Trasversales

Luis M. Sáenz

País sin juventud, juventud precaria

Revista Trasversales número 35, agosto 2015

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Que no nos desoriente el triunfalismo gubernamental con la "creación de empleo". Cierto repunte en el
número de empleos tras la “gran destrucción” es habitual en las crisis económicas. Sobre la base de una fuerte destrucción y concentración de capital y del deterioro de las condiciones de vida de gran parte de la población el sistema tiende a reconstruir, con fluctuaciones, las condiciones de rentabilidad del capital que pueden poner en marcha de nuevo la inversión de capitales ociosos o embarcados en aventuras especulativas. No puede decirse aún que la crisis haya finalizado, incluso podría agravarse, pues hay oscuros nubarrones locales y globales, pero, desde el punto de vista del capital, en España hay "recuperación" de beneficios y cierta reanimación económica, lo que no equivale a "recuperación social".

No creo que estemos ante la "crisis final" del sistema o que éste no tenga salida, las alternativas necesarias para salir de este capitalismo son aún muy débiles y, salvo fenómenos localizados, la relación de fuerzas evoluciona en favor de fuerzas reaccionarias. La tarea no es profética, sino la de desvelar pacientemente el sentido de estas crisis y del sistema en que se dan, organizarnos para resistir la ofensiva antisocial y hacer ver la miseria y las regresiones que se ocultan tras esos provisionales signos de "reactivación”. Una de estas regresiones, capaz de condicionar las próximas décadas, afecta a la situación social de la juventud y, en particular, a su relación con el empleo.

La información que utilizo procede casi toda de la Encuesta de Población Activa, hasta el segundo trimestre de 2015 (2015T2). Dada la estructura de los datos de la EPA, entenderé por jóvenes a las personas en la franja de edad 16-34 años.

En esto texto no he pretendido descubrir nada ni emitir ninguna tesis novedosa, no está al alcance de mis conocimientos, ya que no soy investigador social. Simplemente he pensado que quizá fuese útil a otras personas recoger parte de la información que he consultado durante el último mes. Sin duda, se han colado consideraciones muy personales, pero no hay que hacerlas demasiado caso.


La tasa de paro


La tasa de paro es la proporción entre personas desempleadas (sin empleo pero buscándole) y población activa (ocupada o buscando empleo).

Tasa de paro 2009-2015 (% desempleo / población activa) por edades

Edades

2015T2

2015T1

2014T4

2014T2

2013T4

2013T2

2012T2

2011T4

2011T2

2009T2

Total

22,37

23,78

23,70

24,47

25,73

26,06

24,40

22,56

20,64

17,77

16 a 19

69,36

70,45

67,28

70,39

75,53

73,00

73,19

69,15

62,53

56,18

20 a 24

45,26

47,74

48,88

49,99

50,93

52,62

48,70

44,05

42,17

33,26

25 a 29

28,41

30,18

29,77

30,01

32,39

33,76

30,40

27,29

25,48

20,72

30 a 34

21,96

24,11

23,35

23,86

26,06

25,26

23,81

22,43

20,79

17,19

16-34

30,42

32,30

32,02

32,55

34,78

35,15

32,79

29,98

28,26

23,66

35 o más

19,06

20,23

20,18

20,95

21,62

21,80

20,19

18,71

16,51

14,11


- La tasa de paro joven en 2015T2 era 30,4%, especialmente alta, ya que la del resto de la población es de un 19,1%. En 2009 la diferencia era similar, pero a niveles más bajos (23,7% y 14,1%).

- La tasa de paro joven en 2015T2 era superior a la seis y cuatro años antes, similar a la que había cuando Rajoy asumió la presidencia del Gobierno y varios puntos por debajo de los picos alcanzados en 2013.

- La tasa de paro de las mujeres es unos cuatro puntos superior a la de los hombres, excepción hecha de las franjas 20-24 (donde es 2,5 puntos inferior a la de los hombres) y 25-29 (un punto inferior)1.


Personas, no sólo porcentajes

Tomemos en cuenta el número absoluto de personas en paro, según la EPA.


Datos de paro 2009-2015, en miles de personas


Edades

2015T2

2015T1

2014T4

2014T2

2013T4

2013T2

2012T2

2011T4

2011T2

2009T2

Total

5149,1

5444,8

5457,8

5622,7

5935,6

6047,3

5731,1

5287,3

4844,3

4139,6

16 a 19

177,3

170,8

168,2

171,2

201,1

205,0

236,5

208,0

220,7

266,4

20 a 24

589,9

611,3

645,5

669,4

706,0

750,0

731,2

679,6

671,6

594,3

25 a 29

628,2

678,2

681,9

700,1

773,3

824,6

792,5

727,8

697,6

625,0

30 a 34

644,8

714,6

698,7

730,3

823,0

819,8

814,3

781,8

741,7

628,6

16-34

2040,2

2174,9

2194,3

2271,0

2503,4

2599,4

2574,5

2397,2

2331,6

2114,3

35 o más

3108,9

3269,9

3263,5

3351,7

3432,2

3447,9

3156,6

2890,1

2512,7

2025,3


En seis años, un millón de personas paradas más, aunque a mediados de 2013 llegaron a ser casi dos millones más que en 2009. En todo caso, demasiadas. El 30% de la infancia esté bajo el umbral de la pobreza y en torno al 10% en pobreza severa. La situación entre la juventud también es muy difícil, aunque pueda llamar la atención que en su caso el paro absoluto desciende desde finales de 2013.

