Trasversales
Lois Valsa

Cosas del verano cultural en Madrid
Photoespaña 2010. El real: opera y danza. Teatro Español, Teatro Alcázar y Teatro Circo Price. VI festival internacional de jazz de Mostoles


Revista Trasversales número 19, julio 2010

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PHOTOESPAÑA2010: Fernando Sánchez Castillo

Mi arte es un ejercicio de catarsis histórica…Yo me planteo preguntas a situaciones que todavía no han sido resueltas por la generación anterior, que es la que debía haberlas hecho (F.S.C)

 Este año el Festival de fotografía PHE, ya de reconocido prestigio internacional, ha tratado del tema El tiempo con grandes figuras de la fotografía y un buen nivel de exposiciones tanto en instituciones públicas y privadas como en galerías de arte. El mismo concepto de la exposición queda reflejado, un año más, en la exposición central del Centro Cultural Fernando Fernán Gómez. Pero en este texto voy a hablar sólo de una ligada al tiempo como memoria histórica, la de Fernando Sánchez Castillo (Madrid, 1970) en el Círculo de Bellas Artes.
Gracias al PHE 10 este artista ha podido mostrar su obra y sobre todo expresar sus puntos de vista sobre arte y sociedad, es decir de sus puntos de vista sobre nuestra historia, por cierto nada políticamente correctos. Este artista, valorado internacionalmente, se declara un “exiliado”: “me siento un exiliado intelectual”. Vive la mitad del año en París (“vivo en Francia y estaba un poco ajeno a toda esta polémica de la memoria histórica”) debido a la atmósfera asfixiante que también hace que, por ejemplo, Garzón haya tenido que dejar su puesto en la Audiencia y quiera marcharse al Tribunal de La Haya. “Yo soy un artista y no pretendo hacer propaganda pero el problema es que en España se confunde arte y decoración”, recalca Castillo por su parte. Ambos han puesto de manifiesto, cada uno a su manera, que “todo quedó atado y bien atado” por don Francisco porque, por lo visto, nadie puede remover cimientos, monumentos y cunetas del franquismo y salir indemne del intento. “Yo soy un artista y no pretendo hacer política”, aclara el artista.
Con ocasión de su exposición en el MUSAC de León, en una entrevista a Fietta Jarque (20/01/2007), el artista contaba su experiencia artística que pretendía indagar en la memoria histórica española hipotecada en la Transición. Curiosamente en aquella exposición que se llamaba "Abajo la inteligencia" (la frase de Millán Astray contra Unamuno en 1936) decía que se refería a la censura impuesta por el poder que “luego, lamentablemente, los artistas y los intelectuales asimilamos en la forma de la autocensura” y así el eco de la terrible frase de Astray llega hasta nuestros días. Aquella muestra incluía el mástil y ciertas partes del Azor, la embarcación de recreo de Franco. Desde aquella exposición el artista no ha dejado de tener enormes trabas burocráticas de las distintas administraciones que, por cierto, nunca dan respuesta escrita. En otra muestra (BIACS I) de Sevilla en la Cartuja, que también se pudo ver en la galería Juana de Aizpuru de Madrid ocupaba el espacio con el video “Pegasos dance, coreografía para camiones antidisturbios”, además de con neumáticos, adoquines y otros elementos fundidos en bronce, Castillo presentaba todo esto como “monumentos cínicos de los cambios sociales e intelectuales de nuestros tiempos en el que todo pasa a ser divertimento” (Notas para la educación estética de las masas). La maquinaría del poder, que Castillo como artista “topo” que desde dentro y con sus mismas reglas intenta desmontar, convierte todo en espectáculo como hacían los antiguos monarcas con sus antiguas fiestas palaciegas barrocas (fuente, camión antidisturbios, que puso además en la exposición de Sevilla).
