La película dirigida por Robert Redford merece verse mas allá de su calidad artística. Es ciertamente algo teatral, centrada en dos conversaciones y una acción. Sin embargo aborda problemas centrales de la sociedad norteamericana, pero también de la nuestra.

La manipulación del senador republicano (Tom Cruise) de la periodista (Meryl Streep), centrada en Afganistán, puede aplicarse a Irak, pero también a la connivencia manipuladora de políticos y medios. También queda claro que los periodistas pueden convertirse en instrumentos del sistema de manipulación de la sociedad y, al mismo tiempo, que los políticos tiene que moverse en la carrera del éxito.

El intento del profesor (Robert Redford) de que el excelente alumno de “buena familia” asuma sus responsabilidades se mueve en contraste con los otros dos (negro y chicano). Estos van a ser patriotas e ir a la guerra. Uno se plantea si son dos respuestas equivocadas o más bien son las que se dan en función del origen social.

En la película se describe, desde un punto de vista personal, como nuestras decisiones parecen forzadas, si no determinadas, por los castigos y recompensas sociales.

Es obvio que lo que se dice sobre las acciones en Afganistán pueden pensarse para la guerra de Irak, sobre todo la manipulación de la sociedad y la participación decisiva de los medios norteamericanos. No en el mismo grado, pero también en España se mintió por el gobierno de Aznar y algunos medios contribuyeron a la veracidad de la mentira. Es una película que merece verse y después seguir reflexionando.