La tasa de paro joven es muy superior a la del resto de población, pero la tabla anterior indica que en números absolutos la evolución del paro parece mejor entre la juventud que entre el resto de la población. En concreto, en 2015T2, respecto a cuatro años antes, hay 300.000 parados menos en la franja 16-34 y 600.000 parados más en el resto de la población. Si retrocedemos hasta 2009, el paro juvenil ha disminuido en seis años 74.000 personas mientras que en el resto de la población ha aumentado en más de un millón.

A simple vista, esas evoluciones en cuanto al número de personas desempleadas por franjas de edad chocan en apariencia con la evolución de las tasas de paro: ¿por qué la tasa de paro juvenil sube en periodos en los que el paro juvenil baja?

Teniendo en cuenta que la tasa de paro es una proporción entre desempleo y población activa, la única explicación a esa pregunta es que la población activa joven ha bajado más deprisa que el paro juvenil. Para acercarse a esa circunstancia es preciso hablar de empleo y de población, en particular de población activa, elementos clave para el bienestar y el futuro de cualquier sociedad y, en particular, para los sistemas de pensiones.

El empleo joven no se recupera aunque disminuya el número de parados

El empleo asalariado de jóvenes (y también en la franja 35-39) ha seguido cayendo, salvo un ligero repunte en el segundo trimestre de 2015 respecto al trimestre anterior.

Datos de empleo asalariado 2009-2015, en miles de personas


Edades

2015T2

2015T1

2014T4

2014T2

2013T4

2013T2

2012T2

2011T4

2011T2

2009T2

Total

14.762,3

14.394,0

14.483,2

14.317,4

14.093,5

14.072,3

14.720,3

15.150,5

15.579,6

15.923,1

16 a 19

65,4

61,7

69,2

58,6

50,7

57,4

75,4

81,9

111,6

187,8

20 a 24

655,8

613,0

624,1

608,6

617,5

613,8

711,2

801,9

858,2

1.112,9

25 a 29

1.422,8

1.409,1

1.451,5

1.482,6

1.464,0

1.465,1

1.659,0

1.783,8

1.881,5

2.194,0

30 a 34

1.999,2

1.955,4

2.002,2

2.042,1

2.041,3

2.118,5

2.313,4

2.405,8

2.525,6

2.651,8

16-34

4.143,2

4.039,2

4.147,0

4.191,9

4.173,5

4.254,8

4.759,0

5.073,4

5.376,9

6.146,5

35 o más

10.619,1

10.354,8

10.336,2

10.125,5

9.920,0

9.817,5

9.961,3

10.077,1

10.202,7

9.776,6


En los seis años posteriores a 2009T2 el empleo asalariado joven ha disminuido 32,6%, mientras que en el resto de la población ha subido 8,6%. Entre 2011T2 y 2015T2 se perdieron 817 mil empleos asalariados, pero el número de personas asalariadas de 35 o más años de edad creció en 416 mil:
en esos cuatro años disminuyo en 1.234.000 el número de empleos asalariados ocupados por personas entre 16 y 34 años. Por tanto, el paro ha descendido en la franja de edad en la que se ha destruido empleo y ha aumentado en la franja en la que se ha creado empleo.

Se puede comprobar que, aunque esa destrucción de empleo asalariado joven se ha concentrado mayoritariamente en 2011-2013, entre los dos últimos trimestres de 2014 y los dos primeros de 2015 han desaparecido 49.000 empleos asalariados ocupados por jóvenes, con un aumento del 8% en la franja 16-24, con acceso a empleos poco cualificados y muy precarizados, y una disminución del 3% en la franja 25-34, con saldo negativo. por ser esa segunda franja más numerosa que la primera.

Este movimiento se resume en la evolución de la proporción de empleo asalariado joven.

Proporción (%) de empleo asalariado ocupado por jóvenes (16-34)


2015T2

2015T1

2014T4

2014T2

2013T4

2013T2

2012T2

2011T4

2011T2

2009T2

28,07%

28,06%

28,63%

29,28%

29,61%

30,24%

32,33%

33,49%

34,51%

38,60%


La tasa de empleo asalariado ocupado por jóvenes cayó 10,5 puntos en seis años, 6,4 puntos en cuatro años, 5,4 puntos durante la actual legislatura y 1,2 puntos en los últimos doce meses computados. Este "envejecimiento" laboral afecta a mujeres y a hombres, ya que en esos cuatro años el peso en el empleo asalariado total ha pasado de 17% a un 13,8% para las jóvenes y de un 17,5% a un 14,3% para los jóvenes.

Durante los cuatro años anteriores al segundo trimestre de 2015 ha disminuido el paro joven y aumentado el paro del resto de la población, pero en ese mismo periodo se ha destruido empleo joven y aumentando el empleo del resto de la población.

¿No es eso absurdo? ¿No debería ser "a más empleo menos paro y a menos empleo más paro"?

Una posible causa de esta anomalía sería un desplazamiento de jóvenes desde la condición asalariada hacia la de “autónomos”, ya que se ha extendido la figura de “falso autónomo”, en realidad trabajando para una sola empresa. Sin embargo, esa práctica sólo ha frenado la disminución "contable" de la ocupación "por cuenta propia", ya que ésta, en los últimos cuatro años ha disminuido en unos 20.000 puestos. Entre 2011T2 y 2015T2 el empleo joven asalariado ha disminuido un 22,9%, mientras que el empleo joven por cuenta propia ha disminuido sólo un 3,6%, pero también ha disminuido.