 Por último, en la rueda de prensa de presentación de su exposición (Episodios nacionales. Táctica) del último PHE (con cinco obras: tres fotografías, una cabeza de Franco de bronce que gira sin parar y un video) se lamentaba, al tiempo que agradecía al festival su apoyo, de las dificultades últimas puestas por las instituciones a la hora de fotografiar esculturas del dictador para reflexionar sobre nuestra historia y el legado franquista. Este proyecto, ya de 2002, era el de montar con un amigo una exposición en Santander con una estatua de Franco. “La censuraron y fue cuando me pregunté porque no querían que yo, un artista, utilizase algo que pertenece a nuestra historia… Sufrió ocho años de papeleo y trabas burocráticas con doce instituciones cuando les proponía visitar y tocar con un grupo de invidentes las esculturas del dictador que la ley de memoria histórica obliga a retirar de las vías públicas. La mayoría dio la callada por respuesta lo que muestra que tenemos un grave problema con nuestra historia: no sabemos que hacer con ella”, afirma el artista. Sólo le contestó el Ayuntamiento de Barcelona que le permitió entrar en el almacén dónde está la estatua ecuestre de Franco para sacar fotografías de los ciegos tocándola.
Precisamente, en el video de la exposición, que ha sido una producción realizada específicamente para el Festival PHE, se documenta a invidentes tocando estatuas y símbolos emblemáticos de la historia de Madrid. El video se divide en tres partes: I- En el castillo de Montjuic. II- En el Museo de Cera de Madrid. III- en un patio-jardín de un lugar desconocido (se titula “Drapeaux”). Estos tres lugares corresponden a los únicos permisos de acceso que el artista obtuvo para “tocar” a Francisco Franco. El Ayuntamiento de Barcelona le permitió entrar en el almacén dónde está la estatua ecuestre del dictador para rodar a los ciegos tocándola y sacar fotografías. Lo mismo en el Museo de Cera que, como institución privada, es el mejor sitio para tocar a Franco. Los invidentes no tocan al Rey que está a su lado en el museo. En los tres espacios, incluido el de propietario desconocido que no quiso que se dijese el emplazamiento, se repite por parte de los invidentes la ceremonia ritual de “tocar” a Franco. De esta forma el artista pretende “problematizar y examinar varios temas; que el acceso al patrimonio público no es verdaderamente democrático puesto que no westá pensado para todos, que resulta fundamental cuestionar cómo y con qué argumentos se conserva y se archiva este tipo de objetos, cómo se gestiona el acceso a ellos y quién se encarga de ello, y, por último, al hacer que toquen esos objetos personas que no ven, se promueve un tipo diferente de comprensión más táctil y más física” (Programa de mano de PHE10). Así, pues, la tactilidad se asume en la exposición como una experiencia que metaforiza la importancia de cierta implicación con los objetos históricos. O como señala el propio artista: “Tocar para creer”. 
F.S.C. se siente cansado, desanimado y frustrado, quizá como el juez Garzón (“el pobre Garzón”, lo llama Castillo), frente a las instituciones que “protegen a Franco”. El artista concluye: “No nos permiten ver o tocar las estatuas porque permitirlo les puede perjudicar en las próximas elecciones”… “Este trabajo es una crítica al estado de la burocracia en España: ¿Por qué unos ciegos no podrían tocarlas? Porque el fantasma de Franco nunca se ha ido, él no se ha muerto”. Además de con la estatua ecuestre de Santander, ya había tenido también problemas con la máscara funeraria de Franco y su mano de la que sacó molde, y con el coche de Carrero Blanco. El artista ha acabado agotado por los papeleos a pesar de que cree que tiene “la responsabilidad intelectual de formular preguntas”. Pone a Goya y su relación con la monarquía como ejemplo. El no cree que el arte sea formalista y neutro ya que eso es falso.

