Trasversales
Josu Montalbán

¿Es populista Evo Morales'?
Sobre el libro “Jefazo. Retrato íntimo de Evo Morales” de Martín Sivak


Revista Trasversales número 17, febrero 2009

Josu Montalbán es diputado en las Cortes Españolas (PSE-PSOE)

Textos del mismo autor



En un reportaje sobre la realidad política de América latina se hacía una clasificación  del sentido ideológico de los diferentes gobernantes, y resultó que Evo Morales, -junto a Hugo Chávez y Correa-, fue calificado como “populista”, a pesar de que hubiera otro apartado destinado a los gobernantes de izquierdas. De modo que Evo Morales, al parecer, no ha gobernado Bolivia desde la izquierda sino desde el populismo. En cierta ocasión un conferenciante e intelectual que disertaba sobre “los cambios políticos ya acontecidos en América Latina” le tachó de nacionalista. Cuando le hice la observación de que pudiera aparentarlo porque la colonización histórica a la que su país había sido sometido convertía cualquier estrategia de defensa en una especie de atrincheramiento frente al ataque “enemigo”, tan al uso de los nacionalismos, el intelectual negó la  colonización. Con todo, despertó mi interés por el dirigente boliviano, no tanto por su acción de gobierno como por los avatares que le llevaron al Palacio Quemado (Palacio presidencial boliviano), desde su nacimiento en Octubre de 1959 en barrio o aldea aymara de Oruro.

Martin SAVAK es un periodista avezado en asuntos concernientes a América Latina. Nacido en Buenos Aires, actualmente reside en Nueva Cork. Acompañó a Evo Morales durante un largo espacio de tiempo para escribir un “Retrato Íntimo de Evo Morales” que ha titulado con la palabra “Jefazo”, que responde al término, probablemente cariñoso, con que Evo llamaba a sus acompañantes y subalternos, incluso después de haberse convertido en el jefe máximo de Bolivia. En el libro recoge los instantes que vivió a su lado, acompañándole en sus campañas políticas a lo largo y ancho de su país.
Evo Morales fue y es un superviviente. Como les ocurría a la mayoría de las familias de su región de nacimiento, a la familia Morales-Ayma se le murieron cuatro de sus siete hijos, uno en el momento de nacer y tres por enfermedades curables en otros lugares del Mundo. Evo sobrevivió, en parte gracias a los remedios caseros, entre los que es preciso resaltar el que utilizaba para mitigar la fiebre: una cataplasma de hojas de coca con azúcar que le era colocada en el sobaco. Fue un superviviente que resistió la pobreza de su niñez, escasa niñez que apenas le duró hasta los cinco años en que se convirtió en pastor de llamas, lo que le obligó a caminar días y días entre Oruro y Cochabamba conduciendo su rebaño animal junto a su padre. Sobrevivió a las precarias condiciones de su vivienda, una casa de adobe con techo de paja, de tres por cuatro metros para toda su familia, y suelo de tierra. De algún modo, la tierra que pisaban incluso cuando estaban en casa, facilitaba el contacto con la Pachamama, auténtica seña de identidad de su raza aymará. Y ha sido un superviviente tanto mientras intentaba alcanzar la Presidencia de su país como después de haberla alcanzado, pues no fue ajeno a las amenazas de muerte de que fue objeto, como reacción a sus medidas de gobierno. “Si quieren sacarme me sacarán muerto del Palacio (Quemado)”, declaró en vísperas de la Nochebuena tras denunciar un complot en su contra “en el que participaban los EEUU, José María Aznar y la oligarquía cruceña”, según refiere Martin SAVAK.

No estaba llamado Evo a convertirse en el importante líder en que se ha convertido. Tenía miedo incluso a la palabra maldita: “política”. En 1995 aún no se reconocía como político. “Me verán, decía, como maleante, como haragán, como ladrón”. Su fama más notable le provino de su militancia en los sindicatos campesinos, con especial incidencia en las grandes plantaciones de coca, lo que le confirió tres de sus importantes virtudes: honestidad, sinceridad y compromiso social: “Ser honesto y sincero con las bases y estar al frente de las movilizaciones””. Se hizo pronto con los apoyos de los cocaleros y, por cercanía, con gran parte de los mineros bolivianos. Respondió con contundencia a las continuas críticas de los mandatarios y emisarios de EEUU que consideraban a Bolivia un “narcopaís”. Aunque llegara a afirmar que “la hoja de coca tiene el mismo valor para nosotros que la hostia para los católicos, porque es nuestra relación con la Pachamama”, nunca fue partidario de cruzadas ni de métodos violentos, apostaba por organizaciones bien estructuradas, llegando a tener alrededor de setecientos sindicatos divididos en 27 centrales campesinas y nucleadas en seis federaciones financiadas por el aporte de los afiliados. La potencia de su organización sindical terminaría dando sus frutos a Evo Morales.
El cultivo de la coca en modo alguno debía confundirse con la producción de cocaína: “Nosotros producimos nuestra coca, la llevamos a los mercados primarios, la vendemos y ahí termina nuestra responsabilidad”. Sin embargo, EEUU no cejaba en su empeño de estigmatizar el cultivo de la coca ante el Mundo. Lee Brown afirmó en una visita a Bolivia: “La guerra debe ser contra la colmena y no contra las abejas”. Lo hizo en vísperas de la firma de un acuerdo por el que el entonces gobierno boliviano debería erradicar cinco mil hectáreas de coca a cambio de una ayuda de veinte millones de dólares. Evo Morales reaccionó ante aquella decisión del Presidente boliviano Sánchez de Lozada en 1993: “Si el gobierno no levanta la erradicación forzosa, los 60.000 productores vamos a pasar a la clandestinidad para enfrentarlo”. En esa lucha comenzó a fraguarse la victoria conseguida en el año 2006.