Así que seguimos en las mismas: ¿cómo es posible que el empleo joven haya disminuido en 1,25 millones de personas (1,23 millones en empleos asalariados y 20.000 en ocupación por cuenta propia) pero el paro joven haya disminuido unos 0,3 millones). ¿Se han esfumando millón y medio de jóvenes? Pues sí.

Demografía y éxodo

Esa paradoja, por la que el paro joven disminuyó aunque el empleo joven disminuyó aún más, genera la pregunta: ¿dónde están? Hay varias causas que se suman, pero algunas de ellas dan lugar a respuestas del tipo ¡no están  ya! o ¡no están aquí!

La población joven (y la de la franja 35-39) ha disminuido. Entre los segundos trimestres de 2011 y 2015 la población total en viviendas familiares se ha reducido 310.000 personas, pero la población entre 16 y 34 años se ha reducido 1,6 millones (-14%), mientras que la población mayor de 35 años ha aumentado casi 1,3 millones (+7%). El horizonte es sombrio si no hay nuevas políticas sociales e igualitarias: por cada 1000 fallecimientos, en 2008 hubo 1350 nacimientos, en 2014 sólo 1080.

Datos de población 2011-2015, en miles de personas


Edad

2015T2

2014T2

2013T2

2012T2

2011T2

2009T2

De 10 a 15

2.758,6

2.709,2

2.669,6

2.637,6

2.601,8

2.547,3

De 16 a 19

1.718,2

1.708,7

1.726,2

1.760,1

1.791,1

1.851,6

De 20 a 24

2.292,9

2.337,4

2.400,1

2.463,6

2.526,6

2.700,6

De 25 a 29

2.599,0

2.684,8

2.823,1

2.985,7

3.146,5

3.486,5

De 30 a 34

3.205,0

3.366,4

3.580,8

3.781,8

3.934,5

4.110,4

De 35 a 39

3.897,7

3.978,3

4.041,0

4.064,4

4.045,9

3.943,2

De 16 a 34

9.815,1

10.097,3

10.530,2

10.991,2

11.398,7

12.149,1

35 o más años

36.155,1

35.906,7

35.654,6

35.338,2

34.881,3

33.783,7

Población total

45.970,2

46.004,0

46.184,8

46.329,4

46.280,0

45.932,8

% 16-34/poblc.

21,35

21,95

22,8

23,72

24,63

26,45

% 16-34/poblc. 16-64

32,51

33,28

34,34

35,50

36,68

38,97


La población 16-34, como grupo humano, se va modificando, incluso en sólo cuatro años. Por ejemplo, en 2015 se han incorporado a él personas que en 2011 tenían entre 12 y 15 años y han salido de él las que en 2011 tenían entre 31 y 34. Por tanto, una parte de las que en 2011 tenían entre 10 y 15 años (2,6 millones) están en 2015 en el rango 16-19, pero una parte de las que en 2011 tenían entre 30 y 34 años (3,9 millones) habrán pasado al rango 35-39. Según cuál de esas dos partes fuera mayor, la población joven podría aumentar o disminuir.

A falta de datos precisos sobre las personas que en la EPA2011T2 tenían 10, 11 y 30 años, así como por la influencia de las entradas y salidas en una franja de edad por causas diferentes al mero envejecimiento personal, no puedo evaluar bien ese movimiento poblacional, pero creo razonable pensar que la resultante de esos flujos de entrada/salida por cambio de edad no ha sido nula, sino que podría ser una disminución del orden de un millón de personas en el rango de población 16-34 años, aunque eso no significa que la población activa joven disminuya en igual medida a consecuencia de ese flujo "natural".

Poblaciòn activa

Dado que las cifras de paro no dependen de población total y empleo, sino de población activa y empleo, consideremos la evolución de la población activa joven.

Datos de población activa joven (16-34) 2011-2015



2015T2

2014T2

2013T2

2012T2

2011T2

2009T2

Población activa 16-34

6.705,9

6.976,1

7.394,5

7.852,1

8.250,5

8.935,3

Población total 16-34

9815,1

10097,3

10530,2

10991,2

11398,7

12.149,1

% población activa 16-34/población activa total

29,1

30,4

31,9

33,4

35,2

35,4

% tasa actividad población 16-34

68,3

69,1

70,2

71,4

72,4

73,5


Entre 2011T2 y 2015T2 la ocupación joven cae 1,25 millones y la población activa joven cae 1,55 millones (2,2 millones desde 2009). En consecuencia, el paro joven, como ya hemos visto, ha disminuido en 300.000 personas en los últimos cuatros años (hasta 2015T2), no porque haya más empleos sino porque hay menos jóvenes activos: en cuatro años, han pasado de ser 35,2% de la población activa a ser 29,1%. Una parte importante de la disminución de población activa joven se debe a la evolución de la población joven, que ha disminuido por las tendencias demográficas y por el exilio laboral.

Sin embargo, eso no explica la reducción de la tasa de actividad joven. Una cosa es que haya menos empleos y menos jóvenes y otra que entre los jóvenes existentes sea menor la proporción que tiene o busca empleo. Pero lo cierto es que en esos cuatro años la tasa de actividad joven ha pasado de 72,4% a 68,3% (los hombres de 75% a 70%, las mujeres de 70% a 66%), lo que explica la anomalía de que para una disminución de población joven de 1,58 millones la disminución de la parte activa haya sido casi igual, 1,55 millones, cuando en España por cada diez jóvenes hay sólo unos 7 en activo. Si en 2015 se hubiese mantenido la tasa de actividad joven de 2011, habría unas 400.000 personas más activas y, a igualdad de empleo, un@s 400.000 jóvenes más en paro.