Teatro Real: opera y danza

En lo que se refiere al apartado musical, hay que destacar dos obras del final de temporada del Teatro Real. En primer lugar, tuvimos la oportunidad de ver, por primera vez estrenada en Madrid (en el 2006 lo había sido en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona) una ópera que ha sido maravillosamente “rescatada” dentro de la programación operística. Me estoy refiriendo a Die tote Stadt (La ciudad muerta), la genial ópera en tres cuadros del, genial según el mismísimo Mahler, Erich. W. Korngold, quién la escribió nada menos que a la precocísima edad de veintitrés años. Este compositor que acabó en Hollywood haciendo composiciones para muchas películas ha sido también “rescatado”. El libreto es de Paul Schoot y está basado en la obra de de teatro Le mirage de Georges Rodenbach, como adaptación de la novela Bruges-la morte del mismo autor. Esta brillantísima ópera producida por el Festival de Salzburgo y coproducida por la Staatsoper de Viena ha sido dirigida en el Teatro Real por Pinchas  Steinberg y contado con el montaje de Willy Decker. Steinberg aclaraba que era la obra más complicada que había dirigido. Pero, por primera vez, según el crítico del diario El País, J. A. Vela del Campo, una ópera funcionó en todos los registros; por fin una representación lírica ha logrado la fusión entre música y escena y sacudido al público emocional e intelectualmente. Yo estoy de acuerdo con esta apreciación. La viví intensamente. Se logró la fusión tan difícil por otra parte en entre el impecable y creativo escenario de Decker (quién ha tenido fracasos sonados en el Real), a distintos niveles para reflejar lo onírico entre la realidad y el sueño, y la soberbia potencia musical que Pinchas extrae de esta orquesta que cuando está bien dirigida sabe dar lo mejor de sí. Y la gran interpretación del tenor Klaus Florian Vogt en el difícil papel de Paul y de la soprano Manuela Uhl (como doble  Marietta/Marie) sin desmerecer el resto de intérpretes especialmente la troupe de Mariette.
 Además, el Teatro Real nos presentó otro acontecimiento pero de danza: la magnífica compañía Nederlands Dans Theater con residencia en La Haya. En este caso el elogio de la crítica fue unánime (desde el “alabado sea este Kylián esencial” de Julia Martin del diario El Mundo hasta “noche de arte mayor” de Roger Salas del diario El País). Y Omar Khan (Babelia) había definido muy bien antes a esta compañía: “la fuerza del espíritu”. Yo añado: el espíritu de Jiri Kylián quien ha sabido abrir, desde hace tiempo ya, la compañía a diferentes y diversas creatividades. Por eso, sin que él esté presente, ahora está descansando y reflexionando, puede seguir creciendo y fructificando. La primera compañía (la I) está dirigida desde 2009 por Jim Vincent que fue antes bailarín de la compañía, y la segunda compañía (la II) dirigida por Gerald Tibbs desde 1990, han hecho honor a su consideración como una de las grandes. El espíritu de Kylián sigue vivo y esta compañía no envejece. Para celebrar su cincuenta aniversario nos han traído a Madrid un programa de lujo: Primero, Whereabouts, coreografiada por Kylián y con una estupenda música (Arvo Part, A Webern, Steve Reich y Charles Ives) y bailada por bailarines de la I y de la II juntos; luego, Subject to change, coreografiada por Paul Lightfoot y la española Sol Leon, con música de Shubert (la muerte y la doncella) y bailada por la II; y, finalmente, la obra maestra, Symphony of Psalms, coreografiada por Kylián (estreno en el 78) y con música de Igor Stravinski y bailada por la  I. ¡Qué disfrute! ¡Qué maravilla! ¡Qué goce para los sentidos y el intelecto! ¡Qué compenetración de danza y música! Se puede decir sin temor a equivocarnos que la semilla del gran maestro Kylián ha germinado. Pero qué pena que no se pueda decir lo mismo de Nacho Duato y de nuestra compañía nacional que tantas imbricaciones y trasvases ha tenido con la compañía holandesa poblada de bailarines de todo el mundo.

Teatro Español

 En el apartado teatral pudimos ver, en sus salas de El Matadero del Teatro Español de Madrid, que ha destacado, por cierto, este año por su impecable programación en sus dos salas y también en este espacio, a la compañía nacional del teatro San Juan de Oporto  Esta prestigiosa compañía nos trajo una obra, Tambores en la noche, de un Brecht de juventud aún inmaduro, más anárquico que marxista. No es de lo mejor del autor ya que incluso el quería pulirla quitándole alguna parte o “quemarla”. Su director Nino Carinhas la acerca a Pirandello: un espectador-actor interviene para logra un distanciamiento que a mí no me convenció porque me pareció muy postizo. La puesta en escena es tan irregular y confusa como la obra y trata de relacionar la revolución espartaquista con la revolución de los claveles portuguesa. El protagonista es un soldado que vuelve de la guerra (alter ego del soldado camillero Brech) que debe elegir entre el amor y la revolución. El simbólico final tiene mucha fuerza y es lo más potente de la obra: los cochecitos de bebé representan el progreso de la empresa de los progenitores de la novia del soldado y  los puños y las manos levantadas nos prefiguran fascismos y comunismos. Esta obra sin duda se sostiene por sus buenos actores.
La compañía portuguesa también vino con otra obra, Turismo infinito, sobre la poesía y los heterónimos de Fernando Pessoa. Gracias a sus magníficos intérpretes, la fina polifonía de la lengua portuguesa, no tanto por la ayuda de los subtítulos, llega nítida a nuestros oídos. Estupenda escenografía e iluminación la de esta puesta en escena. Con ella alcanzaron  un resultado más redondo que en la primera. Se puede decir que, en general, esta compañía logró dominar, además del sonido, el difícil y creativo espacio de estas salas.