Como relata Martin Sivak el acercamiento y toma democrática del Palacio Quemado precisó tiempo, la superación de muchas dificultades y grandes dosis de valentía. Con el horizonte abierto y los caminos atiborrados de de campesinos y gentes humildes que le aclamaban inició sus sucesivas andaduras dejando aquí y allá sus consignas de incomparable valor. Discurseó por todos los lugares sentando las bases de su revolución indígena, prometiendo en mañana mejor: “La lucha de nuestros antepasados es por el territorio y nosotros somos los dueños absolutos de esta noble tierra...Ellos, por más de 500 años avasallaron nuestras tierras... La distribución de la tierra es parte de nuestra reforma agraria”. Al frente de aquella revolución recorrió foros de debate, países y continentes.
Recibió consejos y, a la vista de lo acontecido, los asimiló. Evo Morales valoró como el más importante el que recibió de Fidel Castro en el 2003: “No hagan lo que nosotros hemos hecho: hagan una revolución democrática...Estamos en otros tiempos y los pueblos quieren transformaciones profundas sin guerras”. En otra ocasión el propio Fidel le advirtió: “Evo, los pueblos indígenas son buenos para tirar gobiernos, pero ahora deben aprender a gobernarse a sí mismos”. Así fue, no le faltaron problemas porque Bolivia había sido invadida por las grandes empresas petrolíferas, y la inminente llegada de Evo Morales al Gobierno era temida por quienes, cómodamente y con la connivencia de los sucesivos gobiernos, habían conseguido desmedidos beneficios económicos. La victoria estaba muy cerca. Quizás ya pergeñaba su grito de entusiasmo” “¡Causachun coca! ¡Wañuchun yanquis!” (¡Viva la coca! ¡Mueran los yanquis!). Su oponente Quiroga, ya derrotado, recibió el consuelo de su padre: “Si este pueblo vota a un ignorante, que lo padezca”. El “ignorante” era Evo Morales, pero el pueblo boliviano dejó de padecer la colonización para disfrutar su liberación.

Nada le ruborizaba, a pesar de que EEUU reinició sus ataques al “narcopaís” Bolivia. Ante las naciones Unidas se presentó Evo con una hoja de coca en la mano: “La coca es verde, no es blanca como la cocaína...No es posible que sea legal para la Coca Cola y que sea ilegal para consumos tradicionales y medicinales...La llamada certificación o desertificación de la lucha contra el narcotráfico es un instrumento para la colonización de los pueblos andinos”. Como movido por un resorte EEUU reaccionó: “El desafío prioritario de EEUU en Bolivia es apoyar la democracia...Enfocado en programas que fortalecerán democracias vibrantes y eficaces incluyendo el apoyo a contrapesos al control uni-partidario”. Nadie tenía dudas de que el MAS de Evo era el “unipartido” que era preciso destruir, según EEUU.
En el amanecer del 1º de Mayo del año 2006 el Gobierno aprobó el Decreto de nacionalización de los hidrocarburos, El himno boliviano fue cantado con toda la solemnidad posible. En puridad no se trató de una nacionalización sino una inversión en la adjudicación de los beneficios que venían generando aquellas empresas: si antes los beneficios iban a parar en más del 80% a las empresas y solo alrededor de un 18% al Estado, tales cantidades se invirtieron. La diferencia era evidente, Bolivia pasaba de percibir por ingresos del gas y el petróleo 173 millones de dólares en 2002 a 1.299 millones de dólares en el año 2006. Las empresas no se fueron del país porque aún ganaban suficiente para saciar su voracidad. Paralelamente Evo debería rebajar el 58,9% de pobreza con que encontraba el país, y el 35,3% de pobreza extrema e indigencia; y aumentar el PIB, además de rebajar el altísimo coeficiente de la desigualdad.

Y bien, ¿por qué llamar populismo a la aguerrida política que Evo Morales ha venido practicando? Ha propiciado además una Constitución que proclama a Bolivia como un Estado “plurinacional, comunitario y social de derecho”. Cierto es que lo hace con espíritu nacionalista y estatalista, pero su objetivo es claro, considera traición a la patria “la enajenación de recursos naturales a favor de potencias, empresas o personas extranjeras”, establece una separación entre Iglesia y Estado, garantiza las autonomías incluyendo las autonomías indígenas y prohíbe la instalación de bases militares extranjeras.
¿Aún quedan dudas de que Evo Morales debe ser ubicado en la izquierda? ¿Aún cabe subrayar, despectivamente, que solamente es “populista”? Bueno será leer con atención la bella biografía de Evo que ha escrito Martin Sivak: “Jefazo. Retrato Íntimo de Evo Morales”.


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