La disminución de población joven quizá pueda explicar una disminución de la población activa joven en torno a 1,1-1,2 millones.

- Causas demográficas: la diferente composición de las franjas genera­cionales que en cuatro años entran o salen del rango 16-34 años.

- Causas sociales: el retorno a su país de población inmigrante o la emigración de jóvenes españoles que salen a otros países ante la ausencia de empleo o la baja calidad del existente en España2.

La disminución de la tasa de actividad joven puede haber implicado ladisminución de unas 400.000 personas en la población activa joven.

- Por reorientación hacia una ampliación de la formación en casos con posibilidad de hacerlo, a la vista de la mala calidad y escasez del empleo3, aunque esto pueda combinarse con actividades precarias no detectadas.

- Por situaciones de exilio laboral no detectadas por la EPA. Aunque la EPA no se basa en registros oficiales, sino en encuestas, no puede excluirse que en las respuestas haya tenido alguna influencia la aversión de muchos jóvenes emigrantes a "oficializar" su situación como tal, dadas las dificultades que hacerlo les crea en cuanto a derecho a atención sanitaria en España, ejercicio del derecho de voto, etc.


Recapitulando: 2011T2-2015T2 (población 16-34 años)

La población joven 16-34 años ha disminuido un 13,9% y ha pasado de un 32,7% a un 27,1% de la población total, y de un 36,7% a un 32,5% de la población 16-64 años.

La población activa joven ha disminuido un 18,7% y ha pasado de un 35,2% a un 29,1% de la población activa total.

La tasa de actividad joven ha pasado de un 72,4% a un 68,3%.

El empleo asalariado joven ha disminuido un 22,9% y ha pasado de un 34,6% a un 28,1% del empleo asalariado total.

El empleo joven por cuenta propia ha disminuido un 3,6% y ha pasado de un 17,8% a un 16,8% de la población ocupada por cuenta propia.

La tasa de paro joven ha pasado de un 28,3% a un 30,4%, aunque, dada la disminución de población activa joven, el paro juvenil ha pasado de un 48,1% del paro total a un 39,6%.

Hay una fuerte disminución de la población joven y su parte activa ha disminuido a ritmo mayor. Los empleos ocupados por jóvenes han caído aún más deprisa. La disminución del paro juvenil en número de personas es cierta, pero que toda interpretación positiva de ello es un espejismo derivado de la desaparición de jóvenes en el mercado laboral, por evolución demográfica, por exilio o por renuncia temporal a buscar empleo. Todo eso configura un panorama de desastre social, ahora y para un largo futuro, si no hay un cambio de rumbo con fuertes opciones estratégicas.

Junto a esta combinación de disminución absoluta de la población joven y alta tasa de paro, ¿qué pasa con la juventud que sí encuentra empleo, aunque sea ocasional?

La precaridad como presente... ¿y futuro?


La precariedad recorre todo el "mercado laboral". La tasa de temporalidad en 2014 estaba en torno al 24%, sólo inferior en la UE a la de Polonia. La tasa de "parcialidad" (% de población ocupada que trabaja a tiempo parcial) ronda el 16%, y la media de horas trabajadas a la semana por esas personas ronda las 18 horas, un 45% de la jornada máxima legal. La combinación de ambas cosas genera el fenómeno social conocido como "pobres con trabajo", pues los ingresos obtenidos al año son muy pequeños para muchas familias. Según la Agencia Tributaria, excluyendo a Navarra y Euskadi, en 2013 el 34,5% de la población asalariada obtuvo ingresos salariales no superiores al salario mínimo (38,3% en el caso de las mujeres) y un 21,8% no superiores a medio salario mínimo (23,7% las mujeres).

Si comparamos los contratos firmados en mayo 2012 con los firmados en mayo 2015, incluyendo los de conversión de temporales a indefinidos, los contratos temporales pasan de un 89,9% del total a un 92,1%, y los contratos a tiempo parcial de un 33,8% a un 35,6%. La modalidad contractual que más crece, según las cuatro combinaciones posibles de los tipos indefnido / temporal, tiempo completo / tiempo parcial, es la de contratos temporales a tiempo parcial (+38,6%).

Sin embargo, esta tendencia a la precariedad es más intensa entre la juventud. Según Eurostat, en 2013 el 17% de los jóvenes entre 15 y 29 años vivían en hogares con "baja intensidad laboral", triplicando la tasa de los años pre-crisis.
En las contrataciones producidas en mayo de 2012 los contratos indefinidos representaron el 7,91% de los firmados a personas con edad 16-34 y el 7,92% del resto; sin embargo, en mayo de 2015 la brecha se ensancha: los contratos indefinidos fueron un 7,50% entre la población joven y un 8,33% para el resto.

En 2014 la tasa de temporalidad era 71,7% en la población 16-24, 35,9% en la población 25-34 y 17,5% en la población de 35 años o más. En el rango de edad 16-24 por cada 100 trabajadores con contrato indefinido había 253 temporales, y en el rango 25-34 había 56 temporales por cada 100 indefinidos. Por cada 100 trabajadores con 35 años o más y con contrato indefinido, había 21 temporales.

