no lo vamos a aguantar.

Tenemos que aliarnos gentes de todas condiciones y modos de pensar, aliarnos por la justicia y por nuestro derecho a decidir. La convocatoria la ha motivado una brutal reforma laboral, pero vamos a hacer la huelga por todas nuestras indignaciones, por todos los derechos que nos han quitado o nos quieren quitar. El 29 de marzo puede ser la marea de todas las mareas.

Dejemos de preguntarnos sobre "las condiciones" y “las consecuencias de la huelga”. "No servirá para nada", nos dicen quienes la han provocado. Sí servirá. Está convocada, podemos hacerla, ahora hay que caminar. En este momento, cada persona somos condición de la huelga, así de sencillo, y en vez de dar vueltas a qué hará "la gente" pensemos en qué podemos hacer cada cual. Ya sabemos que hay millones de personas sin empleo. Ya sabemos que hay personas que, dada la precariedad de sus empleos, lo escaso de sus sueldos o la brutalidad de la nueva legislación laboral, no podrán hacer la huelga. Asumido está. Aquí no habrá "huelguistas" y "esquiroles", somos una multitud que el 29 de marzo aportará su fuerza como mejor pueda, contra ellos, contra el 1% que se apropia de la riqueza y el poder, contra los que controlan Estados, bancos, grandes empresas..., contra esos que dicen que tenemos que sacrificarnos, pero han aumentado el consumo de lujo un 28% en un año.

Hagamos lo que hagamos, dirán que la huelga ha fracasado; pero la huelga general, en sus vertientes laboral y social, habrá triunfado si el 30 de marzo nos unen más cosas, si nuestra indignación es más fuerte, si tenemos una mayor decisión de no dejar que nos sometan y humillen, si creamos un  frente común cada más amplio y solidario. No va a ser fácil, pero renunciar a hacerlo sería un suicidio social.