Teatro Alcázar

En el teatro Alcázar, se ha representado La venganza de don Mendo, obra que ya había pasado también por los Teatros del Canal. Esta obra de Pedro de Muñoz Seca es una de las cuatro obras más representadas del teatro español. En esta ocasión ha sido dirigida por Tricicle (adaptada por Paco Mir) y ha contado con buenos intérpretes entre los que han destacado Javier Veiga como don Mendo y Fermi Herrero como don Nuño sin desmerecer los demás actores de la compañía. El público ha reído todo lo que ha querido con esta comedia astracanada.

Teatro Circo Price

El circo Price presenta este año, en una curiosa mezcla de circo, cabaret y variedades, una segunda edición de ¿PASIÓN  sin PUÑALES? que intenta el más difícil todavía de riesgo circense y de trasgresión cabaretera. Con parecido formato a la de julio pasado pero este año con la dirección artística de Andrew Watson quién ha montado espectáculos del Cirque du Soleil en lugar de Xavier Albertí. En este montaje se recogen números de un lado y de otro intentando un sentido global que yo no alcanzo a ver a pesar de que algunos sean muy atractivos. Este año el espectáculo está desde luego más elaborado en cuanto a un espacio escénico muy concentrado, con un escenario elegante rodeado de veladores y muy bien iluminado; y también en lo que se refiere a los tiempos rítmicos que fluyen mejor. Los engarces entre números no están, sin embargo, muy logrados y la propensión del presentador a un divismo muy exhibicionista tampoco favorece su fluidez. En relación a cada uno de los números esto va en gustos, pero lo que está fuera de duda es el mano a mano malabar, y su enérgico y magnífico strip-tease, de los alemanes Strahlemann & Söhne. Sólo por esa actuación ya merece la pena ver este espectáculo. Pero hay otras con un buen nivel y otras con un nivel aceptable. Números estupendos de un espectáculo veraniego muy bien acompañado, en sus variadas músicas, por la magnífica orquesta del Price.

Móstoles: CAM2 y Festival Internacional de Jazz de Móstoles


MÓSTOLES, famosa por la revuelta contra los franceses es ahora famosa al menos por dos cosas. Primero, por su Centro de Arte Contemporáneo (CAM2) que muy bien dirigido por Ferrán Baremblit ha hecho ya importantes exposiciones. Ahora, desde 25/05/2010 hasta el 29/08/2010, se puede ver Fetiches críticos. Residuos de la economía general, una buena exposición con alto sentido crítico artístico sobre el mundo actual. Ha sido comisariada por el colectivo mexicano de Cuahtemoc Medina El espectro rojo (w.w.w. espectrorojo.com).que ha elaborado un simpático y denso catálogo artesanal (publicación de agitación e ilustración) que se da, pocas veces se hace, a todo el mundo. Disfruten cuando vayan, si pueden un jueves porque hay conciertos, de su auditorio montado en la terraza. Segundo, Móstoles también puede estar orgullosa de su festival de jazz que este año (del trece al veinte de junio) ha dado la campanada manteniéndose firme en medio de la crisis.  Además de otras figuras del jazz nos ha traído nada menos que al estupendo y ya destacado saxo Chris Potter(`s Underground) y para clausurar al gran africano de Brooklyn, Randy Weston. A sus 84 años y acompañado por sus dos magníficos músicos (Neil Clarkr y sus tumbadoras que nos traen ritmos africanos y Alex Blake, un contrabajista sentado que a veces parece un guitarrista que canta). ¡Impresionante este Randy Weston`s African Rhytms Trío! Magnífica música esencial la de este hombre que ha recogido el legado musical de Africa y de la música gnaua de Marruecos. Nuestra enhorabuena a la organización del festival que se mantiene en plena forma cuando otros festivales han desaparecido.

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