En cuanto al trabajo a tiempo parcial, la evolución no es más positva. Aunque entre los segundos trimestres de 2009 y 2015 el porcentaje de jóvenes entre las personas ocupadas a tempo parcial ha disminuido de un 41,2% a un 36,5%, eso se debe al fuerte descenso del peso joven en la población ocupada (del 35,6% al 26,1%). Entre la juventud ocupada la "parcialidad laboral" se ha intensifcado, como ya indican los datos anteriores, dado que el porcentaje de jóvenes en la población ocupada ha disminuido bastante más que el porcentaje de jóvenes en la población ocupada a tempo parcial.

tasa de parcialidad (% personas ocupadas que lo están a tiempo parcial) 2009-2015


Edades

2015T2

2014T2

2009T2

Todas

15,8

16,4

12,7

De 16 a 19

52,6

58,3

38,5

De 20 a 24

36,3

39,8

23,2

De 25 a 29

22,4

22,3

12,6

De 30 a 34

16,3

17,3

11,3

De 16 a 34

22,0

22,8

14,6

De 16 a 24

37,9

41,6

25,5

35 o más

13,6

14,0

11,0


En los seis años considerados ha aumentando la incidencia del trabajo a tiempo parcial en la población (+3,1 puntos), pero más entre la juventud (+7,4 puntos), especialmente en el rango 16-24 años (+12,4 puntos). La tasa de parcialidad de las mujeres, en 2015T2 un 72,4% de las personas ocupadas a tiempo parcial, ha evolucionado de forma parecida, pero a niveles más elevados en todas las franjas de edad.

tasa de parcialidad femenina (% de mujeres ocupadas que lo están a tiempo parcial)


Edades

2015T2

2014T2

2009T2

Todas

25,2

26,1

23,5

De 16 a 19

62,7

67,3

52,2

De 20 a 24

45,4

49,3

33,2

De 25 a 29

28,3

28,8

19,6

De 30 a 34

24,2

25,1

20,2

De 16 a 34

29,4

30,4

23,1

De 16 a 24

46,7

50,7

35,6

35 o más

23,6

24,4

23,6


La proporción de jóvenes que trabajan a tiempo parcial por no encontrar empleo a tiempo completo pasó de 47,2% en 2011T2 a 68% en 2015T2 (de 39,4% a 60,6% para toda la población trabajando a tiempo parcial).

Las dificultades para encontrar un empleo y las precarías condiciones laborales tienen una faceta cualitativa, no coyuntural, pues se está configurando el futuro de la actual juventud, de la futura y de la sociedad, ya que para las estrategias dominantes este estado de cosas es un modelo a consolidar. Este deterioro de condiciones laborales se iría transmitiendo a lo largo de la vida laboral, de manera que el déficit inicial no sería superado. Los índices de temporalidad y de trabajo a tiempo parcial entre la juventud podrían mejorar ligeramente (entre 2014T2 y 2015T2 ha habido una cierta mejora), pero será muy difícil que, sin un significativo cambio en la relación de fuerzas sociales y políticas, se vuelva a los niveles de 2009.

Los salarios

Los salarios de la población joven retroceden más deprisa. La tabla que sigue está elaborada a partir de la Encuesta anual de estructura salarial en 2009 y 2013, en ella se muestra la evolución de la ganancia anual media por trabajador(a) para diversos rangos de edad, en términos nominales y en términos reales (de poder adquisitivo, "euros constantes")5.

variación del salario nominal y real 2009-2013 (por edades)


Edades

% variación salario nominal

entre 2009 y 2013

% variación salario real

entre 2009 y 2013

Todas las edades

0,8

-7,4

Menos de 20 años

-22,5

-28,9

De 20 a 24 años

-16,6

-23,4

De 25 a 29 años

-11,1

-18,4

De 30 a 34 años

-6,6

-14,2

De 35 a 39 años

-1,3

-9,4

De 40 a 44 años

0,6

-7,6

De 45 a 49 años

-0,3

-8,4

De 50 a 54 años

-1,7

-9,7

De 55 a 59 años

0,7

-7,5

De 60 a 64 años

1,3

-7,0

65 y más años

-0,9

-9,0


Todos los rangos de edad retroceden en ganancia anual media real, entre un 7% y un 29%. Pero el retroceso es mucho más fuerte en el rango 16-34 años, pues en todos sus subrangos está por encima del 14%, mientras que de 35 años en adelante no se alcanza el 10% de pérdida en ninguno6.

Las condiciones de vida que se ofrecen a las nuevas generaciones tienen consecuencias sociales. Desde luego, contribuyen a perpetuar la baja tasa de natalidad. También retrasa de forma grave la autonomía de vida de la gente joven: en 2014, en España, la edad media en la que la población 15-29 abandonaba la casa familiar era 29,1 (29,9 los hombres, 28,2 las mujeres), cuatro años por encima de la media de la EU y mayor que la de 2013 y años anteriores (Eurostat). En Suecia fue 20,8, lo que configura un país muy diferente y con mucha más capacidad de generar igualdad y prosperidad, aún dentro de los límites que impone el sistema capitalista. La tasa de emancipación residencial de la juventud 16-29 años en el cuarto trimestre de 2014 era sólo del 21,5% (Observatorio de la Emancipación). Según Eurostat, en España y en 2014 el 20,7% de los jóvenes 15-29 ni trabajaban ni estaban estudiando o formándose, cuando en Suecia no llegaba al 8%. Ese es el país que están creando las políticas antisociales y propatriarcales

 El propósito de las élites económicas y políticas es que esta situación se quede.

