Trasversales
Asamblea Popular Lucero

No al golpe de los Estados y de las élites económicas contra el bienestar social y el bien común

Revista Trasversales número 25 febrero 2012




Concentración 23 de febrero 2012 a las 20 h. en Sol

Hace 31 años hubo un intento de golpe de Estado. Ahora padecemos otro golpe, cuya agresividad el propio ministro de Economía ha celebrado con sus cómplices públicamente y con saña.
No es un golpe de Estado tradicional. Es un golpe de los Estados y de las élites económicas contra la gente común. Es una guerra social, declarada por quienes están arriba contra quienes estamos abajo.
Empezó en mayo de 2010 con el plan de ajuste, siguió con el pensionazo, la reforma laboral de 2010, la reforma de la negociación colectiva de 2011, la reforma bipartidista de la Constitución que nos obliga a cumplir con un déficit dando lugar a los recortes en la Sanidad, la Educación y demás derechos.
El nuevo gobierno sigue en la misma dirección, pero acelerando, deprisa, deprisa, y causando aún mayor daño. Su mayoría absoluta no legitima cualquier cosa, más aún cuando la mayor parte de las medidas tomadas no fueron anunciadas en la campaña electoral.
La nueva reforma laboral nos hace retroceder décadas. El despido queda convertido en fácil y de trámite barato, la negociación colectiva ha sido dinamitada y se ha dado vía libre a que cada empresa imponga salarios y condiciones de trabajo sin cumplir acuerdos, ni convenios, ni contratos.
Degradan los sistemas de educación y sanidad pública, paralizan y posponen el apoyo a las personas dependientes, desvalorizan el salario mínimo y las prestaciones sociales. Planean negocios privados con bienes comunes como el agua o las costas. Quitan fondos a la investigación, recortan y desvirtúan las insuficientes políticas dirigidas a fomentar la igualdad y la corresponsabilidad entre mujeres y hombres. Y quieren imponer nuevas restricciones al autogobierno de nuestros cuerpos y sexualidades, sobre todo en el caso de las mujeres.
Desprecian y provocan la tragedia de quienes carecen de los ingresos precisos para cubrir las necesidades básicas en una sociedad mercantilizada. Y han dejado sin vivienda, desde 2007, a centenares de miles de personas, incluso en invierno. Es cruel y siguen en ello.
Ante todo esto, quieren que nos traguemos que "no hay más remedio" y que "no hay alternativa", que la culpa es nuestra y no de su sistema injusto y corrupto. Quieren que nos resignemos o nos desesperemos en solitario, porque temen que nos indignemos en común.
Quieren también que echemos la culpa a la inmigración, a quienes trabajan en el sector público, a las personas desempleadas, al pueblo griego o alemán o europeo o chino. No vamos a hacerlo, esa es nuestra gente, sin fronteras. Todo nuestro desprecio se dirige hacia quienes aquí o allá gobiernan con tanta desvergu_enza y hacia quienes acumulan riqueza sobre la miseria ajena. Nos dicen que hay que recortar, pero el consumo de lujo ha subido casi un 30% en un año.
Desmontaremos sus mentiras. Lo hemos hecho el 15 de mayo, el 15 de octubre, en el carnaval indignado, en nuestras plazas, hoy mismo y todos los días. Ya no nos tragamos sus cuentas ni sus cuentos. No hablaremos de lo que ellos quieren que hablemos. No nos representan.
Vamos a hablar de lo que necesitamos, de lo queremos, de lo que amamos, de la vivienda como derecho humano, de ingresos mínimos garantizados, de educación y sanidad, de cuidados, de igualdad, de libertad, de equidad fiscal, de respeto a la diversidad sexual y étnica, de redes de ayuda mutua, de aire limpio y costas sin especulación, de democracia real y participativa. Vamos a actuar y crear en común para que todo eso sea posible.
¿Se puede? Sí, podemos. ¿Cómo? Ganándolo. Los de arriba no nos regalarán nada.
Contra su guerra social, estamos construyendo nuestra Alianza Social. La alianza de quienes sufrimos estas agresiones y también la de quienes, aunque no les afecten directamente, se sumen por humanidad a esta resistencia creativa.
Una Alianza sin vanguardias, sin retaguardias, sin jefes, sin peones. Una Alianza sin exclusiones, en la que lo común que nos une refuerce la riqueza de nuestras singularidades y pluralidades. Sin rostro, porque seremos millones de rostros, sin líderes, porque seremos millones de voces.

Si luchamos, podemos perder. Si no luchamos, ya hemos perdido
El saqueo continúa, la lucha sigue. Nada está decidido
Todo depende de nuestras comunes manos y de nuestras potentes mentes
Viva Grecia en lucha. Vivan los pueblos en pie.
DORMÍAMOS, DESPERTAMOS

ASAMBLEA POPULAR LUCERO
http://lucero.tomalosbarrios.net/



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