La pobreza

Las malas condiciones laborales y la alta tasa de paro empuja a la población joven (16-34) y a sus descendientes hacia la pobreza..


Tasa de riesgo de pobreza (%). Encuesta de condiciones de vida (ECV). 2009-2014


Edades

2014

2013

2012

2011

2010

2009

Total

22,2

20,4

20,8

20,6

20,7

20,4

Menores de 16 años

30,1

26,7

26,9

27,2

28,8

28,9

De 16 a 29 años

27,6

24,2

25,3

22,3

21,4

18,3

De 30 a 44 años

22,9

20,7

21,2

19,7

18,8

18,5

De 45 a 64 años

21,0

19,0

18,0

17,1

16,4

16,0

De 65 y más años

11,4

12,7

14,8

19,8

21,8

23,8


En 2014 se alcanzan los valores máximos de riesgo de pobreza7 del periodo 2009-2014, excepto para las personas mayores de 65 años, con ingresos más estables. Aunque la ECV utiliza rangos de edad diferentes a la EPA, los datos son significativos en lo que se refiere a nuestro tema. Para la población del rango 16-29 años el riesgo de pobreza ha aumentado 9,3 puntos entre 2009 y 2014, mucho más que en cualquier otro rango. En cuanto al riesgo de pobreza de menores de 16 años, ya muy alto en 2009, en 2014 ha superado el 30% por primera vez8, y está vinculado al riesgo de pobreza joven, ya que en los rangos de mayor edad es menos frecuente que convivan con menores de 16 años.

La ECV estudia también determinadas carencias materiales. Pues bien, en la mayor parte de ellas los dos rangos de edad con mayor porcentaje de personas afectadas son precisamente el de menores de 16 y el de 16-29 años: no pueden salir de vacaciones al menos una semana al año (47,9% y 51,8%, respectivamente), no pueden comer carne o pescado cada dos días (4,2% y 3,7%), no pueden mantener una temperatura adecuada en su casa (11,5% y 12,4%), en su hogar no se puede asumir gastos imprevistos (45,9% y 47,8%), o en su hogar ha habido retrasos en pagos de alquiler, hipoteca, comunidad, gas, luz, etc. (16,5% y 14,7%). Lo mismo ocurre con los datos sobre personas en cuyos hogares hay dificultad o mucha dificultad para llegar a fin de mes (43,9% y 42,9%).

La misma situación encontramos respecto a la denominada "carencia material severa", que se produce a partir de la coincidencia de varias carencias materiales especíticas.


Carencia material severa (% personas por en cada rango de edad ). ECV. 2009-2014


Edades

2014

2013

2012

2011

2010

2009

Total

7,1

6,2

5,8

4,5

4,9

4,5

menos de 16

9,6

8,4

7,4

5,2

7,2

6,6

16-29

8,7

7,4

7,7

5,9

6,3

5,6

30-44

7,9

7,6

7

4,9

5,2

5,1

45-64

6,9

5

4,6

4,1

4

3,2

65 o mas

2,4

2,7

2,9

2,7

2,2

2,3



¿Conflicto social o conflicto generacional?

Algunas preguntas han quedado en el tintero. Por ejemplo, si hay una tasa de paro tan alta entre la juventud y si sus condiciones laborales son tan malas, ¿por qué las empresas no están tendiendo a contratar más jóvenes?

Primero convendría hacer un repaso a los datos del último año (desde 2014T2 hasta 2015T2). Las edades en que más crece el número de empleos asalariados son extremas: el rango 65-69 años, un 18%, y el rango 16-19 años, un 11,6%. Ambos representan menos del 0,8% del total de personas asalariadas y su influencia en casi nula en las tendencias generales; el empleo 16-19 años suele ser extremadamente precario y muy poco cualificado, en cuanto a la franja 65-69 años ese fuerte incremento podría explicarse por diversos motivos, por ejemplo las crecientes dificultades para jubilarse con menos de 65 años, el aumento en 2015 de la edad mínima de jubilación en 2015 y del tiempo cotizado mínimo para poder jubilarse a los 65 años, la prolongación de vida laboral para aumentar el tiempo cotizado o mantener ingresos más elevados que los que daría la pensión, etc. Pero si descartamos esos casos poco significativos, encontramos que el máximo crecimiento del número de personas asalariadas (9,3%) ha tenido lugar entre los 55 y 64 años, mientras que en el rango 25-39 años se produce una disminución (-1,8%).

De esto puede haber varias causas: la experiencia de las personas mayores, que puede resultar necesaria en ciertos casos, sobre todo si las empresas quieren eludir un periodo de formación; los incentivos mucho mayores que el Gobierno paga a las agencias de colocación si colocan, aunque sea temporalmente, a personas mayores; las bonificaciones y reducciones de las cotizaciones sociales, aunque ya son tantas que es difícil saber qué perfiles de contratación son más fomentados; la posibilidad de resistirse a condiciones de trabajo miserables por parte de franjas de jóvenes que cuenten con cierto respaldo familar; el malestar que muchos empresarios sienten hacia las y los trabajadores con altas cualificaciones no imprescindibles para el cumplimiento de sus tareas; etc. También hay que tener en cuenta que las condiciones laborales de las personas mayores de 55 años contratadas en estos tiempos están muy alejadas de los valores medios para las personas de esas edades que mantuvieron sus empleos, no siendo por tanto muy diferentes de las que afectan a jóvenes.

Sin embargo, fijar cómo problema los perfiles de edad de las personas contratadas sería un gran error, que haría el juego a los planes de las élites económicas y políticas.

En efecto, lo que vivimos, al menos desde mayo de 2010,es un conflicto social "arriba / abajo", entre la "alta sociedad" (esa de la que cada día vemos nuevos casos de corrupción de personajes muy notables de sus diversos estratos) y la gente común. Esa "aristocracia" oligárquica está empeñada en que no lo entendamos así, sino que vivamos nuestros problemas como un problema entre nosotras y nosotros. Por ejemplo, entre españoles e inmigrantes, entre "España" y tal o cual comunidad autónoma (o entre dos comunidades), entre parados y ocupados, entre "fijos" y precarios, entre empleados públicos y empleados del sector privado, entre quienes tienen ingresos directos y quienes reciben o necesitarían recibir prestaciones, entre trabajadores de grandes empresas y trabajadores de pequeñas empresas, entre un "proletariado" masculino que ha cotizado muchos años y las mujeres que han cotizado "pocos años" porque esta sociedad cargó sobre ellas las tareas sociales de cuidados, entre pequeños comerciantes y su clientela, entre quienes quieren que suba el "valor de mercado" de su casa y las personas con escasos medios que necesitan un techo asequible bajo el que vivir, etc.

Pues bien, desde hace tiempo uno de sus grandes objetivos es crear conflictos entre generaciones. A la gente más joven la están diciendo que para mantener el poder adquisitivo de las pensiones habría que subir mucho los impuestos y que les interesa mucho más invertir en fondos de pensiones privados que pagar cotizaciones sociales para unas pensiones que se harán "insostenibles" -aunque los fondos de pensiones tienen mucho más riesgo de quiebra que el sistema público de pensiones-; a las personas mayores las están diciendo que para pagar sus pensiones hay que recortar el gasto en empleo público, en sanidad, en educación, en prestaciones sociales, o quitar todo apoyo social a inmigrantes, lo que es totalmente falso, en primer lugar porque las pensiones contributivas no se están pagando con los impuestos generales sino sólo con las cotizaciones sociales, que son de las que, por el contrario, los gobiernos han sacado durante años decenas de miles de millones de euros para pagar cosas que tenían que pagarse con los impuestos (p.e., los complementos a mínimos o los gastos de funcionamiento de la Seguridad Social). A la franja de las generaciones intermedias que, sin ser rica, se las sigue apañando para una vida relativamente acomodada, la quieren intoxicar con la idea de que "sólo ella" sostiene la sociedad, para que no sea solidaria con esa cuarta parte de la sociedad que lo está pasando muy mal y que, por cierto, dado su pequeño nivel de ingresos paga muchos impuestos porque consume y paga IVA por todo lo que ingresa, o porque su tipo efectivo de cotización social real es mucho menor que el de quienes ganan muchos miles de euros cada mes.

Todo esto es un gran engaño. Lo que está ocurriendo con la juventud no favorece a nadie, salvo a esa minoría de privilegiados que se están aprovechando del sufrimiento social. ¿No hay abuelas y abuelos manteniendo a sus nietas y nietos con una escasa pensión? ¿Cuántas madres o padres han tenido que "apretarse el cinturón" para ayudar a sus hijas e hijos? Si las nuevas generaciones son condenadas a una larga precariedad, si no tienen salarios ni prestaciones, ¿quién seguirá pagando las cotizaciones sociales que sostienen las pensiones? ¿Qué posibilidades tiene España de remodelar su sistema productivo hacia modelos de una más alta productividad no basada en la miserabilización de los sueldos si se queda sin lo más preparado de su juventud, cómo se está quedando?

Pero hay más preguntas, porque también la juventud debe entender que problemas como el de las pensiones les afectan, no sólo porque aunque aún parezca lejos también les llegará la vejez, sino porque, a más corto plazo, ¿quién mantendrá a sus mayores si las pensiones no garantizan la suficiencia económica que promete la Constitución e incumplen los gobiernos?

El futuro de una sociedad tiene mucho que ver con cómo trata a su juventud. La calidad ética de una sociedad tiene mucho que ver con cómo trata a sus mayores.


Alianza social y política

Más que nunca, hay que construir Alianza. Desde abajo y entre la gente de "abajo" de cualquier edad, que somos la inmensa mayoría, porque el poder para tomar las decisiones principales está concentrado en muy pocos, en una oligarquía capitalista, en sus cómplices políticos y en unos cuantos miembros más de la élite. Un alianza social, cotidiana, pero también una alianza política plural, aunque sea transitoria y efímera, porque necesitamos respirar y crear mejores condiciones para defender nuestros derechos, lo que en este momento requiere, sin duda alguna, desalojar al PP del Gobierno sobre la base de unos objetivos básicos comunes y limitados, algunos "conservadores" y defensivos, para recuperar todos los logros sociales que nos han arrebatado, que son muchos, y otros transformadores y constituyentes, para España y la Unión Europea, porque lo ocurrido en estos años ha puesto de relieve que hay que poner fin al monopolio del poder efectivo porunas aristocracias económicas, políticas, dinásticas y eclesiales que permiten un simulacro de "democracia" mientras no se les cuestiona pero que de ninguna manera están dispuestas a permitir una democracia más plena y avanzada, imperfecta y aún jerárquica como todo Estado, pero en la que sea más factible mirar hacia adelante, construir solidaridad y apoyo mutuo entre las gentes, experimentar nuevas formas de vivir y cooperar, acumular fuerzas y experiencias.

Alianza ahora. Sin falsos debates sobre galgos o podencos. Desde abajo, tal y como se construyeron las candidaturas municipalistas que están cambiando muchas ciudades, que no fueron candidaturas de un partido ni coaliciones de izquierda. Si eso está claro y hay voluntad, todo lo demás se puede resolver. Y si no lo resolvemos, que cada palo aguante su vela, aunque lo malo es que eso no es consuelo porque corremos el riesgo de que todos los palos, arrastrando las respectivas velas, se derrumben... sobre nosotras y nosotros.

Si eso ocurre habrá que volver a empezar... pero mejor evitarlo, ¿no? Por la juventud y por la vejez, por la gente madura, por todas y por todos.



Notas

1 En 2014 la edad media de maternidad fue superior a 32 años. El 65% de las maternidades se produjeron entre los 30 y 39 años. El número de maternidades entre los 35 y 39 años superó a las producidas antes de cumplir 30 años. Hubo más maternidades a los 40 años que a los 25. Ser o poder ser madre está penalizado laboralmente, no tanto por el "machismo empresarial", sin duda presente como lo está en todos los estratos hegemonizados por hombres, como por la distribución desigual de las tareas de cuidados sociales.

2 Según datos provisionales del INE, en el periodo 2011-2014 habría un saldo migratorio negativo de 189.000 personas entre 16 y 34 años, aunque el total de salidas para ese rango de edades en ese periodo sería de unas 776.000 personas, compensado en parte por las entradas, del orden de 587.000.

3 Según la EPA 2015T2, el número de jóvenes (16-34) que explicaban su inactividad por estudios o formación aumentó en 133.000 en cuatro años, aunque disminuyó en 26.000 en el rango 30-34 años. El porcentaje de jóvenes que explican así su situación inactiva ha pasado en ese periodo de un 71,7% a un 76,9%. No obstante, en el curso 2014-2015 se matricularon en la universidad 29 mil personas menos que en 2009-2010 y 55 mil menos que en 2013-2014

4 Hogar en baja intensidad laboral: sus miembros en edad de trabajar lo hicieron menos del 20% de su potencial total de trabajo.

5 Para establecer la comparación en términos de poder adquisitivo he utilizado la variación del índice de precios al consumo entre junio de 2009 y junio de 2013. No dispongo de los datos de la Encuesta sobre 2014; sí he encontrado datos sobre coste laboral 2014, descendente, pero sin segmentación por edades.

6  El dato referente al conjunto de la población asalariada, -7,4%, es engañoso si pensamos en la disminución de ingresos de las personas reales. Puede llamar la atención comprobar que el descenso en todos los rangos de edad es superior a esa media, menos en el rango 60-64 años, cuya magnitud relativa no explica esa aparente anomalía. Ni las poblaciones que estamos comparando en 2009 y 2013 son las mismas ni la distribución de personas entre los diferentes rangos de edad es la misma. Se han destruido muchos empleos en esos cuatro años y se ha destruido especialmente empleo joven, peor remunerado. Eso provoca un efecto distorsionador en el salario medio, que en realidad no refleja la disminución de los salarios de las personas que recibían salario tanto en 2009 como en 2013, mayor de lo que indica ese 7,4%. Pondré un sencillo ejemplo. Supongamos que en 2009 hay un grupo A de 8 personas que ganan 5 y un grupo B de 12 personas que ganan 8; la ganancia media es 6,8. Supongamos que pasados cuatro años en ese grupo A sólo quedan 4 personas, pues las otras han sido despedidas o se han exiliado, y ganan, en euros 2009, 4,5 cada una; el grupo B mantiene a las mismas 12 personas, pero ganando 7,6 cada una. Las 16 personas que quedan han disminuido sus salarios, un 10% en el grupo A y un 5% en el grupo B, ¡pero el salario medio ha aumentado a 6,825! Si considerasemos que las cuatro personas despedidas están con ingresos cero, entonces la media bajaría hasta 5,45 (-20%) o si miramos el salario medio en 2009 de quienes aún trabajan en 2013 veríamos que era 7,25, pero ésas no son las cuentas del capitalismo, al que le son indiferentes los ingresos de las personas desempleadas ni quienes son las personas asalariadas. Cuando la pérdida de empleo y el deterioro salarial se concentran en las capas peor retribuidas, y así suele ocurrir, el salario medio puede aumentar incluso aunque cada trabajador(a) vea reducido su salario.

7 Este riesgo de pobreza no se refiere a condiciones de vida determinadas sino que es un concepto relativo al nivel de ingresos global (60% del valor por debajo del cual queda el 50% de la población). Por ejemplo, para una familia de dos personas adultas y dos niñas o niños, el umbral de pobreza fue 18.641 euros en 2009 y 16.719 euros en 2014, o, para un hogar unipersonal, 8877 en 2009 y 7961 en 2014. Eso quiere decir que en 2009 a una familia de dos adultos y dos criaturas a la que se le computasen 17.000 euros se la consideraba en riesgo de pobreza según este indicador (hay otros que establecen un umbral fijo), pero en 2014 no... ¡pese a que 17.000 euros 2014 vienen a ser unos 15.600 euros 2009, tres mil menos que el umbral de pobreza en ese año! Cuanto más se empobrece la población, más difícil es ser considerado individualmente "pobre".

8 La última estimación vista en Eurostat. Income and Living Conditions, estima el riesgo de pobreza o exclusión social en el rango de edad 0-17 en España 2014 en un 35,8%, y la de 2013 en un 32,6%



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